Anciana israelí liberada por Hamás le dio la mano a uno de sus captores en Gaza y le deseó la paz
Yocheved Lifshitz, de 85 años, y quien estuvo unos 17 días en cautiverio en un espacio de túneles explica por qué se despidió cordialmente de sus captores
Una de las dos rehenes liberadas este lunes por Hamás se despidió cordialmente de militantes y les deseó paz.
Imágenes de la entrega muestran a Yocheved Lifshitz, de 85 años, dándole la mano a uno de los captores, mientras un empleado de la Cruz Roja en el cruce de Rafah la auxilia a ella y a Nurit Cooper, de 79.
“Shalom”, es la expresión que utiliza la anciana para despedirse de sus captores que lucen encapuchados. “Shalom” significa paz en hebreo.
“Está bien, vámonos”, se le escucha repetir al miembro de la organización no gubernamental (ONG).
En declaraciones a reporteros desde Ichilov Hospital en Tel Aviv junto a su hija Sharone Lifshitz, la anciana reveló que se despidió de esa manera porque los militantes de Hamás las trataron muy bien.
“Mi mamá está diciendo que ellos fueron muy delicados y gentiles con ellos y se encargaron de sus necesidades”, dijo Lifshitz en inglés en nombre de su madre que se presentó en una silla de ruedas.
“Ellos parecían realmente preparados…Ellos se hicieron cargo de todas las necesidades femeninas, champú, acondicionador”, añadió.
Según le dijo la madre a su hija, los combatientes atendieron de la misma manera a todos. Los captores le indicaron que no les harían daño porque eran musulmanes.
“Uno de los hombres resultó gravemente herido en un accidente de motora en el camino y fue tratado por paramédicos. Ellos mantenían el espacio limpio, y estaban bien preocupados preocupados por ellos”, relató.
Supuestamente y para sorpresa de los prisioneros, los militantes se preocupaban mucho por la limpieza, ya que temían el brote de alguna enfermedad.
Lifshitz detalló que usaban toilets que se limpiaban todos los días.
La mujer estuvo cautiva por unos 17 días en una red de túneles subterráneos que lucía como una teleraña.
“Cuando ellos llegaron, llegaron a un largo pasillo donde se encontraban aproximadamente 25 rehenes. Luego de dos o tres horas, cinco de estos los movieron a una habitación separada”, declaró la hija.
“Ella dijo que ellos eran muy amigables, los cuidaron, y les dieron medicina”, agregó.
Según la liberada, los captores además se aseguraban de que tuvieran comida.
Durante todo el día se le suministraba pan Pita, queso duro y queso crema bajo en grasa.
La anciana reveló que a cada guardia se le asignó un prisionero y que los vigilantes hablaban y comían con ellos.
A pesar de las supuestas consideraciones de los miembros de Hamás, la mujer describió como un infierno su tiempo en cautiverio.
Además cuestionó la falta de preparación de Israel en anticipo al ataque de Hamás el 7 de octubre.
“Llegó un enjambre de gente a la verja que costó $2,500 millones séqueles y eso no ayudó ni un poco”, planteó.
“Tres semanas atrás, masas llegaron a la verja. Las IDF (Fuerzas de Defensa de Israel) no lo tomaron en serio. Nos tuvimos que valer por nosotros mismos. La falta de conocimiento en IDF y Shin Bet (Inteligencia Israelí) nos afectó severamente”, señaló.
La dos mujeres liberadas por las Brigadas al Qasam, brazo armado de Hamás, forman parte de un grupo de 220 cautivos en Gaza.
El viernes, el grupo islamista palestino liberó a dos mujeres estadounidenses, madre e hija, alegando “razones humanitarias”. Se supone que Judith y Natalie Raanan lleguen a Estados Unidos esta semana.
El presidente Joe Biden exigió ayer la liberación de todos los rehenes de Hamás antes de considerar un posible alto el fuego de los bombardeos israelíes en la Franja de Gaza.
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