Editorial: No se puede justificar la conducta racista y xenófoba
El liderazgo del Partido Republicano no debería tomar a la ligera el incidente que involucra a jóvenes partidarios.
Símbolo que identifica al Partido Republicano. Crédito: Shutterstock
Esta semana el medio especializado Politico sacó a la luz unas conversaciones (chats) de líderes jóvenes republicanos, que lamentablemente muestran cómo tras bastidores dan rienda suelta a una conducta racista y xenófoba que merece rechazo total.
Los mensajes privados que intercambiaron en el chat, durante varios meses, aparentemente incluyen insultos racistas hacia personas afroamericanas y latinas, elogios a Adolfo Hitler y chistes sobre enviar rivales a las cámaras de gas. Por allí han salido algunos a disculparse y a sugerir que el contenido difundido fue alterado.
Pero tanto los republicanos y demócratas que están conscientes de que el país lo que menos necesita es tener semillero de líderes tóxicos con pensamiento retrógrado, no han dudado en condenar públicamente los comentarios de los miembros del chat.
Se sabe que el grupo incluía a líderes de capítulos de Jóvenes Republicanos en Nueva York, Kansas, Arizona y Vermont, algunos de los cuales trabajaban como operativos de campañas del Partido Republicano o incluso ocupaban cargos electos. Estos capítulos han formado parte de la Federación Nacional de Jóvenes Republicanos, una organización de 15,000 miembros de edades entre 18 y 40 años.
Lamentablemente en Washington tenemos una Administración federal que quiere justificar lo injustificable.
El vicepresidente JD Vance salió en defensa de los jóvenes porque para él solo se trata de “chistes provocadores y, ofensivos”. “La realidad es que los chicos hacen cosas estúpidas, especialmente los jóvenes”, dijo Vance durante una aparición en “The Charlie Kirk Show”.
El detalle es que no estamos hablando de chicos de la escuela que aún están en proceso de maduración. Estamos hablando de universitarios, de futuros líderes que tendrán en sus manos decisiones importantes. Y si permitimos que ese sea el pensamiento de aquellos que empiezan a foguearse en la política, entonces qué nos depara como país.
Nos sumamos al pedido generalizado de que todos los involucrados en ese chat deberían dejar cualquier cargo que hayan estado ejerciendo y ser expulsados de los capítulos a los que pertenecen. Su accionar no debe pasar desapercibido, no podemos seguir alimentando el odio y la división del país.
No podemos permitir que las futuras generaciones se contaminen y sigan los pasos de un conservadurismo extremista que provoca daño a todo aquel que no concuerde con sus ideas.
El liderazgo del Partido Republicano no debería tomar este incidente a la ligera. Tienen que mirarse al espejo y analizar sobre lo que están sembrando en la próxima generación. En este momento, tienen la sartén por el mango porque están al mando del país. Aún hay tiempo para enmendar.