Tristeza invernal: las vitaminas y minerales que pueden ayudar a aliviar el Trastorno Afectivo Estacional
La falta de sol en invierno afecta el ánimo. Algunos suplementos clave pueden ayudar a aliviar la tristeza invernal y el TAE
Es normal que te sientas triste y deprimido en esta temporada. Crédito: Shutterstock
Durante los meses de invierno, muchas personas experimentan un cambio marcado en su estado de ánimo. La reducción de horas de luz solar, las bajas temperaturas y el encierro prolongado pueden dar lugar a lo que popularmente se conoce como “tristeza invernal”.
En los casos más intensos, este fenómeno se asocia con el Trastorno Afectivo Estacional (TAE), una forma de depresión que aparece de manera cíclica y suele extenderse entre cuatro y cinco meses al año.
Especialistas señalan que la falta de luz solar afecta directamente la producción de serotonina, un neurotransmisor clave para el bienestar emocional, y también altera el ritmo circadiano, el reloj interno que regula el sueño y la vigilia. Sin embargo, la exposición al sol no es el único factor en juego. El cuerpo también necesita un aporte constante de ciertos micronutrientes para sintetizar y regular las sustancias que influyen en el estado de ánimo.
Vitaminas y minerales que pueden ayudar durante el invierno
El sentimiento de nostalgia o tristeza en invierno puede estar vinculado a múltiples causas: desde factores emocionales como la añoranza por personas ausentes, hasta preocupaciones económicas o el simple impacto del cambio de clima. Frente a este escenario, distintos estudios y organizaciones dedicadas a la salud mental destacan el papel de algunas vitaminas y minerales como aliados para aliviar los síntomas de la tristeza invernal.
Vitamina D
La vitamina D cumple un rol central en la regulación del estado de ánimo, ya que participa en la producción de serotonina. Su deficiencia es considerada un factor de riesgo importante para el Trastorno Afectivo Estacional, especialmente en invierno, cuando la exposición solar disminuye de forma notable.
Además de la luz del sol, una ingesta diaria recomendada de 600 UI puede obtenerse a través de alimentos como salmón, caballa, hígado de res, queso, hongos, yema de huevo, leche y yogur. Mantener niveles adecuados de esta vitamina se asocia con una mejor estabilidad emocional durante los meses fríos.
Vitamina B12
La vitamina B12 es esencial para el sistema nervioso central, la producción de energía y la formación de glóbulos rojos. Cuando hay deficiencia, pueden aparecer síntomas como fatiga persistente, dificultad para concentrarse y alteraciones del estado de ánimo.
Dado que el cuerpo no la produce por sí mismo, debe obtenerse a través de la dieta, principalmente de alimentos de origen animal como aves, huevos y productos lácteos. Su consumo adecuado resulta clave para sostener la vitalidad mental y física en invierno.

Vitamina C
Conocida por su papel en el sistema inmunológico, la vitamina C también puede ser un complemento valioso para contrarrestar la depresión invernal. Este nutriente actúa como antioxidante, protegiendo al organismo del estrés oxidativo provocado por los radicales libres, un proceso que se ha vinculado con síntomas depresivos.
Una deficiencia de vitamina C no solo debilita las defensas, sino que también puede afectar el estado de ánimo. Se encuentra en frutas cítricas, bayas, espinacas, tomates y verduras de hoja verde.
Ácidos grasos Omega 3
El cerebro necesita grasas saludables para funcionar de manera óptima, y los ácidos grasos Omega 3 son fundamentales en este aspecto. En particular, el DHA y el EPA ayudan a reducir la inflamación cerebral y contribuyen a la estructura de las membranas celulares, influyendo de forma directa en el ánimo. El consumo regular de alimentos ricos en Omega 3, como el salmón, así como semillas de chía y lino, puede ser un apoyo importante para enfrentar la tristeza invernal.
Magnesio
El magnesio participa en la regulación del sistema nervioso y actúa como precursor de la serotonina y la melatonina, 2 sustancias clave para el humor y el sueño. Este mineral ayuda a reducir el estrés y la irritabilidad, factores que suelen intensificarse durante el invierno.
Puede obtenerse a través de alimentos como bananos, aguacates, semillas, granos integrales y frutos secos, integrándolos de forma sencilla a la dieta diaria.
Síntomas del Trastorno Afectivo Estacional
El Trastorno Afectivo Estacional es una variante de la depresión que se caracteriza por su patrón recurrente. Entre los síntomas más frecuentes se incluyen un estado de ánimo persistentemente bajo, sensación de vacío o ansiedad, visión negativa del futuro e irritabilidad constante. También pueden aparecer baja autoestima, pérdida de interés en actividades antes placenteras, fatiga extrema y dificultades para concentrarse o tomar decisiones.
En algunos casos, el TAE se manifiesta con cambios significativos en el apetito y el peso, dolores físicos sin causa aparente y pensamientos recurrentes relacionados con la muerte. Estas señales no deben ser minimizadas.
Los especialistas advierten que, si bien el consumo adecuado de vitaminas y minerales puede ayudar a aliviar algunos síntomas, no reemplaza la evaluación ni el tratamiento médico. Ante signos persistentes de tristeza, apatía o pensamientos negativos, es fundamental consultar a un profesional de la salud para recibir un diagnóstico preciso y definir el abordaje más adecuado.
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