Eros Ramazzotti regresa con el álbum “Una historia importante”, uniendo pasado y presente
El cantante italiano hará una gira mundial que abrazará al público hispano
“Siento mucho orgullo por haber llevado mi música, la cultura y las raíces italianas al mundo, y también por el hecho de haber tenido mucha fortuna al lograr llegar al corazón de la gente", aseguró. Crédito: Cosimo Buccolieri | EFE
A Eros Ramazzotti no le interesa quedarse en el pasado, pero sí volver a él para recordar de dónde viene y hacia dónde va. No es nostalgia, es claridad. Por eso su nuevo álbum, ‘Una historia importante’, no se siente como un simple regreso, sino como un disco espejo donde el artista se permite juntar, en una misma sala, al joven que irrumpió en los ochenta y al hombre que hoy canta con el pulso sereno de quien ya ha vivido varias vidas sobre el escenario.
“Quise reunir estos 40 años en el título de una canción que hice en el 85, que se llama ‘Una historia importante’, porque estos 40 años han sido para mí una historia importante”, dice. Y la frase suena menos a eslogan y más a confesión. Es también, explica, una manera de cerrar un círculo en lo profesional. “Sobre todo en este momento, en el que vuelvo a hacer discos con mi primera discográfica, que es Sony. Es como empezar mirando un poco hacia atrás, pero también hacia el presente”.
El disco llega tres años después de su último proyecto, pero no se siente como una ausencia, sino como un regreso pensado. Entre canciones inéditas y clásicos reimaginados, Ramazzotti tiende un puente entre épocas y deja claro que su historia sigue en movimiento. El título no es solo un guiño a su pasado, es una declaración. Para él, la música no va en línea recta, va en capas. Y en esas capas, caben nuevas voces.
Por eso el álbum se abre a colaboraciones con artistas de renombre que cruzan idiomas y generaciones, desde Alicia Keys y Andrea Bocelli hasta Carín León, Elisa, Giorgia, Jovanotti, Kany García y Lali, entre otros. No es una estrategia del momento, sino una manera de juntar amigos y generaciones en una misma historia.
“Algo que nos una”, responde cuando se le pregunta qué buscaba al reunir tantas generaciones y estilos. “Uno puede tener veinte años, o cincuenta o sesenta, pero es la música la que une a las personas, y sobre todo a los artistas. En este caso quise involucrar a artistas importantes y también amigos”.
Y esa misma manera de ver la música ayuda a entender por qué su voz ha acompañado durante décadas a tantas comunidades hispanas, aquí y en otros rincones del continente. Sus baladas en español han acompañado historias de amor, despedidas, celebraciones y rutinas cotidianas, pasando de generación en generación como si fueran parte del álbum familiar. Por eso, cuando habla de ese vínculo con la audiencia latina, lo hace con respeto genuino, casi con asombro agradecido.

“Siento mucho orgullo por haber llevado mi música, la cultura y las raíces italianas al mundo, y también por el hecho de haber tenido mucha fortuna al lograr llegar al corazón de la gente. Eso nunca hay que subestimarlo”. Un orgullo que no suena a discurso, sino a gratitud íntima, como si todavía le sorprendiera que una canción nacida en Roma pueda sentirse propia en tantos hogares hispanos.
Esa relación emocional será una de las columnas de “Una Historia Importante World Tour”, que arranca en Europa y luego cruza Norteamérica y Latinoamérica. Ramazzotti habla de la gira con la calma de quien conoce el peso del escenario y la responsabilidad del aplauso.
“Llevo muchos años dando conciertos, así que si la gente vuelve significa que he trabajado bien”, afirma. Y ahí resume, sin rodeos, cómo entiende este trabajo. “Yo soy italiano y canto con el corazón, y eso le llega a la gente aunque no entienda bien las letras”. Para él, el idioma es secundario frente a la intención. Lo principal es la entrega, el respeto. “Soy un profesional, alguien que respeta sobre todo al público, porque la gente paga una entrada y es justo que se le retribuya con profesionalidad”.
Cuando se le pregunta quién es Eros lejos del estudio y de los reflectores, no aparece un personaje inalcanzable, sino alguien que camina con música por dentro, aun fuera del escenario.
“Tengo un estudio en casa, aunque es pequeño. Toco mucho la guitarra, la música para mí no es solo un trabajo, sino también una gran pasión”, cuenta. Lo dice con sencillez, como quien habla de rutina. Y luego revela otra capa más doméstica, más tierna. “Hago una vida normal de abuelo, de papá, llevo una vida normal, pero la música es una de las partes más importantes”.
Eros se define sin exageraciones: artista, profesional, abuelo, guitarrista incansable. Y cuando mira al chico que fue en los ochenta, no le lanza discursos épicos. Le habla como quien aprueba un camino largo y duro con una palmada en el hombro.
“Lo hiciste bien. Sigue con el buen trabajo”. Es una frase corta, pero ahí vive toda la historia. La importante, la que empezó en 1985, la que cruzó océanos, y la que hoy sigue sonando fuerte en español, en italiano y, sobre todo, en la memoria de quienes crecieron con su voz.