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Halló boletos olvidados en su clóset y ganó $100 mil en la lotería de Virginia

Una mujer de Richmond descubrió una caja con boletos de lotería olvidados en su clóset y terminó ganando dicha cantidad con un raspadito

Raspaditos lotería

La mujer no recordaba desde cuándo había comprado los tickets de lotería. Crédito: Shutterstock

Una simple jornada de limpieza en casa terminó en un golpe de suerte inolvidable para Alfreda Hawkins, residente de Richmond, Virginia.

Mientras organizaba su clóset, la mujer encontró una caja con boletos de lotería que había comprado tiempo atrás y que permanecían olvidados entre sus pertenencias. Lo que parecía un hallazgo común se convirtió en una noticia extraordinaria: uno de esos boletos estaba premiado con $100,000 dólares.

De acuerdo con un comunicado oficial de la Lotería de Virginia, Hawkins tomó los boletos y comenzó a rasparlos, sin sospechar lo que ocurriría después. “¡Casi me desmayo! Fue increíble”, declaró tras descubrir que uno de ellos, correspondiente al juego $100,000 Extreme Cash, contenía el premio mayor.

La suerte estuvo totalmente de su lado. La propia lotería estatal confirmó que Hawkins se llevó el tercer y último gran premio de este juego, que ya está siendo retirado del mercado tras haberse entregado todas sus recompensas principales. Con probabilidades de apenas 1 en 1,101,600 de alcanzar ese resultado, el golpe de fortuna de la mujer de Richmond llamó la atención no solo de los funcionarios, sino también de los medios locales.

El boleto ganador había sido adquirido en la tienda Shop & Go, ubicada sobre Mechanicsville Turnpike, en Richmond. Sin embargo, la afortunada no recordó con exactitud la fecha en que lo había comprado. Lo único claro es que la caja permaneció guardada por un tiempo indeterminado hasta que, gracias a una limpieza, salió nuevamente a la luz.

Hawkins reclamó oficialmente su premio el pasado 12 de septiembre, aunque aseguró que, por el momento, no tiene planes definidos sobre cómo utilizar su dinero. “No lo he pensado todavía”, comentó ante los funcionarios que le entregaron el cheque simbólico.

Más allá de la sorpresa personal, la Lotería de Virginia destacó que los fondos recaudados a través de todos sus juegos tienen un destino concreto: la educación pública K-12 del estado. En el último año fiscal, solo la ciudad de Richmond recibió más de $22.5 millones para apoyar programas y escuelas locales, lo que convierte a cada boleto vendido en un aporte directo al sistema educativo.

El caso de Alfreda Hawkins se suma a una larga lista de anécdotas en torno a ganadores de lotería en Estados Unidos. En muchas ocasiones, los premios aparecen en contextos inesperados: boletos olvidados en carteras, escondidos en el interior de automóviles o, como en este caso, guardados en un clóset sin prestarles mayor atención.

Historias como la de Hawkins suelen atraer la atención del público porque reflejan la naturaleza impredecible de la suerte. Millones de estadounidenses compran boletos de lotería cada semana con la esperanza de cambiar sus vidas, pero las probabilidades reales suelen ser extremadamente bajas. En el caso del juego $100,000 Extreme Cash, la chance de alcanzar el premio mayor equivalía a menos de 0.0001%, lo que hace de este episodio un suceso poco común.

Los funcionarios de la lotería recordaron que, aunque los grandes premios generan titulares, la mayoría de los participantes obtiene recompensas pequeñas o no logra ganar. Aun así, el atractivo de los raspaditos se mantiene gracias a la emoción instantánea que ofrecen y a la posibilidad de que, con un simple rasguño, todo cambie.

Para Hawkins, la experiencia no solo representó un alivio financiero inesperado, sino también una lección sobre la importancia de revisar cada boleto adquirido. “Nunca sabes dónde puede estar escondida la suerte”, comentó entre risas al recibir la noticia.

La clausura del juego Extreme Cash abre paso a nuevas dinámicas de raspaditos en Virginia, donde constantemente se lanzan ediciones con diferentes premios y temáticas. No obstante, los funcionarios insisten en que cada participación, grande o pequeña, contribuye a financiar la educación de miles de estudiantes en el estado.

Con esta ganancia, Alfreda Hawkins se convirtió en una de las últimas grandes ganadoras del programa Extreme Cash. Y aunque aún no tiene planes definidos para gastar su fortuna, su historia seguramente quedará como un recordatorio para muchos: incluso un boleto olvidado en el rincón de un clóset puede cambiar la vida en cuestión de segundos.

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