Pareja le ocultó durante años a sus hijos que habían ganado premio de lotería para que siguieran “humildes”

Una de las emociones más grandes que puedes vivir en tu vida es que algún día te puedas hacer un importante premio de lotería, noticia que, sin duda, querrás compartirla con las personas a las que más confianza les tengas.

De hecho, los abogados expertos en lotería, lo primero que recomiendan es que trates de mantenerte discreto y no andes por ahí, gritando a los 4 vientos, que has ganado la lotería, así que lo ideal es que solo lo comentes con tu núcleo familiar más cercano.

Pensando en esto, seguro contarías con los dedos de las manos a las personas con las que compartirías la noticia; quizá se lo digas a tus padres, a tu pareja y a tus hijos.

Pero no todos piensan igual y para ello tenemos el caso de una pareja británica conformada por Sarah y Aldan Ibbetson, los cuales obtuvieron un importante premio de lotería y decidieron mantenerlo en secreto durante años para que sus hijos no lo supieran.

Fue en 2002 cuando los Ibbetson obtuvieron un premio equivalente a $3,8 millones, dinero que en ese momento les cayó del cielo, ya que Sarah, quien es dentista, se encontraba de baja por maternidad, pues acababa de dar a luz a su hija.

“Estábamos en casa viendo el sorteo en vivo por televisión y primero pensamos que teníamos 5 números, antes de enviar un mensaje de texto más tarde y darnos cuenta de que teníamos los 6. Fue surrealista. Estábamos incrédulos hasta que lo confirmamos”, recordó la mujer.

Ya con premio en mano, la familia se mudó a la localidad de Ilkley y en 2014 construyeron su propia casa de 5 habitaciones, una cocina-comedor sumamente vanguardista y con muebles de piedra. De igual modo, han invertido parte de su premio de lotería en un nuevo negocio de fabricación de placas vehiculares llamado Number One Plates.

Contrario a lo que sucede con la mayoría que ha ganado un millonario premio de lotería, estos padres decidieron continuar con una vida sumamente relajada e incluso, tomaron la decisión de no contarles sobre su situación a sus hijos hasta que no tuvieran la edad suficiente para comprender lo que había significado su golpe de suerte, pues lo que querían es que se mantuvieran humildes y con los pies en la tierra.

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