Havelange dimite como presidente honorario de FIFA
El dirigente brasileño que por años comandó el máximo organismo del fútbol mundial decidió dimitir a su puesto honorario debido a los escándalos de corrupción recientemente revelados y en los que él está involucrado.
GINEBRA, Suiza.- Aunque fue catalogado como “torpe” por su papel en uno de los mayores escándalos de corrupción en la FIFA, Joseph Blatter fue exonerado de cualquier delito o falta de ética en el caso sobre millonarios sobornos vinculados con contratos de los mundiales.
Sin embargo, la reputación del predecesor de Blatter en la presidencia de la FIFA, Joao Havelange, sufrió otro golpe. El brasileño de 96 años, que dirigió el organismo de 1974-98, fue obligado a renunciar a la presidencia honoraria debido a su participación en el caso.
Un informe publicado el martes por el juez de ética de la FIFA, Joachim Eckert, dice que la conducta de Havelange fue “moral y éticamente reprobable” por aceptar sobornos de la compañía ISL entre 1992-2000, junto con su ex yerno Ricardo Teixeira, y el entonces líder de la Conmebol, Nicolás Leoz.
Blatter, quien reemplazó a Havelange en 1998 y fue su secretario general antes de eso, salió mejor parado, aunque hay dudas sobre su conocimiento de los sobornos, a los que se suma el escándalo de Chuck Blazer y Jack Warner en Concacaf.
“La conducta del presidente Blatter puede haber sido torpe, porque puede haber la necesidad interna para una aclaración, pero esto no provoca ninguna conducta criminal o antiética”, señala el informe.
Según el informe, el entonces secretario general Blatter envió a Havelange en mayo de 1997 un pago por 1,5 millones de francos suizos de parte de ISL, que fue depositado por error en una cuenta de la FIFA.
Havelange renunció a la presidencia honoraria de la FIFA el 18 de abril, pero su decisión no se conocía hasta ahora. Leoz renunció la semana pasada a la presidencia de la Conmebol y el comité ejecutivo de la FIFA, alegando motivos de salud –ascendiendo Eugenio Figueredo-, mientras que Teixeira abandonó el fútbol el año pasado, incluyendo sus cargos como presidente del comité organizador del Mundial de 2014 y en el comité ejecutivo de la FIFA.
Eckert dijo que la conducta del trío precede al código de ética actual de la FIFA, que fue implementado el año pasado. Y ya que Havelange y Leoz renunciaron, indicó que “cualquier otro paso o sugerencia son innecesarias“.
“Sin embargo, queda claro que Havelange y Teixeira, como dirigentes del fútbol, no debieron aceptar dinero de sobornos, y debieron haberlo devuelto ya que el dinero estaba relacionado con la venta de derechos de transmisión“, señala el informe.
Blatter dijo que recibió el veredicto sobre su papel en el caso con “satisfacción”, pero reconoció que el escándalo provocó “un daño incalculable a la reputación de nuestra institución”.
“No hay ningún indicio de que el presidente Blatter haya sido responsable por mandar dinero a Havelange, Teixeira o Leoz, o que él haya recibido pagos del Grupo ISL, incluso en la forma de sobornos escondidos“, dice el documento. “Sin embargo, cabe preguntarse si el presidente Blatter sabía o debió haber sido en los años previos a la quiebra de ISL que ISL había realizado pagos a otros dirigentes de la FIFA”.
Sylvia Schenk, una asesora del organismo anticorrupción Transparencia Internacional, dijo que le sorprende que Blatter haya permitido que el escándalo ocurriera en sus narices.
“No puede ser tan estúpido como para pensar, ‘esto no tiene nada que ver conmigo”’, opinó Schenk. “Tenía que haber pensado que había algo mal… y haber investigado los detalles”.
El juez alemán basó su fallo en una investigación de 4,000 páginas remitida por el fiscal de ética de la FIFA Michael J. García.
Eckert señaló que en Suiza no era considerado un crimen en su momento que Havelange, Teixeira y Leoz aceptaran pagos indebidos entre 1992 y mayo del 2000.
“No hay más procedimientos relacionados con el tema ISL en contra de cualquier otro directivo del fútbol”, precisó Eckert.
Havelange ya había renunciado en 2011 como miembro del Comité Olímpico Internacional para evitar las sanciones que se podrían producir por su papel en el caso de ISL, una compañía fundada en la década de los 1970 que también trabajó con el COI.
Los pagos atribuidos a las cuentas vinculadas con Havelange y Teixeira totalizan casi 22 millones de dólares entre 1992-2000.