La pasión política de los dominicanos

Para las mujeres quisqueyanas llegar a la política es el juego

"Espero que los políticos puedan resolver los grandes problemas, como la violencia doméstica, la corrupción y la economía", dijo Claudia Sánchez.

"Espero que los políticos puedan resolver los grandes problemas, como la violencia doméstica, la corrupción y la economía", dijo Claudia Sánchez. Crédito: Gerardo Romo / EDLP

Nueva York.- Si para los hombres dominicanos discutir de política es tan popular como seguir el béisbol, para las mujeres quisqueyanas llegar a la política es el juego.

El aumento en la participación de mujeres en el acontecer político de la Isla, que este año ve a tres mujeres aspirando a la vicepresidencia del país, parece estar activando el interés de las féminas aquí en Nueva York.

“Allá en República Dominicana hay mucho machismo y los hombres consideran que las mujeres no están preparadas para la política. Pero se está avanzando y se están ganando su lugar”, dice Nieves Luisa González, una dominicana de 65 años, que lleva 24 viviendo en Nueva York.

“Las mujeres dominicanas, tanto como los hombres, vivimos y respiramos política; es como el juego de pelota. Si vas a cualquier mitin político aquí verás el montón de mujeres”, agrega González.

Las dominicanas en la diáspora parecen padecer los efectos de una larga historia de escasa representación en su país de origen, y se enfrentan a un doble desafío: no sólo ganar el apoyo de su partido político, sus colegas, la recaudación de fondos, sino convencer a sus electores –en su gran mayoría hombres- de que voten por ellas.

Este antecedente es, en parte, el responsable de que sólo dos de los nueve dominicanos electos a posiciones legislativas en la ciudad de Nueva York sean mujeres.

La dominicana común está al tanto de esto. Belkis Cruz, trabajadora de una imprenta y residente en el Alto Manhattan, lo apunta rápidamente: “Aquí faltan líderes mujeres, el hombre piensa que porque es hombre tiene el poder, pero somos muchas las mujeres preparadas”.

María Teresa Feliciano, directora de la Mesa Redonda Dominico Americana, describe esta situación como una “resistencia masculina al liderazgo femenino en política”.

La postulación de una fémina en los Estados Unidos va mucho más allá del deseo. Expertos en política observan que el éxito normalmente resulta de un proceso de reconocimiento y de la capacidad de recaudar fondos.

Como lo ve la concejal Julissa Ferreras, quien representa en el Concejo a los vecindarios mayoritariamente hispanos de Elmhurst, Corona y Jackson Heights, en Queens, la decisión de aspirar a un puesto político “tiene muchos componentes, entre los que está el sentir la firmeza de poder ser elegida”.

El papel de la mujer en la política, independientemente de si llega a un puesto político, ha sido histórico y ha tenido un rol fundamental, según la socióloga Ramona Hernández, que dirige el Centro de Estudios Dominicanos en la Universidad de la Ciudad de Nueva York, CUNY.

“En una sociedad de machos es más fácil para los hombres recaudar fondos para apoyar sus candidaturas”, acotó Hernández, explicando que “nadie quiere apostarle a alguien que va a perder y primero hay que convencer a los hombres que una mujer puede hacer bien su papel”.

Yudelka Tapia, quien se ha postulado dos veces al Concejo Municipal de Nueva York, lo define como “una lucha permanente” que se debe mantener para alcanzar más puestos en una sociedad en que “culturalmente los hombres llevan en su interior un machismo incorporado, sin importar el país a donde se trasladen”.

Pero Tapia, quien comenzó su carrera política en la República Dominicana, aclara que la desigualdad de las mujeres no ocurre exclusivamente en el ámbito político, ni entre dominicanos. “Es un fenómeno a nivel mundial y si bien las mujeres son reconocidas por sus capacidades, aun falta mucho por recorrer”, dijo.

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