Gana adeptos iniciativa contra sodas
La propuesta de limitar su venta puede 'salvar vidas', dicen quienes la apoyan.

Kathy Dolgin, fundadora de Energy Up, se opone a las bebidas azucaradas. Crédito: JUAN MATOSSIAN / EDLP
Nueva York – La escalinata del ayuntamiento de Nueva York suele ser utilizada como plataforma de protesta contra los medidas impopulares del alcalde, pero este lugar fue escogido ayer por varias organizaciones independientes para mostrar su apoyo a la iniciativa de Michael Bloomberg de limitar la venta de bebidas azucaradas de gran tamaño.
Kathy Dolgin, fundadora del grupo en defensa de la salud “Energy Up”, dijo que el azúcar es “como una droga para millones de personas” y que los casos de diabetes y obesidad le cuestan miles de millones de dólares al estado.
“La propuesta del alcalde puede ser impopular, pero salva vidas”, declaró Dolgin. “El azúcar no tiene sitio en nuestros colegios”, añadió.
Además de organizaciones que velan por la salud, miembros de organizaciones religiosas de varios credos también se sumaron a la concentración. Uno de ellos fue Ryan Carter, un pastor asustado por lo mucho que afecta la obesidad a su congregación, especialmente entre los más jóvenes.
“Los que se oponen a esta prohibición, no saben lo que es ir a ver a su hijo a un hospital por este problema o, aún peor, a un funeral”, dijo Carter. “Nuestros líderes electos tienen la responsabilidad de mejorar la vida de los ciudadanos, y eso es lo que haría esta medida”.
En la calle, una madre con tres hijos adolescentes ve positiva la propuesta, aunque claramente insuficiente.
“Sé que aunque yo no compre sodas, mis hijos puede encontrarlas en cualquier esquina, y prohibirlas puede ser la única solución para que no las tomen”, dice María Domínguez. “Pero si quieren que la gente deje de estar gorda, más les valdría bajar el precio de las verduras, que valen el triple que la comida ‘chatarra”.
La propuesta de Bloomberg de momento sólo incluye la prohibición de vender bebidas azucaradas de más de 16 onzas a restaurantes, cines o carritos de comida en la calle, pero excluye a supermercados. De ser aprobada por el Departamento de Salud, entraría en vigor en la primera mitad del año que viene.