Maduro rompe la jornada de reflexión en Venezuela
Oposición está furiosa por el proselitismo del candidato oficialista en plena jornada de reflexión. La campaña electoral acabó en Venezuela a las doce de la noche del jueves.
CARACAS, Venezuela.— “¡¡Venezolana de Televisión violando descaradamente la normativa electoral!! [Tibisay] Lucena, ¿usted hará cumplir la ley? ¡La campaña finalizó ayer!”. Henrique Capriles, líder opositor que mañana disputa la presidencia a Nicolás Maduro, reaccionó con furia tras presenciar cómo la televisión pública proseguía de forma obediente el ejercicio de propaganda chavista de todos los días.
La excusa ayer fue la conmemoración del fracasado golpe de estado de abril de 2002, plataforma perfecta para prodigar los ataques a la oposición en plena jornada de reflexión. La campaña electoral acabó en Venezuela a las doce de la noche del jueves. Menos en las cinco televisiones públicas.
Maduro también se apropió de la televisión a mitad de la tarde. Para ello contó con un invitado estrella, Diego Armando Maradona. Ambos visitaron el Cuartel de la Montaña, donde se exhibe el féretro con los restos de Hugo Chávez. ¿Objetivo? Proseguir la campaña.
El presidente encargado, candidato heredero de Hugo Chávez, no dudó en arengar al país 36 horas antes de las elecciones. “Nadie puede fallar mañana, todos a votar desde tempranito. Se decide el destino de la patria, para defender el legado de este comandante supremo. Hice una campaña de altura, ahorita me siento tranquilo. Puse mi mano sobre el mármol [el féretro del comandante] y me siento tranquilo, fui leal a Chávez”, señaló Maduro después de regalar al país su versión de los sucesos de hace 11 años, comparando siempre a la “derecha fascista” con la actual oposición.
“El objetivo de la derecha venezolana era asaltar Miraflores y que el pueblo se masacrara. No lo hicieron porque nadie obedeció la orden de masacrar al pueblo, cuando vino la orden hicieron lo contrario: buscar al pueblo para rescatar a Chávez”, explicó Maduro profundizando el dogma oficial de un golpe de estado precedido de unos hechos violentos que costaron la vida a 11 opositores, siete chavistas y un fotógrafo venezolano.
El periodista preguntó al presidente encargado si, tras la denuncia de varias “conspiraciones” en los últimos días (ayer se anunció la detención de unos presuntos mercenarios salvadoreños) se podría repetir otro golpe como el del abril.
“Garantizamos unas elecciones en paz, el que venga con planes de asesinatos y violencia, el mercenario que venga, lo buscaremos. Pendientes, hay pesquisas para neutralizar factores violentos. Que cese la intolerancia de los que la tienen, los resultados serán los resultados, para que la patria continúe y se multiplique”, contestó Maduro.
La invasión oficialista de la televisión provocó las críticas inmediatas de la oposición. Pero cayeron en el saco roto del Consejo Nacional Electoral (CNE).
“En twitter no se ponen denuncias, las denuncias se pueden poner aquí en el CNE”, aseveró Lucena. La presidenta del CNE añadió que los sucesos del 11 de abril son “hechos históricos”, algo que para el consejo “no se ha utilizado como cuñas [electorales]”.
Los programas realizados por la televisión pública sobre el 11-A, emitidos sin pausa durante 48 horas, atacaron con saña al candidato Capriles, por aquel entonces alcalde de Baruta. Los documentalistas obviaron que el hoy candidato de la Mesa de la Unidad Democrática fue juzgado y absuelto de los hechos acaecidos en torno a la embajada de Cuba aquellos días.
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De haberse realizado la denuncia opositora ante el CNE, serían 158 las formuladas a lo largo de los 10 días de campaña. Todas ellas duermen el silencio de los justos, pese a que conforman un abanico muy amplio del ventajismo gubernamental: cadenas obligatorias para todas las televisiones, huracán propagandístico en todos sus medios de comunicación, uso abusivo de niños en los actos políticos, dispositivos chavistas para eliminar la propaganda de la oposición y uso indiscriminado de fondos públicos.
El CNE, junto al Tribunal Supremo de Justicia, la Fiscalía y el Parlamento conforman el grueso del aparato de poder del chavismo. El CNE jamás ha limitado los abusos de poder del Ejecutivo y el Supremo lleva 10 años sin dictar una sentencia contra el oficialismo. “Con todas las instituciones en su contra, un gobierno de Capriles sería una anarquía”, reconoció Fernando Soto Rojas, diputado y expresidente del Parlamento.
“Un CNE que más que un árbitro se ha convertido en un actor. Cientos de denuncias de irregularidades interpuestas ante el propio ente electoral y ante otras instancias administrativas y judiciales sin ninguna respuesta, sin ni siquiera procedimientos en curso”, editorializó ayer el diario El Universal de Caracas.
Por algo “el sistema electoral venezolano es el mejor del planeta”, según predica el chavismo.
http://www.laopinion.com/proceso-elecciones-Venezuela-2013-voto