Racismo: el que calla otorga
El movimiento antiinmigrante tiene su base construida en el racismo. El comentario del congresista Steve King sobre la importancia de la “cultura americana”, y la dificultad de “reconstruir su civilización con los bebés de otro”, es representativo cuando proviene del líder en el tema migratorio de la mayoría en la Cámara de Representantes.
Esto no quiere decir que sean racistas los que cuestionan sinceramente la presencia de los indocumentados por una cuestión de legalidad migratoria. Pero estas personas están en muy malas compañías.
Las organizaciones pilares del movimiento nativista de hoy, por ejemplo, fueron creadas por una sola persona, John Tanton. La Federación Americana para la Reforma de Inmigración (FAIR), NumbersUSA, U.S. English y el Centro para estudios de Inmigración (CIS) surgieron de su preocupación de que los latinos traigan vicios y defectos que perjudiquen a la sociedad
Tanton con la ayuda de fondos provenientes de millonarios ultraconservadores y de grupos nacionalista blancos creó una red, con organizaciones y un centro de estudios, que dio un manto de legitimidad a una expresión originada en el racismo. En casos como el CIS, el racismo queda tapado por un discurso técnico, aunque sale al descubierto cuando sus figuras son el congresista King y compañía.
Los continuos cambios demográficos en una sociedad diversa ayudó a que en alguna partes del país haya estadounidenses receptivos a un mensaje de miedo y resentimiento.
De allí los políticos como King, y aquellos que representan al Tea Party. Estos lograron desarrollar en el Congreso la idea de que todos los indocumentados son criminales que hoy prevalece en la administración Trump.
El Partido Republicano y el movimiento conservador ahora quiere tomar distancia, al menos oficialmente, de diversos grupos racistas, cuando por años los buscó como aliados político.
Ahora ambos rechazan a los más cercanos al neonazismo, pero están cómodos con el nacionalismo blanco. Ese mismo que hoy está en la Casa Blanca en la figura del principal asesor presidencial Steve Bannon.
La crítica a lo políticamente correcto abrió la puerta para la expresión pública de la discriminación, del chauvinismo y el racismo.
El congresista King tiene un largo historial de decir barbaridades e insultos a los inmigrantes. Hay muchos conservadores y republicanos que se indignan que sus posturas críticas a la inmigración sean equiparadas con el racismo. Este es es un buen momento para mostrar la diferencia, condenando públicamente a los racistas con nombre y apellido sino, el calla otorga.