Luchadores los cuatro fallecidos en el tren de El Bronx (videos)
Los recuerdan por sus buenas acciones y su compromiso con la vida para salir adelante
Nueva York – Las vidas de los cuatro neoyorquinos que fallecieron este domingo al descarrilarse el tren que los transportaba hasta Manhattan reflejaban la dinámica diversidad que encierra esta Ciudad. A Kisook Ahn, James Ferrari, Jim Lovell y Donna L. Smith sólo le faltaban 20 minutos para llegar a su destino, pero el tren de Metro-North se accidentó.
Dicen los testigos, que a las 7:20 de la mañana del domingo siete vagones del tren se salieron de control justo en la zona de El Bronx donde el río Hudson se encuentra con el Harlem. Y de 150 pasajeros, sólo estos cuatro no continuaron su travesía.
Entre sus amigos, familiares y conocidos, la tristeza es una, porque eran seres especiales. A continuación les contamos un poco de cada uno de ellos.
KISOOK AHN
Kisook Ahn, de 35 años, era una inmigrante coreana que trabajaba como enfermera. Compartía un apartamento en Queens con otras tres personas en lo que recibía su tarjeta de residencia.
Este domingo, Ahn regresaba a casa luego de haber trabajado en el centro de rehabilitación Sunshine Children’s Home de Ossining, localizado 30 millas al norte de New York.
Conocía bien la Ciudad, a la que llegó en 2008 como parte de un programa de intercambio estudiantil. Completó sus estudios en universidades neoyorquinas. “Estamos tristes” dijo Catherine Alicia Georges, quien la conoció como estudiante y profesional.
“Kisook era una estudiante modelo, que se destacó tanto a nivel de bachillerato como su programa de maestría”.
JAMES FERRARI
Ferrari, de años 59, vivía en el condado de Westchester, al norte de donde ocurrió el accidente. Viajaba hacia Manhattan para trabajar en mantenimiento de edificios y generar ingresos que le permitieran pagar por los studios universitarios de su hija.
Llevaba una década viviendo en Montrose junto a su esposa Francine y su hija Rebecca.
“Era amoroso, trabajador”, expresó Linda Puglisi, líder de Montrose.
Lovell, de 58 años, era un experto en luces y sonido y venía a Manhattan a colaborar en el evento de encendido del árbol de Navidad del Rockefeller Center, que se televisará el miércoles.
Lovell tenía cuatro hijos y estaba casado con una concejal. Vivía cerca del lago del condado de Putnam y le encantaba pescar, pasear en bote y escalar.
Por los pasados 20 años, Lovell estuvo haciendo el viaje de 90 minutos hacia Manhattan cada vez que aceptaba trabajar en alguna producción de envergadura, como el “Today Show”, donde hoy, el productor ejecutivo Don Nash lo recordó.
“Era un individuo bien feliz… Siempre te saludaba con una sonrisa sincera, te daba una palmadita en la espalda y te preguntaba cómo iba tu vida y eso… Nunca lo escuché expresarse de forma negativa”, dijo.
Smith tenía 54 años y viajaba a la Ciudad de Nueva York para escuchar a su hermana Linda cantar el “Messiah” de Handel junto a un coro.
A las 7:20 de la mañana, el cuerpo de Donna Smith fue expulsado del tren; su hermana Linda, de 45 años, sobrevivió al accidente.
Charles Hahn, tío de ambas, no tiene palabras para describir cuán dolorosa es esta situación. “Ellas eran super unidas; dedicadas una a la otra”, contó. Ambas hermanas, que nunca se casaron, nacieron y se quedaron en Newburgh, ciudad a 60 millas al norte de Nueva York.
Donna trabajaba como paralegal y su vida estaba llena de actividades que iban desde apoyar a las Niñas Escuchas hasta recaudar fondos para el cáncer. Dio tutorías a menores con problemas y “era tranquila, feliz”, añadió Hahn, quien compartió la cena del pasado Día de Acción de Gracias con las dos.