Alimentos orgánicos: no serían “mejores” para el cuerpo
El auge por los alimentos orgánicos es innegable, a pesar de su elevado costo cada día son más las persona dispuestas a elevar su presupuesto mensual de alimentos al adquirirlos. Teniendo en cuenta que la dieta es la mejor medicina, vale la pena detenernos a evaluar si son realmente tan buenos para la salud
A estas alturas todos sabemos que la mejor medicina es la alimentación. De hecho si somos listos y tomamos a tiempo mejores decisiones entorno a nuestros hábitos cotidianos y dieta, es muy poco probable que nos enfermemos y sin lugar a dudas viviremos mejor por más tiempo. La realidad es que estamos rodeados de recomendaciones para mejorar nuestra alimentación, no en vano en los últimos meses mucho se ha hablado sobre los beneficios de seguir una dieta basada en plantas y con ello sobre las bondades de consumir alimentos orgánicos.
Lo cierto es que todos nos hemos preguntado si deberíamos apostar por elegir alimentos orgánicos, sabemos que “es bueno”, aunque en realidad no nos hemos detenido a conocer las razones. A grandes rasgos podemos decir que una comida orgánica, es el término que se de le da a aquellos alimentos destinados al consumo que han sido producidos sin productos químicos y procesados sin aditivos. Los defensores dicen que los alimentos orgánicos son más seguros, posiblemente más nutritivos y, a menudo, tienen mejor sabor que los alimentos no orgánicos. También confían en que al estar libres de químicos son más benéficos para la salud, eso sin mencionar las bondades de la producción orgánica para el medio ambiente y con los animales. Si bien existen todo tipo de creencias al respecto, cada vez más compradores parecen convencidos, aunque no es novedad decir que los alimentos orgánicos suelen costar más ¡a veces mucho más! Las ventas no dejan de sorprendernos y aumentan constantemente.
Se cuenta con datos interesantes al respecto, tal es el caso de las declaraciones de Katherine DiMatteo, directora ejecutiva de la Organic Trade Association (OTA): “Hemos tenido una fuerte tasa de crecimiento del 20% anual desde 1990”. Además afirmó que actualmente más tierra se dedica a la producción orgánica: hasta 2.35 millones de acres en 48 estados a partir de 2001.
Es indudable que se trata de un estilo de agricultura con otras normativas, que benefician la salud y a vida. Sin embargo siguen existiendo dudas al respecto, muchos expertos dicen que no hay suficiente evidencia para demostrar una ventaja real de comer alimentos orgánicos. Tal es el caso de las declaraciones de David Klurfeld, presidente del departamento de Nutrición y Ciencia de los Alimentos de la Universidad Estatal de Wayne en Detroit: “Hay información realmente muy limitada en las personas sobre los resultados de salud reales con el consumo de estos productos”. “No sabemos lo suficiente como para decir que uno es mejor que el otro”. Con tales referencias vale la pena detenernos a pensar si realmente vale la pena adquirir estos alimentos y elevar significativamente el presupuesto mensual.
Lo primero es lo primero ¿Qué califica como orgánico? Lo primero que vale la pena mencionar es que la historia de los alimentos orgánicos ha pasado por una notoria evolución. Antes de octubre de 2002, los estados en todos Estados Unidos seguían diferentes reglas para certificar y etiquetar productos orgánicos. Hoy en día absolutamente todos los alimentos orgánicos se cultivan y procesan de acuerdo con estrictos estándares nacionales establecidos por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos. Para cumplir con dichos estándares, los cultivos orgánicos deben producirse considerando los siguientes puntos: sin pesticidas convencionales (incluidos herbicidas), fertilizantes sintéticos, lodos de aguas residuales, bioingeniería o radiación ionizante. Los animales criados orgánicamente deben recibir alimento orgánico y mantenerse libres de hormonas de crecimiento y antibióticos. Los animales de granja orgánicos deben tener acceso al aire libre, incluidos los pastizales para pastar. De tal modo que actualmente si un alimento tiene una etiqueta con la layenda “USDA orgánico”, quiere decir que contiene al menos un 95% de ingredientes orgánicos. Además, un experto aprobado por el gobierno ha inspeccionado la granja donde se produjo para asegurarse de que el agricultor cumpla con los requisitos del USDA.
De cierta manera antes de que los estándares entraran en vigencia, el consumidor nunca sabía lo que estaba recibiendo. Por fortuna las cosas han cambiado y actualmente al comprar algo orgánico, no es un concepto al aire y realmente podemos saber si se adhiere a ciertos estándares establecidos.
¿Los alimentos orgánicos son más saludables?
Claro que esta es la pregunta del millón. Por lo tanto si se trata de hablar de pesticidas y sus efectos en la salud, la evidencia es bastante concluyente: las posibilidades de obtener residuos de pesticidas son mucho menores con los alimentos orgánicos. De hecho se cuenta con un estudio realizado por Consumers Union, en el cual los investigadores analizaron datos de más de 94.000 muestras de alimentos y 20 cultivos diferentes. Descubrieron que los cultivos cultivados orgánicamente tenían en promedio un tercio de los residuos de pesticidas que las versiones cultivadas convencionalmente. Los alimentos orgánicos también tenían muchas menos probabilidades de contener residuos de más de un pesticida.
Sin embargo es importante mencionar que los pesticidas artificiales no son las únicas amenazas a la seguridad alimentaria. Los expertos enfatizan en que no podemos olvidar que existen toxinas naturales producidas por las propias plantas, en este campo los alimentos convencionales pueden tener la ventaja. Debido a que la producción orgánica se mantiene alejada de los insecticidas y herbicidas sintéticos, los cultivos orgánicos generalmente se enfrentan a más plagas y malezas que los cultivos convencionales. Esto significa que las plantas orgánicas pueden producir más toxinas naturales. De hecho se ha comprobado que estos pesticidas naturales podrían ser tan dañinos para las personas, o incluso más, que los pesticidas sintéticos utilizados en la agricultura convencional. Uno de los mejores ejemplos es la solanina, una sustancia producida por las papas cuando se vuelven verdes y que puede enfermarlo si ingiere demasiada.
Otra preocupación de seguridad que se ha planteado acerca de los alimentos orgánicos es la cuestión de los fertilizantes de estiércol. De tal modo que muchos expertos temen sobre las consecuencias del uso de estiércol para fertilizar cultivos orgánicos, sobre todo enfocado en un mayor riesgo de contaminación por bacterias peligrosos como E. coli.
Por último y no menos importante, la duda más relevante radica en el poder nutricional ¿Son verdaderamente más densos en nutrientes? La respuesta dudosa, ya que según los expertos quedan muchos estudios y trabajo de investigación por realizarse. Si bien, se cuenta con algunas referencias en las cuales se ha confirmado que los productos orgánicos tienen niveles más altos de vitamina C, ciertos minerales y antioxidantes, que benefician la salud y combaten afecciones crónicas. La realidad es que se trata de diferencias verdaderamente pequeñas, que según los expertos no tienen ningún impacto en la nutrición en general.
Por lo tanto la mejor manera de garantizar un mayor consumo de nutrientes en la dieta, es procurar el equilibrio y apostar por el consumo de alimentos naturales, integrales y frescos. Es bien sabido que los productos locales y frescos, saben mucho mejor y conservan mejor sus cualidades organolépticas.
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