Expatrullero fronterizo niega fraude
Enfrenta 12 cargos federales por fraude electrónico y conspiración
SAN DIEGO . – Como líder del sindicato nacional que representa a los agentes de la Patrulla Fronteriza, Terence J. Bonner viajaba con frecuencia. Una figura recurrente en televisión por cable y en audiencias en el congreso, era muy requerido por los periodistas por sus comentarios punzantes sobre la seguridad de la frontera.
No era inusual que solicitara reembolsos durante sus 22 años en el Consejo Nacional de la Patrulla Fronteriza, algunos por declaraciones de gastos y otros por pagos adicionales por trabajar horas extra.
El problema, según los fiscales federales, era que reclamó cientos de miles de dólares por motivos personales, como las visitas a su amante en Chicago y las descargas de pornografía en el hogar en discos duros comprados para el sindicato.
Bonner, que se jubiló de su cargo en el sindicato el año pasado, fue acusado el jueves de 12 cargos federales por fraude electrónico y conspiración para cometer fraude electrónico. Bonner, de 59 años de edad, deberá realizar su primera comparecencia ante el tribunal el día lunes.
Los fiscales afirman que presentó comprobantes de gastos por comidas, alquileres de automóviles, equipaje, libros y otras actividades relacionadas con el sindicato cuando realizaba viajes por motivos personales.
“Robarles cientos de miles de dólares a los agentes de la Patrulla Fronteriza, individuos que además de ser muy trabajadores, muchos de ellos ponen su vida en peligro todos los días para proteger a este país, es una forma de corrupción particularmente inquietante que debe ser atendida”, señaló Laura Duffy, la procuradora del distrito federal en San Diego.
Bonner calificó a la acusación como “una persecución absurda” en una declaración realizada el viernes donde se detalló su larga historia de criticar las medidas del gobierno federal en lo que respecta a la seguridad de la frontera. Insistió en que se le deben más de 100,000 dólares por su tiempo.
“La acusación se basa en una lectura errónea y deliberada de reglamentos muy técnicos pertinentes a los rembolsos. Emplea tácticas de difamación sobre mi vida personal para distraer sobre el punto central y verdadero que se establecerá: Nunca le robé al gobierno ni a los miembros del sindicato ni un centavo durante mis dos décadas de servicio”, señaló.
George McCubbin, sucesor de Bonner como presidente del sindicato, señaló que los supuestos cargos por corrupción se limitaron únicamente a Bonner, a quien todos los conocen como “T. J.”.
“Obviamente esto es una gran mancha para nuestra organización. Durante años siempre nos mantuvimos por encima de estas situaciones. Está claro que se trata de un caso aislado”, dijo McCubbin.
Los cargos cubren períodos en que Bonner se encontraba visitando a su amante en Chicago, a su familia, o asistía a partidos de hockey u otros eventos deportivos sin relación alguna con el sindicato.
Además, Bonner presuntamente buscó que le pagaran por el tiempo que dedicó a descargar pornografía en su hogar.
McCubbin señaló que el directorio ejecutivo del sindicato fue informado sobre esta investigación en abril de 2010. Bonner se jubiló de la Patrulla Fronteriza un mes después, luego de pasar 33 años en el organismo.
El sindicato le permitió continuar como presidente hasta que finalizó su período de dos años en marzo de 2011.
Bonner presentó ante el gobierno comprobantes de gastos de viaje por un período de seis años al final del 2009 y luego hizo constar una queja cuando la Patrulla Fronteriza se negó a pagar, afirmó McCubbin.
“El organismo pensó, ‘Hay algo que no está bien’ y allí fue cuando se comenzó con la investigación”, señaló.
En la acusación también se inculpa al secretario-tesorero del sindicato de conspirar con Bonner, aunque no se nombra a la persona. Mark Conover, procurador adjunto del distrito federal, señaló que la persona no ha sido acusado y se negó a decir si había otros posibles sospechosos.
McCubbin, que hace muchos años es parte de las autoridades del sindicato, señaló que Bonner recibió un trato especial del tesorero del sindicato, pero esa persona ya no se desempeña en dicho cargo.
“Cuando presentábamos los comprobantes de gastos, nunca le cuestionó nada a ‘T. J.’. Pero si nosotros presentábamos algo y nos olvidábamos de incluir el recibo, lo marcaba con un círculo y nos lo devolvía. No le hacía eso a ‘T. J.'”, dijo.
Bonner, que vive cerca de Sandiego en el pequeño poblado fronterizo de Campo, fue la voz del sindicato durante el período en que el organismo creció y aumentó sus filas a más de 20,000 agentes y colocó cientos de millas de cercas y demás barreras a lo largo de la frontera de EE. UU. con México. Su elocuente defensa para lograr mejores condiciones laborales ayudó a que ganara en reiteradas ocasiones la reelección de su cargo.
El sindicato, que es parte de la Federación de Empleados del Gobierno de EE. UU. y AFL-CIO, cuenta con 14,000 miembros que pagan una cuota mensual de 56 dólares, conforme al expediente de la acusación.