Denuncian asesinato de otro niño ruso en EEUU
El Defensor del Menor de Rusia, Pável Astájov, acusa a familia estadounidense de Texas de matar a menor adoptado.
El Defensor del Menor de Rusia, Pável Astájov, denunció hoy el supuesto asesinato de Maxim Kuzmín, un niño ruso adoptado por una familia estadounidense de Texas.
“Maxim, de tres años de edad, fue golpeado por su madre adoptiva que durante mucho tiempo le daba medicinas psicotrópicas fuertes”, escribió Astájov en su twitter.
Agregó que el niño murió antes de la llegada de los servicios de Emergencia y que los médicos forenses le hallaron numerosas contusiones.
El Defensor del Menor precisó que el presunto asesinato tuvo lugar a finales de enero sin que hubiera reacción alguna por parte del Departamento de Estado de EEUU al respecto.
La Embajada rusa se enteró de lo sucedido a través de sus propias fuentes sin ser avisada por la parte estadounidense, añadió Astájov.
“Otra vez el Departamento de Estado a diferencia de las autoridades locales no ayudó en absoluto a nuestros representantes del Consulado a esclarecer las causas de una nueva muerte de un niño ruso en EEUU”, dijo a la agencia Interfax el jefe del Departamento de Derechos Humanos de la cancillería rusa, Konstantín Dolgov.
Rusia aprobó en diciembre pasado una ley que prohíbe las adopciones de niños rusos por familias de Estados Unidos, iniciativa que desató fuertes críticas entre los intelectuales y defensores de los derechos humanos rusos.
La prohibición llegó en respuesta a un acta estadounidense aprobada recientemente que impone sanciones, como negación de visados y congelación de activos, a funcionarios rusos presuntamente implicados en la muerte en prisión del abogado ruso Serguéi Magnitski, acaecida en 2009.
Moscú argumentó su decisión con varios casos de violación de los derechos de los niños adoptados en EEUU y con la negativa de la Justicia estadounidense a autorizar que las autoridades rusas investigaran dichos casos.
Astájov informó recientemente que un total de 19 menores rusos han sido presuntamente asesinados desde 2001 por sus padres adoptivos en EEUU, mientras cifró en 14 el número de los huérfanos asesinados en Rusia en el mismo periodo.