Descubre los riesgos ocultos en las piscinas y cómo evitarlos
La piscina, a pesar de que esta tenga todos los cuidados necesarios, se puede convertir en un verdadero cultivo de bacterias y virus
Las altas temperaturas del verano nos invitan a refrescarnos en piscinas y parques acuáticos. Sin embargo, ¿sabías que estos oasis de diversión pueden albergar riesgos para la salud?
En el siguiente artículo, te revelamos los peligros ocultos que existen en las aguas de las piscinas y cómo puedes protegerte a ti y a tu familia.
Patógenos acuáticos: Los enemigos invisibles en las piscinas
Aunque el cloro y el bromo hacen un gran trabajo eliminando la mayoría de las bacterias y virus, algunos gérmenes logran sobrevivir en el agua. La diarrea se posiciona como la enfermedad más común relacionada con las piscinas, según informes recientes.
Los principales culpables son:
1) Cryptosporidium (también conocido como “cripto”)
2) Norovirus
3) Giardia
4) Shigella
5) E. coli
Estos patógenos, relacionados con la contaminación fecal, pueden causar una variedad de síntomas desagradables:
1) Fiebre
2) Calambres abdominales
3) Náuseas
4) Vómitos
5) Diarrea
El Cryptosporidium merece una mención especial. De 2015 a 2019, este parásito fue responsable del 49% de los brotes infecciosos en entornos acuáticos, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés). Su resistencia al cloro lo convierte en un desafío particular para la seguridad de las piscinas.
¿Por qué el cloro no es suficiente?
Te preguntarás, ¿no se supone que el cloro debe eliminar estos gérmenes? La realidad es más compleja:
1) Desequilibrio químico: A veces, la proporción de cloro, bromo y pH no es la adecuada, permitiendo que los gérmenes proliferen.
2) Tiempo de exposición: Las personas pueden entrar en contacto con los patógenos antes de que el cloro tenga tiempo de eliminarlos.
3) Resistencia: Algunos microorganismos, como el Cryptosporidium, han desarrollado resistencia al cloro.
La Dra. Clare Rock, profesora asociada de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, explica: “Esta es una de las razones por las que, si hay un accidente fecal en una piscina, existe un protocolo que los socorristas y los operadores de la piscina siguen antes de permitir que la gente regrese al agua”.
El temido “oído de nadador”
Otro problema común es el “oído de nadador”, una infección bacteriana que afecta el canal auditivo externo. Se produce cuando el agua queda atrapada en el oído, descomponiendo la cera protectora y creando un ambiente ideal para el crecimiento bacteriano.
Síntomas del oído de nadador:
* Dolor
* Enrojecimiento
* Hinchazón
* Picazón
* Secreción del oído
Este problema es más frecuente en niños, pero no es contagioso. Para prevenirlo, la Dra. Rock recomienda: “Puedes usar una toalla, pero también tirar del lóbulo de la oreja en diferentes direcciones para drenar el agua… considera usar tapones para los oídos o un gorro de baño para evitar que el agua de la piscina entre en el oído”.
Irritantes químicos: Más allá de los gérmenes
No solo los microorganismos pueden causar problemas. La irritación de piel, ojos o garganta es una queja común entre los nadadores. ¿La causa? Las cloraminas.
“El cloro de la piscina se convierte en irritantes químicos cuando se combina con el sudor, la orina y la suciedad. Cuando hueles ‘cloro’ en la piscina, probablemente en realidad estés oliendo estos irritantes químicos que se convierten en gas en el aire circundante”, explicó la Dra. Rock.
Estos irritantes pueden provocar:
* Erupciones cutáneas
* Picazón
* Ojos rojos
* Tos
* Sibilancias
* Irritación nasal
Además, un pH inadecuado en la piscina puede exacerbar la irritación de piel y ojos.
La importancia de la higiene personal
Ahora que conoces los riesgos, ¿cómo puedes protegerte? La prevención comienza antes de entrar al agua:
1) Dúchate antes de nadar: Un enjuague rápido de un minuto es suficiente para eliminar la mayoría de la suciedad y sustancias que consumen el cloro o el bromo necesarios para matar los gérmenes.
2) No orines en la piscina: Más allá de ser una falta de educación, la orina contribuye a la formación de cloraminas al combinarse con el cloro. Esto reduce la cantidad de cloro disponible para combatir otros gérmenes.
3) Evita tragar agua: Esta es quizás la precaución más importante que puedes tomar.
4) Cuida tus heridas: Si tienes una herida abierta o un corte, lo mejor es mantenerse fuera del agua. Si debes nadar, usa un vendaje impermeable que cubra completamente la herida.
5) Toma descansos frecuentes: Especialmente si nadas con niños o bebés, asegúrate de tomar descansos regulares para ir al baño y cambiar pañales lejos de la piscina.
Antes de sumergirte en la piscina, toma un momento para evaluar la seguridad del lugar:
1) Revisa los registros de inspección: Muchos departamentos de salud hacen públicos estos informes.
2) Observa el fondo: Deberías poder ver claramente el desagüe en la parte más profunda de la piscina.
3) Verifica la presencia de socorristas: Si no hay, asegúrate de que haya al menos un anillo de rescate disponible.
Para los neoyorquinos, el verano 2024 presenta un desafío adicional: una escasez de salvavidas que amenaza el acceso a piscinas y playas públicas. Si te encuentras en esta situación, considera opciones alternativas como piscinas inflables para el jardín, siempre siguiendo las medidas de seguridad adecuadas.
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