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Explosión de la deuda en EE.UU.: utilidad del ‘compra ahora, paga después’ en medio de la inflación

Deuda de consumo alcanza cifras récord, reflejando la creciente dificultad financiera de los estadounidenses

La Fed de Nueva York alertó que el nivel de endeudamiento de los estadounidenses ha alcanzado niveles preocupantes.

La Fed de Nueva York alertó que el nivel de endeudamiento de los estadounidenses ha alcanzado niveles preocupantes. Crédito: Shutterstock

En medio de una inflación galopante y con un nivel récord de deudas que ascienden a $18.6 billones, los estadounidenses enfrentan una nueva era de financiamiento que normaliza el endeudamiento, desde viviendas hasta alimentos, comprometiendo su estabilidad financiera, al punto que el costo de vida sea insostenible para muchos estadounidenses.

Si bien han surgido varias soluciones ingeniosas, la tendencia es de endeudar aún más a los consumidores. A esto se suma la nueva propuesta del presidente, Donald Trump de crear hipotecas a 50 años, que ha sido sumamente polémica, pues solo resuelve una parte del problema de vivienda que enfrenta el país.

Por eso, Bill Pulte, director de la Agencia Federal de Financiamiento de la Vivienda, escribió el fin de semana en X que la propuesta significaría “un cambio radical”, pero para muchos estadounidenses, puede que no sea algo bueno.

La tendencia al crédito y la deuda para obtener financiamiento

Por su parte la industria automotriz ha estado impulsando los préstamos para automóviles a siete años, una opción cada vez más popular, dado que el precio promedio de un automóvil nuevo supera los $50,000, una cifra récord.

Pero no solo han proliferado las opciones de crédito para este tipo de bienes. Prácticamente todos los productos están sometidos al famoso: “compre ahora, pague después” en línea y en tiendas físicas, normalizando la adquisición de deudas a largo plazo para compras que deberían saldarse inmediatamente como la comida.

Los expertos señalan que si bien estas ofertas pueden aliviar la ansiedad financiera en el futuro inmediato, en realidad provocan un daño significativo a la estabilidad financiera de un consumidor a largo plazo.

Por ejemplo: una hipoteca a 50 años podría reducir el monto de los pagos mensuales, la cantidad de intereses podría ser del doble de lo que se pagaría actualmente en las hipotecas e 30 años, la duración tradicional de la mayoría de las hipotecas.

Además, es cuestionable que el prestatario sobreviva los 50 años que dure su crédito, ya que la esperanza de vida promedio en Estados Unidos es de alrededor de 80 años y obligaría a que los solicitantes de un crédito lo hagan antes de los 30 para tener una oportunidad, aunque pequeña, de disfrutar de los beneficios de ser propietarios de una vivienda.

En general, cuanto más se puedan evitar los plazos de préstamo más largos de lo habitual, mejor”, señaló Matt Schulz, analista jefe de Finanzas del Consumidor en LendingTree a la cadena CNN. “Los autos tienden a perder valor rápidamente cuando salen del concesionario, por lo que con un préstamo a largo plazo, corren el riesgo de deber más de lo que vale el auto. Esa no es una buena situación para nadie”, advierte.

Las ‘ventajas’ de comprar BNPL

La modalidad ‘Compre ahora, pague después’ (BNPL, por sus siglas en inglés), es cada vez más popular para retrasar los pagos, pues permite obtener más bienes, con un flujo instantáneo de fondos disponibles en el presente.

Pero los consumidores, especialmente los más jóvenes, están realizando compras que de otro modo no habrían podido permitirse, como lo demuestra la estadística de un aumento creciente en el volumen de pagos atrasados, publicado el año pasado por la Reserva Federal sobre las tendencias de BNPL:

“Los adultos que reportan un menor bienestar financiero general y aquellos que parecen tener restricciones de liquidez o crédito no solo se encontraban entre los más propensos a usar BNPL, sino que la mayoría de estos consumidores también indicaron que usaban BNPL porque era la única forma en que podían permitirse realizar las compras”, advierte.

La preocupante situación financiera de los estadounidenses

Por si esto no fuera suficientemente alarmante, todos los tipos de deuda de consumo: hipotecas, préstamos para automóviles y préstamos estudiantiles, están en máximos históricos desde que este dato comenzó a monitorearse en el 2003 por parte de la Reserva Federal (Fed) de Nueva York.

El estudio concluye que hay un aumento de 3.6% en la deuda asumida por los consumidores respecto al año anterior y alcanza un preocupante volumen de $18.6 billones.

De este total, la deuda de tarjetas de crédito ha aumentado casi 6% comparado con 2024 a un récord de $1.2 billones. Mientras que la tasa de consumidores que entraron en mora grave, es decir que tienen al menos 90 días de retraso en el pago, aumentó a más del 3% en el tercer trimestre de este año y es el nivel más alto en más de una década, de acuerdo con la Fed.

El rubro más notable de endeudamiento es el de los préstamos estudiantiles, donde más del 14% entraron en mora grave el trimestre pasado y equivale al nivel más alto registrado desde que comenzó su medición en 2004. Como consecuencia, las puntuaciones de crédito cayeron más este año desde la Gran Recesión.

Cuando disminuye la puntuación de crédito de una persona, resulta más caro financiar cualquier deuda existente o nueva porque hay un mayor riesgo y como consecuencia, los intereses son más altos.

En el caso de una vivienda, cobra sentido un endeudamiento porque con el valor de las propiedades aumenta y genera un flujo de riqueza al que se puede acceder el propietario en el futuro y les ayuda a tener mayor solvencia al jubilarse.

También permite acceder a otras ventajas fiscales, como deducir los pagos de intereses hipotecarios para bajar la carga fiscal general.

“La propiedad de vivienda ha sido una de las formas más accesibles para que la persona promedio acumule riqueza”, dijo Schulz. Pero con los precios de las casas y las tasas hipotecarias tan altas, hacen que la gente se lo piense dos veces, antes de contratar el crédito.

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