Bush apoya ciudadanía condicionada a 11 millones de indocumentados
El expresidente republicano defiende que haya una reforma migratoria, pero con restricciones para obtener la "green card"
El apoyo a la ciudadanía de indocumentados del expresidente George W. Bush no es algo nuevo, ya que en 2006 respaldó un proyecto de reforma migratoria que se estancó en 2007 en el Congreso.
Sus políticas migratorias defendían a los Estados Unidos como un país de inmigrantes, pero también como una nación de leyes, por lo que el proyecto de naturalización estaba condicionado a la creación de un programa masivo de deportaciones, recuerda la organización On The Issues.
Con motivo de su libro de retratos De muchos, uno (Out of Many, One), el expresidente defiende los mismos principios, al considerar que “una amnistía” general a los indocumentados sería “un insulto” a quienes llegaron legalmente a los EE.UU., por lo que sugiere un plan gradual.
“Una concesión de amnistía [a los indocumentados] sería fundamentalmente injusta para aquellos que vinieron legalmente o aún están esperando su turno para convertirse en ciudadanos”, defendió el exmandatario republicano en un artículo de opinión en The Washington Post. “Pero los inmigrantes indocumentados deben salir de las sombras a través de un proceso gradual en el que se debe obtener la residencia legal y la ciudadanía, como cualquier otra persona que solicite el privilegio”.
Agregó que los requisitos deberían incluir pruebas de su historial labora, el pago de impuestos y/o el pago de multas por impuestos atrasados, dominio de inglés, además de su examen cívico sobre conocimiento de EE.UU., así como aprobar una revisión de antecedentes penales.
“Nunca debemos olvidar que el deseo de vivir en los Estados Unidos, una aspiración mundial y tan poderosa como siempre, es una afirmación de nuestro país y de lo que defendemos”, expresó. “La recompensa han sido generaciones de estadounidenses patriotas agradecidos, trabajadores, autosuficientes y que vinieron aquí por elección”.
El exmandatario dijo que su libro busca abordar dos aspectos: compartir retratos de inmigrantes, cada uno con una historia notable y humanizar el debate sobre inmigración y la reforma.
Las ideas de Bush no son muy distintas a lo que se propone en la reforma migratoria del presidente Joe Biden, actualmente en el Congreso, donde se ofrece el camino a la ciudadanía inmigrantes con una “green card” provisional, también señala la revisión de antecedentes, marcados en las leyes migratorias, como un elemento clave.
“Espero que estos rostros –y las historias que los acompañan– sirvan como recordatorio de que la inmigración no es sólo una parte de nuestra herencia”, dijo, al señalar que los nuevos estadounidenses “son una fuerza para el bien”.
Criticó que la inmigración genere tantas diferencias en este momento, pero mantuvo su postura de que cualquier reforma deberá tomar en cuenta de que los nuevos ciudadanos respetarán la ley, para generar mayor confianza.
“La ayuda y el respeto otorgado históricamente a los recién llegados es una de las razones por las que muchas personas todavía aspiran y esperan convertirse en estadounidenses”, expuso. “Ninguna propuesta sobre inmigración tendrá credibilidad sin la confianza de que nuestras leyes se cumplen de manera coherente y de buena fe”.
También defendió una mayor protección en la frontera, incluidas “barreras físicas”, así como mayor tecnología.
“Necesitamos una frontera segura y eficiente y debemos aplicar todos los recursos necesarios”, dijo. “Mano de obra, barreras físicas, tecnología avanzada, puertos de entrada eficientes y optimizados y un sistema de inmigración legal sólido”.