“Los otros datos” que siembran confusión sobre la realidad en México
Una guerra de cifras ponen en duda lo dicho por López Obrador sobre la economía mexicana
MEXICO.- Para Guadalupe Martínez, una ama de casa que en últimas fechas se vio obligada a trabajar como trabajadora doméstica, la economía durante los primeros meses del presidente Andrés Manuel López Obrador ¡es muy triste! Para Santa Muñoz, un joven que durante dos años había sido un “nini”, que ni estudia ni trabaja, la “cosa”, la vida en el país, va mejorando.
Las dos caras de la moneda, según la suerte de cada persona, están en el día a día; sin embargo, saber cuál es la realidad objetiva del país, la de los datos duros, tiene actualmente un inconveniente: a veces el jefe del Ejecutivo los desconoce, sea que provengan de las mismas instituciones de su gobierno o de algunos organismos internacionales.
“Yo tengo otros datos”, suele decir el mandatario cuando se le cuestiona sobre algún tema relacionado a temas torales de Estado y que, regularmente, tienen que ver con economía y seguridad pública.
No es la primera vez que un jefe de Estado cuestiona las observaciones internacionales (entre los más recientes, Cristina Fernández, la exmandataria argentina que hizo de la crítica a las calificadoras como Estándar&Poor una política de gobierno), pero no es frecuente que se ponga en duda las estadísticas propias.
En uno de los últimos rechazos, AMLO descalificó los números de la Secretaría de Hacienda cuando se le cuestionó sobre un subejercicio de alrededor de ocho millones de dólares que se logró, en parte, porque su administración impidió que se utilizaran como en el caso del Programa 3 x1 para migrantes que desvió para los centromericanos.
“Yo tengo otros datos”, respondió el 2 de agosto pasado en una conferencia de prensa matutina en Palacio Nacional ante cuestionamientos de reporteros. “Son ahorros”.
Con el mismo discurso y en el mismo lugar respondió previamente sobre la caída en la producción de crudo y el desempleo y al conductor de televisión Jorge Ramos, quien lo interrogó sobre los miles de asesinatos violentos que perfilaban al 2019 como uno de los más violentos según la Secretaría de Seguridad.
“El problema es que tiene otros datos cuando no le conviene, pero, cuando los datos de las mismas instituciones que lo desacreditan le son favorables, entonces los promueve”, advirtió Marcelo Rodríguez, analista político de la Universidad Autónoma Metropolitana.
Por ejemplo, celebró el avance en el periodo abril-junio del 0.1% de la economía mexicana y la inflación a la baja que reportó el Instituto Nacional de Geografía y Estadística, un organismo al que previamente había descalificado.
En una editorial del diario británico Finantial Times sugirió al mandatario “reconocer” la realidad del país en lugar de negarla para enfrentar los malos indicios financieros.
El columnista económico Julio Pilotzi observa que la guerra de cifras ya está provocando que algunos se aprovechen del río revuelto para sacar provecho. Recientemente organizaciones que servían de intermediados para entregar subsidios del gobierno a campesinos acusaron al gobierno de no dar apoyo al campo, cuando, más bien, no se los dio a ellas.
“Los fríos números parecen otorgar la razón, ahora sí, al titular del Ejecutivo”.
La guerra de datos, incluso, ya tiene manifestaciones de sorna como se vio en una respuesta que el expresidente Felipe Calderón dio a las insinuaciones de corrupción que AMLO hizo respecto del destino del $205 millones de dólares que el gobierno de México decomisó hace 12 años al empresario de origen chino Zhenli Ye Gon . “Se desconoce dónde están”, dijo.
Unas horas después, Calderón —en cuya administración se llevó a cabo el decomiso— respondió a través de su cuenta de Twitter.
“El dinero se destinó a la construcción de 335 centros ‘Nueva Vida’ de Prevención y Tratamiento de Adicciones… Afortunadamente, hay otros datos”, señaló.