Empresario a la cárcel por tráfico sexual
NUEVA YORK/EFE Un empresario hispano fue condenado ayer a 60 años de cárcel por liderar una red de tráfico sexual y trabajo forzoso a través de dos bares que regenta en Long Island, según se informó en medios judiciales.
Tras cuatro semanas de juicio, Antonio Rivera, propietario de los bares “Sonidos de la frontera” y “La hija del mariachi”, fue sentenciado por la jueza Sandra Feuerstein, detalló la Fiscalía federal del Distrito Este.
Junto a Rivera, también fueron sentenciados John Whaley y Jason Villaman, a 25 y 30 años de cárcel, respectivamente, por su responsabilidad en la red de trata de blancas en Long Island, añadió la oficina de la fiscal, Loretta Lynch.
Durante el juicio, las autoridades establecieron que los acusados reclutaron, contrataron y trajeron a EE.UU. a inmigrantes sin papeles de países como Honduras, Guatemala, México o El Salvador para trabajar en los locales de Rivera.
Una vez que empezaban a trabajar como camareras, las víctimas eran obligadas a pedir a los clientes que les invitaran a bebidas alcohólicas y en ocasiones eran forzadas a mantener relaciones sexuales a cambio de dinero.
Varios testigos declararon que Rivera amenazó a las mujeres con ser deportadas para que siguieran trabajando en sus bares, y que en ocasiones incluso usó la violencia para lograr sus propósitos, desde palizas a violaciones.