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5 disfraces de Halloween para niños que se pueden hacer en casa

La víspera del 31 de octubre suele disfrutarse a la hora de decorar, comprar disfraces o incluso crearlos desde cero en casa

Cada vez aumenta la costumbre de crear atuendos en casa y disfrutar en familia.

Cada vez aumenta la costumbre de crear atuendos en casa y disfrutar en familia. Crédito: AP

Halloween se ha consolidado como una celebración creativa y familiar en América Latina, especialmente en el entorno escolar. Aunque no forma parte de las tradiciones propias de la región, cada año más familias se suman a esta festividad para que los niños disfruten de juegos, disfraces y dulces en un ambiente seguro y hogareño.

Esta tendencia ha impulsado el auge de los disfraces caseros, una alternativa práctica, económica y sostenible. Elaborar atuendos en casa permite aprovechar materiales reutilizables, reducir gastos y estimular la imaginación de grandes y pequeños. Además, convierte la víspera del 31 de octubre en una oportunidad para compartir tiempo de calidad y fomentar la creatividad familiar.

Realizar los disfraces en casa no solo es una opción económica, sino también una experiencia de aprendizaje. Los niños participan en la elección de los materiales, desarrollan habilidades manuales y se involucran en la creación de su propio personaje, fortaleciendo el vínculo con sus padres o cuidadores.

La celebración de Halloween, también conocida como Noche de Brujas, se conmemora cada 31 de octubre. Es una festividad que combina elementos de antiguas tradiciones celtas, rituales cristianos y costumbres populares modernas. Aunque con el tiempo se ha transformado, conserva su espíritu lúdico y misterioso en torno a la convivencia entre el mundo de los vivos y los muertos.

Un origen entre leyendas y creatividad

El origen de Halloween se remonta a la festividad celta de Samhain, que marcaba el final de la cosecha y el comienzo del invierno. Los pueblos celtas creían que durante esa noche el velo entre el mundo terrenal y el espiritual se hacía más delgado, permitiendo el retorno de los espíritus a la Tierra.

Con el paso de los siglos, las tradiciones del Imperio Romano y las influencias del cristianismo moldearon esta festividad hasta convertirla en una fecha global que celebra la imaginación. Hoy, los disfraces, los dulces y las historias de miedo son parte del patrimonio cultural compartido que Halloween representa para millones de personas en el mundo.

En ese contexto, los disfraces caseros cobran especial protagonismo. Se trata de propuestas sencillas y accesibles que pueden elaborarse con materiales que suelen encontrarse en cualquier hogar. Entre las más populares se encuentran las siguientes cinco opciones, ideales para que los niños participen en el proceso creativo.

El clásico disfraz de fantasma puede realizarse con una sábana vieja y recortes para los ojos. El de esqueleto requiere solo ropa negra y trozos de cartulina blanca con forma de huesos.

También está el disfraz de ladrón, con camiseta a rayas, antifaz y una bolsa con el símbolo del dólar.

Por otro lado, el disfraz de momia puede confeccionarse envolviendo ropa blanca con vendas o tiras de tela, mientras que el de Drácula destaca por su dramatismo: una capa negra, un cuello rojo improvisado y maquillaje pálido completan un look icónico. En todos los casos, el ingenio es el principal protagonista de esta noche mágica.

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