Inmigrantes y pequeños negocios, el motor de Jackson Heights
El desempleo y la pobreza han bajado pero se ha elevado el costo de la vivienda
Uno de cada cinco inmigrantes en Jackson Heights es ecuatoriano y tras esta nacionalidad — y en este orden– se encuentran los procedentes de la República Dominicana, México, Bangladesh y Colombia.
Pero no son los únicos. En este barrio de Queens la mayoría de los vecinos son inmigrantes, un porcentaje mucho mayor que el de la ciudad en su conjunto (37%) y por supuesto el país. También son mayoría de los empleados en una zona en la que no dejan de crecer los negocios desde el final de la Gran Recesión, según el informe que presentó ayer sobre el área el contralor del Estado, Thomas DiNapoli.
Son los inmigrantes y los pequeños negocios los que, de acuerdo con el contralor, están dando energía a un vecindario cada vez más dinámico. “La comunidad inmigrante de Jackson Height, diversa y dinámica, es el motor de la economía local que ha permitido el crecimiento del número de negocios, trabajos e ingresos en los hogares”, dijo el contralor. DiNapoli apostilló que este área “es la prueba viviente de los beneficios económicos y culturales que trae la inmigración a nuestras comunidades”.
De acuerdo al estudio, en 2018 había 3,300 negocios, 660 más que en 2009. “Muchos de ellos son tiendas de venta al por menor y restaurantes que reflejan la diversidad del barrio”. Se trata sobre todo de pequeños negocios con menos de cinco empleados. Solo el 12% tiene más de 10 personas en nómina, según las cifras de DiNapoli.
Con todo, el empleo en el sector privado fue un 23% más elevado que en 2009 al crearse 4,000 puestos de trabajo que son oportunidades para los residentes. “Dos tercios de los trabajos”, se lee en el informe “se añadieron en el comercio al por menor, la construcción y los bares y restaurantes. El vecindario se beneficia de su proximidad al aeropuerto de La Guardia”.
Todo ello ha hecho que la tasa de desempleo en el área de Jackson Heights, que incluye el norte de Corona y East Elmhurst, pasó del 10.3% en 2010 hasta el 4.2% en 2017, por debajo de la tasa de la ciudad en su conjunto. Este ha sido uno de los factores determinantes en la caída de la tasa de pobreza del 20% hace nueve años a 13% en 2017. Se trata de una de las reducciones de este problema más acelerado de la ciudad.
No obstante, y tal y como observa el propio DiNapoli, hay retos en la zona. Para empezar la asequibilidad de la vivienda. Cerca del 66% de los hogares dedican al menos el 30% de sus ingresos al alquiler cuando hace una década este problema lo tenían el 54% de los hogares. A pesar del aumento de los ingresos, el de de los alquileres ha sido mucho mayor.
El otro problema son las escuelas, tanto elemental como la intermedia que según la oficina del contralor están operando por encima de su capacidad. Siete de ellas están operando a más del 125% de la capacidad.