Reciclar ya no es negocio
El costo a la baja de los materiales nuevos supone un grave problema para el medio ambiente a corto plazo
El reciclaje está dejando de ser un buen negocio. Hasta hace un tiempo había mucho dinero en el negocio del reciclaje de plásticos, metales y papel.
Pero después llegó la caída en los mercados globales de commodities, incluyendo el petróleo, que se utiliza para fabricar plástico. Y la caída en el precio de esos bienes básicos ha arrastrado consigo el de los productos reciclados.
Hoy es en muchos casos más barato comprar plásticos nuevos que el reciclado. Y los empresarios del reciclaje enfrentan más dificultades para lograr utilidades.
Nuevo o usado
“Para hacer una lata nueva, puede usarse material reciclado o aluminio nuevo”, le dice a la BBC Ranjit Baxi, presidente del Buró Internacional de Reciclaje, con sede en Londres. “Cuando alguien arroja a la basura una lata de aluminio de Coca Cola o de Fanta, esa lata se recoge, se derrite y se convierte nuevamente en aluminio”, explica.
Pero si cae el precio del aluminio, también lo hace el de las latas usadas. Y estos cambios pueden influir en la decisión de los productores frente al uso de insumos reciclados.
Baxi afirma que en el mundo se producen 700 millones de toneladas de aluminio en el año, de las cuales el 75% viene del reciclaje. “No es imposible conseguir una utilidad en la industria del reciclaje, pero los márgenes se están reduciendo”, advierte.
Turquía es el que más importa
No obstante, el representante de los recicladores no cree que su industria vaya hacia la destrucción. “Para producir 1,600 millones de toneladas de acero se usan en el mundo 570 millones de toneladas de acero reciclado. Pero la demanda global por el acero se ha reducido“, añade.
El comercio internacional de acero reciclado llega a cerca de 100 millones de toneladas. Turquía es el país que más importa, con 20 millones, apunta el experto.
China, a su vez, importa cerca de 4.5 millones de toneladas, una cifra que puede estar cayendo junto con la desaceleración de su crecimiento económico.
¿Culpa de quién?
Otros culpan a la misma industria de reciclaje de sus propias dificultades por no haber invertido en su propia modernización.
“El reciclaje sobrevivirá siempre por el deseo de la sociedad por reciclar”, le dice a la BBC David Steiner, jefe de la firma estadounidense Waste Management, la mayor empresa de reciclaje en el mundo.
“En cuanto al aspecto económico de la industria, en momentos en que hay empresas del sector que se están quebrando, en Estados Unidos tenemos que decidir si se subsidia a la industria del reciclaje”, advierte Steiner. “En otras palabras, si nuestros clientes van a pagar un poco más por reciclar en vez de disponer de su basura por otros medios”.
Steiner es optimista: “Lo que hemos visto a lo largo del país es que la mayoría de los ciudadanos dirían, sí, estamos dispuestos a hacerlo”.
El ejecutivo alega que en los últimos 25 años ha descendido de manera dramática la resistencia de la ciudadanía a pagar más para asegurar que su basura sea reciclada.
Steiner aclara que no necesariamente está pidiendo subsidios gubernamentales para garantizar la viabilidad de su industria. “Podemos ofrecer muchas soluciones, como bajar nuestros costos de procesamiento recibiendo menos material contaminado o eliminando algunos del proceso materiales menos valiosos como el vidrio”, indica el empresario.
Cajas de pizza
Steiner responde a las acusaciones que su industria no invirtió en maquinaria adecuada durante la época de expansión.
“Invertimos entre $300 y $400 millones anuales en activos de reciclaje y lo que hicimos fue tratar de hacer más fácil para el consumidor traernos su material reciclable”, insiste.
“En la década de 1990, en Estados Unidos buscamos implementar lo que se llamó reciclaje de una sola corriente, que permitía depositar todo el material en un un solo recipiente de basura. Eso a lo que llevó fue a mayores tasas de reciclaje pero también a mayor tasas contaminación”.
El ejecutivo pone como ejemplo a las personas que intentan reciclar una caja grasienta de pizza, sin reparar en que eso contamina otras partes del proceso de reciclaje.
“No estamos tratando de buscar culpables en el público”, aclara Steiner. “Estamos buscando soluciones. Una de ellas sería educar al público sobre lo que se puede reciclar y cuál es la mejor manera de reciclar“.
Una tarea que se hace más urgente a medida que las dificultades de los mercados de commodities ponen más presión en la industria del reciclaje para reducir costos. Y evitar así que las realidades del mercado sigan socavando una actividad indispensable para el bienestar ambiental del planeta.