Lactancia en diferido: solución para las madres trabajadoras

La planificación es crucial para asegurarte de extraer la leche materna que tu bebé necesitará en tu ausencia

La vuelta al trabajo es un paso duro para cualquier madre de un bebé. En ese momento quedan atrás los días cuando puedes darle el pecho a tu bebé cada vez que sea necesario.

Y si te reincorporas al trabajo antes de los seis meses esto se dificulta aún más, pues durante este período la alimentación aún debería ser exclusiva de leche materna, tal y como recomienda la OMS.

Para asegurarte de que continúas dando a tu hijo toda la leche materna que necesita,  toma precauciones antes de tu reincorporación a tu empleo. Es bueno que tengas en la despensa una buena cantidad de leche congelada, de ese modo la persona que se encargue de alimentar al bebé en tu ausencia tendrá el suministro  suficiente y no tendrá que recurrir a la leche de fórmula.

Empieza antes de necesitarlo

  • La planificación en este punto es crucial para asegurarte de extraerte leche de forma regular y conservarla para cuando la necesites. Además, debes aprender a hacerlo de la forma adecuada, porque si no la conservas bien habrás perdido tiempo y esfuerzo.
  • Antes de comenzar a trabajar, saca tiempo para extraerte algo de leche todos los días y para habituarte al sacaleches.  Dedica tiempo a aprender una buena técnica de extracción y conservación.
  • Al principio puede resultarte algo difícil manejarlo, pero con la práctica conseguirás estar lista. No olvides alimentarte bien e hidratar tu cuerpo. Durante la lactancia tu cuerpo necesitará más agua.

Extraerla cuando trabajas

Aunque utilices la lactancia diferida para continuar dando leche materna a tu hijo/a, sigue dándole el pecho siempre que puedas, antes de ir a trabajar y al volver del trabajo. Esto te facilitará mantener la producción de leche en buenos niveles , reforzarás tu vínculo con tu bebé y te ayudará a relajarte después de un día duro de trabajo.

Para extraer la leche en el trabajo lo primero solo necesitarás tres elementos:

  • Un buen sacaleches: elige uno eléctrico para agilizar la extracción
  • Recipientes especiales para transportar la leche materna
  • Una pequeña nevera de playa con un buen bloque de hielo para conservar la leche refrigerada.

En tu lugar de trabajo busca un sitio tranquilo en el que puedas extraer la leche cómodamente. Si tu empresa tiene un recinto en el que no te interrumpan mejor, cuanto más relajada estés será más fácil todo el proceso.

Ten mucho cuidado con la higiene. Es fundamental que todos los utensilios y recipientes que utilices estén muy limpios. Si te extraes la leche varias veces a lo largo del día,  identifica con etiquetas cuál es la más reciente para ir gastando la leche en orden, empezando por la que te has extraído antes.

Si vas a congelar la leche utiliza envases de vidrio o plástico duro aptos para alimentos, o en bolsas especiales para el almacenamiento. Siempre debes poner fecha a los recipientes, es muy importante ser organizada para evitar que la leche se deteriore por un descuido.

Debes poner fecha a los recipientes, para evitar que la leche se dañe./Shutterstock.
Debes poner fecha a los recipientes, para evitar que la leche se dañe./Shutterstock.

Asegúrate de descongelarla bien

  • Para que tu leche conserve todas sus propiedades debes descongelarla correctamente.
  • Nunca debes dejar que hierva, y lo mejor que puedes hacer para descongelarla es dejarla  y luego calentarla sumergiéndola en un recipiente de agua tibia.
  • No debes usar nunca el microondas para calentarla.
  • Si  has descongelado más cantidad de leche de la que el niño necesitaba,  se puede conservar hasta 24 horas en la nevera, pero no debe volverse a congelar.

Siguiendo estos consejos podrás mantener en tu despensa una buena cantidad de leche para alimentar a tu hijo cuando no puedas hacerlo directamente del pecho y la leche se conservará de forma óptima.

maternidadfacil.com

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