Bajo ataque: La campaña de los niños resiste

Cinco millones de niños ciudadanos de los Estados Unidos y un millón más de “soñadores”, es decir, seis millones de jóvenes con padres y madres indocumentados, pasan todos los días con el temor de que van a ver sus familias hechas pedazos por medio del arresto y deportación de sus padres o madres, o ambos. Todos los días, cientos de estos jóvenes llegan a la casa desde la escuela solo para descubrir que papá o mamá ha sido agarrado por la inmigración y tiene su cita para la deportación el viernes próximo, mientras que los niños se encaran con la posibilidad de evicción de sus hogares, hambre y sus vidas destrozadas. Esto sucede 1,400 veces cada día mientras que los políticos en Washington hablan y hablan.

Eso es su famosa preocupación por “mantener las familias fuertes y unidas”.

¿Quién habla a favor de estos millones de jóvenes? Se han diseñado las fronteras de los distritos electorales del Congreso de tal forma para asegurar que mayorías blancas eligen suficientes congresistas para bloquear la acción que se necesita. Los “visionarios” del liderato demócrata inventaron su propia formula: La elección de un presidente afronorteamericano calla a los afroamericanos y los latinos mientras que los políticos demócratas gobiernan para competir por los votos de los blancos de la clase media, y mientras que el saqueo de recursos, la droga y la criminalización destruyen a nuestras comunidades y al futuro de la próxima generación. Mientras tanto el presidente nos comparte su experiencia con discriminación cuando era joven, pero no hace nada.

¿Quién habla para estos millones de jóvenes? Tienen que hablar por si solos, y nosotros los debemos respaldar. Mi hijo Saulito, un ciudadano de los Estados Unidos se encuentra en Washington hoy para presentar el caso de los seis millones de jóvenes que necesitan que se legalicen sus familias. Hablará con congresistas, para exigir que aprueban una reforma migratoria y, una vez más, implorará al presidente a que utilice el poder que le hemos dado con nuestros votos, y que hemos mostrado que de hecho tiene, para extender el programa de aplazamientos que ha otorgado a los soñadores a los padres de ellos y a los padres de ciudadanos estadounidenses, como él mismo.

En Chicago, la Familia Latina Unida se unirá con LULAC para anunciar la Campaña Nacional de los Niños para presionar al presidente y al Congreso para estas mismas reivindicaciones durante el mes de agosto. Los jóvenes están oponiendo su propia resistencia. Si sus familias resultan deportadas, en la mayoría de los casos, los niños serán deportados con ellos, siendo la otra opción quedar atrás en condiciones de pobreza extrema. Si logran permanecer, se formarán parte de la nueva mayoría. Hemos tenido un viaje largo y ya la próxima generación está levantando la cruz. ¡Apóyenlos! ¡No los dejen en el abandono!

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