Reacciones contra “racista” de Central Park reabren debate y confirman estrés de Nueva York por la pandemia
El caso Cooper vs Cooper lanza muchas preguntas que no todos quieren responder
“No puedes ser negro y votar por Trump”, afirmó durante una entrevista radial realizada a distancia el viernes desde Nueva York, el ex vice presidente y virtual candidato Demócrata Joe Biden, desatando críticas de la comunidad afroamericana en todo el país.
El descuidado comentario racista y estereotipado, parece haberse diluido rápido entre las noticias, luego de que Biden admitiera su “arrogancia”. “Nadie debería tener que votar por ningún partido en función de su raza, religión o antecedentes”, afirmó.
La situación no ha sido tan sencilla para Amy Cooper, una neoyorquina blanca que, a pesar de también haberse disculpado, ha visto su vida laboral y personal derrumbarse tras llamar a la policía para denunciar que “un hombre afroamericano” la estaba “amenazando” a ella y su mascota en Central Park.
El video grabado por Christian Cooper -irónicamente ambos comparten el mismo apellido- cuando se acercó a la mujer para pedirle que colocara una correa a su perro como exige la ley en el parque, se convirtió en viral el lunes. Al momento suma más de 41 millones de reproducciones.
Desde el mismo lunes, Amy y Christian Cooper han declarado a la prensa y la mujer no ha parado de disculparse. En el ínterin fue colocada en licencia laboral, devolvió a su perro adoptado a un refugio y hasta pidieron que vetaran de por vida su acceso al Central Park.
El caso reabrió el siempre vigente debate del perfil racial (racial profiling) en Estados Unidos, avivado además por la muerte, ese mismo lunes, de George Floyd (46) en medio de un flagrante abuso policial en Minneapolis.
En NYC, unos han asumido una postura racional al condenar y analizar el caso de Central Park, mientras otros han optado por una reacción superficial y desbocada que, más allá de resolver el racismo, lo agrava, de lado y lado.
Cuando la policía llegó al parque el lunes, ya Christian se había ido. La noticia trascendió porque su hermana Melody Cooper publicó el video, identificando a la dueña del perro con un genérico y estereotipado nombre “Karen”, al no saber cómo se llamaba.
Al hacerse viral, Christian dijo a NBC News que grabó a Amy en Central Park porque no iba a dejarse intimidar. “No voy a participar en mi propia deshumanización. No voy a alimentar esto”, dijo.
“Vivimos en una época de Ahmaud Arbery, donde los hombres negros son asesinados a tiros por suposiciones que las personas hacen (…) y no voy a participar en eso”, añadió.
Amy, por su parte, aceptó que su reacción “Fue inaceptable y pido disculpas humildemente a todos los que han visto ese video, a todos los que se han ofendido… a todos los que piensan en mí con menos luz y entiendo por qué lo hacen”.
En su cuenta de Twitter, el alcalde Bill de Blasio calificó la escena como “racismo, simple y llanamente”.
En medio de su reacción extrema de pedir al alcalde que vetara a la mujer de por vida en el parque, un comunicado de la Asociación Civil de Central Park reconoció que “El inquietante incidente ha comenzado a debatir si los temores de COVID-19 y la mayor sensación de preocupación han dado lugar a nuevos incidentes de racismo en el área pública de la ciudad”.
Esa clave es una realidad a afrontar en Nueva York, la ciudad y el estado más afectados por la pandemia, en contagios, muerte y desempleo: la población ha pasado por un estrés extremo y prolongado, que ya se ha manifestado en la búsqueda de armas por la sensación de incertidumbre, inseguridad e impunidad, y en el cierre de espacios públicos como, por ejemplo, las anheladas playas, “sólo para residentes”.
Al mismo estilo divisionista de la Casa Blanca en tiempos de Donald Trump, en NYC se está creando un peligroso “nosotros contra ellos”, diagnosticó el alcalde de NYC, aunque él mismo ha tomado medidas que han contribuido a agravar la confusión y la intranquilidad, además de su legendaria tensa relación con NYPD.
Por lo pronto, ayer mismo el senador estatal Brian Benjamin (D-Manhattan) presentó un proyecto de ley que consideraría un “delito de odio” el reportar falsamente un incidente.
“Me preocupa que si ella (Amy) no hubiera sido filmada, esta mujer podría haber recibido el beneficio de la duda, y que este hombre (Christian) podría haber enfrentado consecuencias graves, quizás mortales, si la policía hubiera llegado”, dijo el senador de Harlem en un comunicado, citado por New York Post.