Un día de Acción de Gracias en NYC que abraza tres emociones: agradecimiento, temor y luto
Miles de familias, afligidas de alguna forma por la pandemia, no abandonan la tradición de "agradecer sobre todas las cosas" a pesar de sentimientos de ausencia y dolor
Con un marcador fatal de más de 24,000 fallecidos en la Gran Manzana debido a una pandemia que hizo estragos con mucha fuerza en vecindarios de mayoría hispana, no es difícil inferir que este jueves día de Acción de Gracias centenares las familias tendrán entrelazadas tres emociones en el fragor de la fiesta más importante del país: agradecimiento, temor y luto.
Tal es el testimonio de la docente de origen mexicano Nancy Arreaga, de 45 años, residente de Bulls Head, en Staten Island, quien verá por primera vez un asiento vacío en la mesa en donde por décadas compartió la tradicional cena de ‘Thankgiving’ con su padre Mariano Arriaga, un inmigrante de Puebla que forjó su familia en Nueva York, y quien el pasado 27 de abril perdió la batalla contra el coronavirus.
“Es la primera vez que mi papá no estará conmigo en esta fecha. A él le gustaba celebrar Acción de Gracias desde que vivía en México. Vino muy jovencito. Siempre inculcó a nuestra familia el valor inmenso que tiene el agradecimiento”, narró conmovida la educadora.
La familia Arreaga enfrentó momentos muy duros desde que el COVID-19 empezó a expandirse en la ciudad de Nueva York.
El señor Mariano Arreaga tenía 70 años y muchas ganas de vivir para seguir viendo a su familia crecer. Luchó por tres semanas agónicas entre hospitales de Nueva Jersey y Nueva York, en un momento cuando las mismas autoridades de Salud trataban de entender cómo enfrentar la pandemia.
“Fue todo muy inesperado. Yo fui testigo de cómo los hospitales estaban abarrotados de gente. No había capacidad para atenderlos a todos. Los pacientes esperaban moribundos en las sillas. Ese recuerdo me impulsa a tomar medidas extremas de protección, porque yo tengo cuatro hijos pequeños”, contó Nancy.
“Mucho que agradecer”
Las ráfagas dolorosas de la pandemia casi cobra también la vida del esposo de Nancy, quien presentó graves sintómas pulmonares, simultáneamente cuando su padre enfrentaba el virus en cuidados intensivos del hospital.
“Fueron días desesperantes. Hoy la memoria de mi papá es mi soporte. Y este día de Acción de Gracias a pesar de las adversidades. A pesar de la pérdida. A pesar de la ausencia. Sí tengo mucho que agradecer a la vida, por mi familia, por mis hijos y especialmente por haber tenido un padre que me transmitió grandes enseñanzas”, comentó Nancy.
Luego de seis meses tratando de asimilar el certero golpe que atestó a toda su existencia el virus, esta batalladora maestra que además es activista por los derechos de los trabajadores y los inmigrantes en Staten Island, un condado en donde la tasa de infección empezó a remontar la última semana, comenta que la ‘cena del pavo’ este año tendrá un sentido “más íntimo”.
“Es momento de cuidar a nuestros seres queridos. Seguiremos con esta gran tradición, pero sobre todas las cosas agradecer y agradecer, como nos inculcó mi papá. Lo recordaremos. Lo echaremos de menos en la mesa. Pero con muy pocas personas. Yo puedo dar fe que esta pandemia no es un juego y puede causar mucho dolor”, aseveró.
¡Gracias! Sobreviví al COVID-19
En donde se registró el ‘epicentro del epicentro”’ de la pandemia en el vecindario de Corona en Queens, el luto también tocó la puerta a centenares de familias de ese vecindario, en donde más del 52% de sus residentes son inmigrantes latinoamericanos. Uno de ellos fue el trabajador de la construcción Manuel Pazminio, de 55 años, quien perdió a su pareja con la cual apenas compartía dos años de convivencia.
Manuel cuenta que llevó a su novia de 42 años para ser atendida en un cuadro febril y de falla respiratoria en el Hospital Elmursht de Queens cuando era como una especie de escenario de guerra a principios de mayo. Al tercer día falleció.
“Este virus no perdona edad. Este día de Acción de Gracias voy a vivirlo con un sentimiento muy fuerte de agradecimiento porque yo sobreviví al virus, siendo mayor que ella. Mis dos hijos en mi primera familia todavía me necesitan. Pero también siento un vacío muy grande porque apenas estaba tratando de rehacer mi vida”, confesó el inmigrante.
El empleado de la construcción asegura que siempre ha admirado la tradición alrededor del pavo en este país y durante 15 años la ha seguido como un “ritual” para recordar uno de los sentimientos más importantes que puede expresar el ser humano.
“Con esto de la pandemia todo cambió en Nueva York y en el mundo. Pero como inmigrantes que la hemos pasado muy mal, todavía tenemos mucho que agradecer a este país.”, concluyó.
Dos fechas clave:
- 1863 – fue al año en que se hizo oficial la celebración del Día de Acción de Gracias, bajo la presidencia de Abraham Lincoln, quien declaró oficialmente el último jueves de noviembre como día festivo.
- 1918 – fue el último año que una pandemia afectó de manera considerable la celebración del día de Acción de Gracias en el país, se trató del virus de la influenza que causó la muerte de 675,000 estadounidenses, de acuerdo con el centro de Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).