La Iglesia protegió a pederastas
Los documentos dados a conocer prueban un patrón de encubrimientos
Está bien documentado en los registros que el reverendo Richard Henry tenía un problema. Ya en marzo de 1988, el entonces arzobispo Roger Mahony había sido advertido en un informe confidencial, que el comportamiento del sacerdote en torno a los muchachos jóvenes – abrazos largos, frotando la nariz, etcétera, era inquietante para los que lo presenciaban.
Monjas y sacerdotes confirman un mismo patrón: “Ninguna de las personas con las que hablamos lo acusó de nada ilegal, pero todos temían que otros adultos viendo esto lo harían”, concluye la nota en el archivo.
En octubre de ese mismo año se le ordenó a Henry a través de una carta que le envió el entonces monseñor Thomas, de “no estar a solas con menores de edad”. Los documentos empezaron a disminuir a mediados de 1989. En agosto de 1991, se le notifica a Mahony que Henry está bajo investigación por abuso de menores.
Un detective le pidió la lista de monaguillos de la iglesia, pero el padre Timothy Dyer, le dijo a Mahony en un memo, que se habí negado a entregar esa lista. Henry fue enviado a prisión por abusar de varios niños.
Los registros de la iglesia muestran las maniobras entre bastidores de la arquidiócesis para evitar una posible demanda en contra de un sacerdote por acusaciones de abuso en Los Ángeles.
En 2007, cinco ex monaguillos de Tucson, Arizona, recibieron $ 1.5 millones de dólares cada uno como parte de un acuerdo por 660 millones de dólares al que llegó el clero. Los cinco dijeron haber sido abusados ??por el reverendo Kevin Barmasse, quien fue enviado a Arizona durante la década de 1980 después de que había sido acusado de abuso de menores en Los Ángeles.
Los registros muestran que monseñor Thomas Curry dijo a Mahony en un memo confidencial fechado el 10 de noviembre de 1989, que “el joven en cuestión tiene ahora unos dieciocho años, por lo que Kevin no debe regresar hasta dentro de por lo menos dos años, ya que después de ese tiempo, habrá pasado el lapso para la presentación de demandas judiciales”.
Más tarde ese mismo mes, Mahony informó a Barmasse que se mantuviera alejado de Los Ángeles. “Su presencia en esta zona aumentaría en gran medida la posibilidad de una demanda en su contra”, escribió Mahony. Barmasse nunca fue procesado penalmente.
El padre Michael Nocita voluntariamente dejó el ministerio en 1991, después de que varias quejas surgieron en su contra relacionadas con niñas adolescentes en las escuelas católicas de nivel secundario de Los Ángeles. En un memo de 1991 a Mahony, el Vicario para el Clero, Timothy Dye informó que se reunió con Nocita, que entonces trabajaba como consejero en un centro juvenil en los suburbios de Los Angeles, y que le pidió que regresara al ministerio activo, indicándole que su partida “fue un pérdida significativa para la Arquidiócesis”.
Nocita dijo que no quería regresar al ministerio activo porque quería casarse. Dyer dijo que le dijo a Nocita que “dado su expediente”, los funcionarios de la iglesia estaban muy preocupados de que estuviera trabajando con niños, a lo que Nocita aclaró que no estaba trabajando con niños menores de 8 años. Mahony escribió en el memo: “muy triste”.
El reverendo Neville Rucker fue acusado de abusar sexualmente de 39 niñas a partir de 1947. Ellas empezaron a dar a conocer sus casos a partir del año 2000. Monseñor Thomas Curry dijo que Rucker tenía que pagar su tratamiento, ya que, dijo, esa era la política de la arquidiócesis.
En cartas dirigidas a las víctimas, Rucker acordó pagarles, pero señaló que no era rico. “Después de haber pasado 12 años como pastor de una parroquia, no tenía dinero suficiente”. En otra carta, dijo que se vio obligado a pedir dinero prestado y vender algunas acciones que su madre poseía.
Rucker se reunió con una víctima en Seattle en 1991, y reportó que “las reuniones haban sido sumamente deprimentes”. En una carta a Curry, se negó a aceptar plenamente la responsabilidad de sus acciones, culpando de su conducta al medicamento con esteroides e incluso a Dios.
Rucker dijo que “bueno, Dios me llamó al sacerdocio y Dios no comete errores, así que supongo que todo esto ocurrió, como parte del plan de Dios para la salvación” (de la víctima). El facilitador que también asistió a la reunión y cuyo nombre fue borrado del archivo, comentó: “Es la primera vez que escucho a alguien poner la responsabilidad del abuso sexual en Dios!”
Un borrador de un plan que lleva el nombre el cardenal Roger Mahony pide el envío de un sacerdote abusador a su natal España durante al menos siete años, el pago de su seguro médico y 400 dólares al mes. El cardenal estaría de acuerdo con escribir a el Vaticano y pedir que cancelaran su excomunión, dejando la puerta abierta para su regreso como sacerdote algún día.
El acuerdo con el Rev. José Ugarte, de quien se sabía a través de un médico, que en años previos había drogado y violado a un niño en un hotel de Ensenada, con el tiempo se rompió.