Comunidad transgénero celebra histórica medida del Pentágono para permitir su participación plena en las Fuerzas Armadas  

Washington.- Aunque la nueva política entrará en vigor en 2016, activistas de la comunidad transgénero celebran desde ya que el Pentágono permitirá que unos 15,000 soldados transgénero presten servicio abiertamente en las Fuerzas Armadas y sin temor a despidos.
El Pentágono ya hizo historia en 2011 cuando eliminó las barreras para la participación de soldados homosexuales y, previamente, con la desegregación de las Fuerzas Armadas en 1948.
El lunes pasado, el secretario de Defensa, Ashton Carter, anunció que ha pedido al Pentágono elaborar en los próximos meses nuevos reglamentos para que los soldados transgénero puedan prestar servicio militar, salvo en casos en que se puedan demostrar “impedimentos prácticos y objetivos”.
“Debemos asegurarnos de que todo el que pueda y esté dispuesto a prestar servicio tenga una oportunidad plena y equitativa para hacerlo, y debemos tratar a todos nuestros miembros con la dignidad y respeto que merecen”, dijo Carter en un comunicado, en el que afirmó que las regulaciones en vigor están “anticuadas” y distraen de la misión del Pentágono.
Al igual que ocurría antes con sus pares homosexuales, los soldados transgénero hasta ahora han ocultado su identidad sexual por temor al acoso o el despido.
Mientras el Pentágono elabora los nuevos reglamentos en los próximos seis meses, las autoridades castrenses deberán someter cualquier posible despido a la revisión de un funcionario de alto rango.
Según datos del Instituto Williams, de la Universidad de California en Los Angeles (UCLA), unos 8,800 soldados transgénero están en servicio activo en las Fuerzas Armadas, y otros 6,700 son reservistas.
Con la nueva política en ciernes, aplaudida en las redes sociales, Estados Unidos se suma a países como Australia, Israel, Canadá y Gran Bretaña, que adoptaron medidas para la inclusión de soldados transgénero en sus ejércitos.
Para activistas defensores de los derechos de personas homosexuales, bisexuales, lesbianas y transgénero, la llamada comunidad “LGBT”, solo era cuestión de tiempo que el Pentágono eliminara una política desfasada que, además, discrimina contra soldados que solo quieren prestar servicio militar.
Se trata de un cambio sustancial en las filas del Ejército, tomando en cuenta que hasta esta semana la oposición a los transgénero reflejaba la creencia en algunos sectores –desvirtuada por un informe oficial el año pasado- de que éstos padecían alguna deficiencia mental o corrían mayor riesgo de suicidios.
Una de las voces más visibles a favor del cambio de política ha sido Kristin Beck, quien durante 20 años y hasta 2011 fue miembro de las Fuerzas de Operaciones Especiales de la Marina de EEUU, los llamados Navy Seals, y ahora se postula a un escaño por Maryland en la Cámara de Representantes.
Según Beck, la pregunta fundamental es si la gente está capacitada o no para dar servicio militar y la comunidad transgénero “solo pide una oportunidad justa para demostrar su valor”.
Por su parte, Allyson Robinson, directora de política del grupo “SPARTA”, que lucha por los derechos de los soldados transgénero, ha prometido ayudar al Pentágono en la elaboración de los nuevos reglamentos para promover un trato digno e igualitario para esta minoría.

Oposición conservadora

Sin embargo, la mayoría de los grupos conservadores considera que la inclusión de los soldados transgénero en las Fuerzas Armadas no es más que un experimento de “reingeniería social” que de paso debilitará la defensa del país.
“El Pentágono tendrá que responder si esta nueva propuesta política hace que nuestras Fuerzas Armadas sean más capaces de cumplir con su misión. La respuesta es un muy claro y contundente es no”, afirmó el teniente general retirado Jerry Boykin, vicepresidente ejecutivo del conservador Family Research Council (FRC).
Para Boykin, no tiene sentido que la Administración Obama dé prioridad al asunto cuando las Fuerzas Armadas afrontan “una condición abismal y un declive de su capacitación” , por lo que aconsejó que el Pentágono evalúe cuidadosamente el impacto de su nueva política.
Las vivencias, trabas y vicisitudes de la comunidad transgénero han acaparado mayor visibilidad mediática en Estados Unidos gracias a celebridades como Caitlyn Jenner, quien completó su transición de hombre a mujer transgénero.
Al recibir el “Premio al Valor Arthur Ashe de 2015” de la cadena ESPN, Jenner calificó la decisión del Pentágono como “una gran idea”, pero enfatizó que, si bien esto representa un gran paso hacia adelante, “aún tenemos mucho trabajo que hacer” por el trato igualitario hacia todos.
“Se trata de una simple idea: aceptar a las personas tal como son”, afirmó Jenner.