“Jueves sangriento” en Kiev deja decenas de muertos
Mientras la oposición asegura que han muerto al menos 100 personas en la jornada violenta, el gobierno confirmó que los fallecidos son 67
Kiev.- Varias decenas de personas murieron este jueves en las calles de Kiev durante una jornada de violencia armada, mientras los ministros de Exteriores de tres países europeos mediaban en el conflicto ante el presidente ucraniano, Víktor Yanukóvich.
“Desde el principio de la confrontación hemos perdido más de 100 personas“, aseguró Alexandr Turchínov, uno de los dirigentes del principal partido opositor, Batkivschina (Patria), desde la tribuna de la Rada Suprema o Parlamento, que se reunió de urgencia.
Por su parte, el ministerio de Sanidad confirmó en un comunicado que el saldo mortal asciende a 67 -entre los que figurarían 13 policías, según Interior- y precisó que sólo 11 de ellos fallecieron en hospitales.
Además, se estiman en más de un millar los heridos en los enfrentamientos, en su mayoría en la sangrienta jornada de este jueves, ya que hasta la mañana del jueves, cuando aún estaba en vigor la tregua acordada el miércoles entre autoridades y oposición, habían muerto unas 30 personas.
La policía “está utilizando balas de combate comunes y antiblindados. Disparan a matar“, dijo el diputado Sviatoslav Janenko del partido opositor ucraniano Svoboda (Libertad).
El opositor, jefe del servicio médico del denominado Estado Mayor de Resistencia Nacional, indicó que la mayoría de los muertos y heridos se ha producido junto la plaza de la Independencia (el Maidán), corazón de las protestas que estallaron en Kiev hace tres meses.
El partido nacionalista Svoboda (Libertad) denunció que las fuerzas de seguridad fueron las que iniciaron la ruptura de la tregua al abrir fuego a las 08:00 horas (06:00 GMT) contra los congregados en el Maidán.
El ministro ucraniano del Interior, Vitali Zajarchenko, ordenó la entrega de armas de combate a los efectivos policiales y advirtió de que la ley les permite utilizarlas contra los extremistas.
“Hoy se ha abierto fuego contra los efectivos policiales con armas de fuego. En las calles mueren no sólo los agentes del orden, sino los ciudadanos pacíficos, han comenzado los pogromos en Kiev y las regiones occidentales de Ucrania”, denunció.
El ministro aseguró que “el Ministerio del Interior exige a los extremistas que entreguen voluntariamente sus armas y retornen al marco de la protesta pacífica“.
Según un comunicado del departamento de Interior, durante los disturbios los manifestantes opositores ucranianos retuvieron a 67 policías, de quienes “se desconoce su estado de salud y su suerte”.
Al respecto, el ministro advirtió de que, “para la liberación de sus colegas, las fuerzas de seguridad tienen derecho a emplear todos los medios que les permite la ley, incluidas las armas”.
“No se encontrará ni un solo país democrático en el que las estructuras policiales hayan mostrado tanta contención y tanta tolerancia”, señaló.
Mientras, el alcalde de Kiev, Vladímir Makéyenko, abandonó el gobernante Partido de las Regiones en repulsa por el estallido de un nuevo brote de violencia.
“Mi prioridad es salvar las vidas de los ucranianos. Ni un solo oligarca, ni un solo político ha muerto. Yo, como jefe de la Administración de Kiev, me dedico a sepultar a decenas de gente de a pie”, afirmó Makéyenko en un mensaje colgado en la página web del Ayuntamiento.
Además, llamó a los diputados a colocarse como “escudo humano” “entre los ciudadanos de Ucrania uniformados y los ciudadanos de Ucrania de civil”.
El dirigente opositor Vitali Klitschkó llamó a Yanukóvich a convocar elecciones presidenciales anticipadas para poner fin a la violencia.
“El derramamiento de sangre continúa. El presidente Yanukóvich debe convocar elecciones presidenciales anticipadas. Es el único medio de frenar la violencia”, afirmó Klitschkó en un mensaje a los ucranianos.
Los opositores consideran que las autoridades escenificaron el nuevo estallido de la violencia callejera aprovechando la llegada a la ciudad de los ministros de Exteriores de Alemania, Francia y Polonia para demostrar, a ojos de la comunidad internacional, que los manifestantes son unos extremistas violentos.
La maratónica reunión entre Yanukóvich y los jefes de la diplomacia alemana, Frank-Walter Steinmeier; francesa, Laurent Fabius, y polaca, Radoslaw Sikorski, se prolongó durante más de seis horas, pero se desconocen sus resultados.
Los diplomáticos, que salieron de la reunión sin hacer declaraciones, han decidido prorrogar su estancia en la capital ucraniana hasta el viernes.
Por su parte, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, envió a Ucrania al Defensor del Pueblo, Vladímir Lukín, para mediar entre las autoridades y la oposición tras el estallido de los nuevos disturbios en Kiev.
Durante una conversación telefónica “el presidente de Ucrania propuso al jefe del Estado ruso que enviara a Kiev a un representante ruso para su participación en un proceso negociador con la oposición en calidad de mediador”, afirmó Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin.
Por su parte, Estados Unidos optó por conminar a Yanukóvich a “retirar inmediatamente” del centro de Kiev a las fuerzas de seguridad, que están utilizando balas de combate comunes, según la oposición, y a “respetar el derecho a la protesta pacífica”.