Mal de Parkinson: las frutas podrían ser clave en el tratamiento, de acuerdo con un nuevo estudio

Según un estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, el farnesol podría prevenir y revertir el daño cerebral relacionado con la enfermedad de Parkinson. Descubrieron que el farnesol puede prevenir la pérdida de neuronas que producen dopamina en el cerebro desactivando PARIS, una proteína clave que participa en la progresión de la enfermedad

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Las bayas son ricas en compuestos que pueden tener efectos neuroprotectores.  Crédito: Daria Shevtsova | Pexels

A estas alturas no es ningún secreto decir que la fruta es uno de los elementos dietéticos fundamentales en toda alimentación equilibrada y enfocada en prevenir enfermedades. Un nuevo estudio encabezado por investigadores de Johns Hopkins Medicine, demostró que un compuesto llamado farnesol que se encuentra naturalmente en hierbas, bayas y otras frutas, es una poderosa medicina: previene y revierte el daño cerebral relacionado con la enfermedad de Parkinson. Los resultados del nuevo estudio, fueron publicados a finales de julio en Science Translational Medicine.

Dentro de los datos curiosos sobre este peculiar compuesto, se sabe que es utilizado en la elaboración de aromas y perfumes. De acuerdo con el estudio realizado en ratones, el farnesol puede prevenir la pérdida de neuronas que producen dopamina en el cerebro de los ratones desactivando PARIS, una proteína clave que participa en la progresión de la enfermedad. La pérdida de estas neuronas afecta el movimiento y la cognición, lo que provoca síntomas característicos de la enfermedad de Parkinson, como temblores, rigidez muscular, confusión y demencia. Por lo tanto se trata de un hallazgo importante, ya que según los científicos la capacidad del farnesol para bloquear PARIS; podría guiar el desarrollo de nuevas intervenciones para la enfermedad de Parkinson que se dirijan específicamente a esta proteína.

Como dato al margen: la enfermedad de Parkinson es una condición progresiva del sistema nervioso que afecta el movimiento y suele deteriorar la calidad de vida gradualmente. Afecta el movimiento corporal y empeora progresivamente con el tiempo, a menudo comienza con un temblor apenas perceptible en una de las manos, que es la señal más común. Aunque también suele incluir disminución del movimiento y rigidez muscular, cambios en el equilibrio, alteraciones en el habla y la escritura.

Un dato bastante interesante es que se ha comprobado que el Parkinson está estrechamente relacionado con la falta de células de dopamina en el cuerpo, con base en ello los investigadores y expertos en medicina se han enfocado en encontrar nuevas formas de aumentar la dopamina de forma natural a través de la dieta y el estilo de vida. Lo cual hace sentido con las observaciones de este estudio.Ted Dawson, director de Johns Hopkins Institute for Cell Engineering y profesor de neurología en la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, se mostró entusiasmado con los hallazgos: “Nuestros experimentos mostraron que el farnesol previno significativamente la pérdida de neuronas de dopamina y revirtió los déficits de comportamiento en ratones, lo que indica su potencial como tratamiento farmacológico para prevenir la enfermedad de Parkinson.”

¿Por qué es tan relevante? En el cerebro de las personas con la enfermedad de Parkinson, una acumulación de PARIS ralentiza la fabricación de la proteína protectora PGC-1 alfa. La proteína protege a las células del cerebro de las moléculas reactivas de oxígeno dañinas que se acumulan en el cerebro. Sin esta proteína protectora (PGC-1alpha), las neuronas de dopamina mueren, lo que lleva a los cambios cognitivos y físicos asociados con la enfermedad de Parkinson.

¿Cuáles fueron los hallazgos del estudio? Los investigadores encontraron que los ratones alimentados con la dieta farnesol se desempeñaron mejor en una prueba de fuerza y ​​coordinación diseñada para detectar el avance de los síntomas de la enfermedad de Parkinson. En promedio, los ratones se desempeñaron 100% mejor que los ratones inyectados con alfa-sinucleína, pero alimentados con una dieta regular.

Cuando los investigadores estudiaron más tarde el tejido cerebral de los ratones en los dos grupos, encontraron que los ratones alimentados con una dieta suplementada con farnesol tenían el doble de neuronas dopaminérgicas sanas, que los ratones no alimentados con la dieta enriquecida con farnesol. Los ratones alimentados con farnesol también tenían aproximadamente un 55% más de la proteína protectora PGC-1 alfa en sus cerebros que los ratones no tratados. Estas revelaciones llevaron a los investigadores a realizar diferentes experimentos químicos, en los cuales confirmaron que el farnesol se une a PARIS, cambiando la forma de la proteína para que ya no pueda interferir con la producción de PGC-1 alfa.

Una de las grandes genialidades de todo esto es que el farnesol se produce de forma natural en los productos de origen vegetal, con especial énfasis en las frutas. Sin embargo las cantidades que se obtienen a través de la dieta, son poco claras. Si bien existen versiones sintéticas, aún queda mucho trabajo de investigación por realizar, los investigadores advierten que aún no se han determinado las dosis seguras de farnesol para humanos y que solo los ensayos clínicos cuidadosamente controlados pueden hacerlo.

Finalmente los estudios y el trabajo de investigación seguirán, sin embargo Dawson y su equipo esperan que el farnesol pueda usarse algún día para crear tratamientos que prevengan o reviertan el daño cerebral causado por la enfermedad de Parkinson.

Cabe mencionar que el estudio fue bastante relevante y contó con la participación de reconocidos investigadores, por mencionar algunas colaboraciones: Samsung Biomedical Research Institute, Suwon, South Corea; la Fundación de Investigación Médica Diana Helis Henry; la Facultad de Medicina de la Universidad Ajou; la Facultad de Medicina de la Universidad Kyung Hee, ambas en Corea del Sur; la Facultad de Medicina de la Universidad de Sungkyunkwan, Seúl, Corea del Sur y la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Seúl. Además, el trabajo estuvo apoyado por subvenciones de JPB Foundation, Cure Parkinson’s Trust, Bachmann-Strauss Dystonia and Parkinson Foundation, Adrienne Helis Malvin Medical Research Foundation, Diana Helis Henry Medical Research Foundation y el Programa de Investigación Intramural de los Institutos Nacionales de Salud, el Centro de Investigación del Cáncer y el Instituto Nacional del Cáncer.

Sin lugar a dudas este tipo de descubrimientos llegan como una bocanada de aire fresco. Invitan los científicos y expertos en salud a crear nuevas estrategias para la prevención de este tipo de enfermedades neurodegenrativas y crónicas, que sin lugar a dudas cada día aquejan más a la sociedad moderna. Lo mejor de todo es que reafirman el papel fundamental que juega la calidad de la alimentación en la prevención de enfermedades degenerativas y la esperanza de vida.

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