Barcelona alista ovejas y cabras para combatir sus incendios forestales con un antiguo método
La ciudad de Barcelona ha desplegado un antiguo método para detener la propagación de incendios forestales: utilizar cabras y ovejas para comer tanta vegetación como sea posible
En Barcelona, 290 ovejas y cabras han comenzado a masticar plantas y hierba en zonas que podrían ser vulnerables a las llamas. Crédito: Pexels | Pixabay
Conservacionistas de la ciudad de Barcelona han desplegado un antiguo método para detener la propagación de incendios forestales: utilizar cabras y ovejas para comer tanta vegetación como sea posible.
Como gran parte de Europa, España ha luchado para contener los incendios forestales en las olas de calor de este verano y ha recurrido a un método anticuado.
En Barcelona, 290 ovejas y cabras han comenzado a masticar plantas y hierba en zonas que podrían ser vulnerables a las llamas. Las áreas estériles creadas podrían actuar como un cortafuegos natural.
Guillem Canaleta, de la Fundación Pau Costa, una organización catalana sin fines de lucro, ha estado implementando la estrategia desde 2016 y dijo que el método es antiguo pero tiene mérito.
“Lo que estamos haciendo es recuperar algo que ya existía y que estaba desapareciendo”, dijo Canaleta a medios europeos.
El proyecto comenzó en abril con el ganado probando sus estómagos frente a las ofrendas verdes del parque de 8,000 hectáreas de Collserola, al oeste de la ciudad.
El área ve alrededor de 50 incendios forestales al año y las autoridades están preocupadas por su proximidad a las grandes áreas urbanas de Barcelona, aunque la mayoría de los incendios se apagan rápidamente.
La estrategia ganadera también se ha copiado en los últimos años en California y Canadá, pero ha sido central en las políticas de España en general durante dos décadas.
Cuesta un 75 por ciento menos tener ovejas y cabras limpiando el área que maquinaria para hacer el mismo trabajo. Los animales se han convertido incluso en una atracción turística local.
Julia Rouet-Leduc, investigadora del Centro Alemán para la Investigación Integrativa de la Biodiversidad de la Universidad de Leipzig, dijo: “No es un milagro, pero es parte de una solución que puede ayudar a que los paisajes sean más resistentes al fuego”.
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