Aunque no lo crea… los vagones del Subway sí los limpian
En un centro en Queens son objetos de un minucioso proceso de lavado a mano
Tal vez usted sea una de esas personas que cuando se monta en un vagón del Subway le da asco. Basura y manchas de mugre en el piso, paredes y anuncios con pintas de grafiti, y ni hablar de los tubos para sostenerse con las manos, que varios estudios han demostrado están llenos de gérmenes. Y aunque parezca mentira, toda esa suciedad es limpiada periódicamente por una cuadrilla de trabajadores.
En el New York City Transit Corona Maintenance Facility en Corona, Queens, empleados de la Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA) realizan la limpieza profunda en el interior de los vagones una vez cada dos meses y medio aproximadamente. Mientras que el lavado de los trenes por fuera se hace una vez al mes.
Y si es uno de los afortunados usuarios que se monta en uno de estos trenes acabados de limpiar, de seguro disfrutará del aroma a lavanda de los productos que se usan para hacer la enjabonada de arriba abajo de los vagones. Esta limpieza se hace cuando los trenes son llevados a la revisión de mantenimiento rutinaria en la que se asegura que las partes mecánicas funcionen bien y estén al día con las medidas de seguridad.
Aunque la MTA cuenta con 13 centros para hacer la revisión regular de mantenimiento de los trenes, es en ese de Queens donde se realiza el trabajo de limpieza interior de los vagones que también implica dejar en estado pulcro los asientos.
“Nos sentimos orgullosos de eso”, dijo Corey Skinner al The New York Times mientras limpiaba un tren 7, en referencia a la ardua labor que hacen para que los vagones queden brillantes y en excelente estado después de la limpieza.
El proceso puede llevar a un solo trabajador más de 3 horas y media y no es fácil, ya que requiere de tenacidad por parte de estos empleados quienes deben usar su manos y no máquinas, y deben vestir trajes completos, de pie a cabeza, y usar galones de productos como el limpiador multipropósito ‘Fabuloso’.
Como contó Skinner, la tarea además incluye el quitar el chicle pegado en el suelo, enjuagar y secar las ventanas, y hasta limpiar las marcas de zapatos en el techo que dejan los chicos que se guindan de los tubos para hacer sus bailes, algo que, según explico, hay que hacerlo con mucho cuidado.
Pero sin duda una de las partes más difíciles es borrar los grafitis de las puertas de metal, para lo cual se deben usar una mezcla fuerte de productos químicos potentes que incluso hacen que se le agüen los ojos a los trabajadores.
Así que aunque estudios han demostrado que en los vagones de los trenes también viajan muchos gérmenes, ya que en esos carros se encuentran presentes más de 1,688 microorganismos -en su mayoría inofensivos-, puede estar seguro que su vagón sí pasa por un proceso de limpieza.