El estrés emocional ante la pérdida de un bebé

Estudio llama a cuidar la salud mental de las mujeres que han sufrido un aborto espontáneo, un embarazo ectópico o el fallecimiento de un recién nacido

Conozco de primera mano el dolor que proviene de la muerte de un recién nacido. Hace treinta y cinco años despedí a mi querida hija Jasmine.

Nunca olvidaré el privilegio de haberla llevado en mi vientre, sintiendo cada uno de sus movimientos, dando a luz, cuidándola en mi pecho y haciéndola ser una parte importante de nuestra familia durante seis meses.

Con estas palabras Colleen Weeks —Directora de Educación Prenatal en el Centro Médico de Kaiser Permanente Orange County— recuerda a su pequeña Jasmine, dejando ver en cada una de estas palabras el dolor real que todavía vive en su corazón tras la pérdida.

Y es que de acuerdo con un reciente estudio, realizado por el Imperial College de Londres, el trastorno de estrés postraumático (PTSD) puede desarrollarse en mujeres después de la pérdida de un embarazo o de un recién nacido. Más detalladamente, los datos recaudados en este estudio revelaron que un 45% de las mujeres que han sufrido un aborto espontáneo reportaron haber tenido problemas con este trastorno mental.

Y aunque esta es la realidad, médicamente el PTSD pocas veces se trata, debido a la mayoría de los padres que pierden un bebé, ya sea en gestación o recién nacido, no quieren hablar de ello, es todo un tabú.

Sin embargo, a pesar de esta actitud, de acuerdo con los resultados del reciente estudio, los profesionales de la salud no deben desestimar el impacto psicológico que deja la pérdida de un bebé, más que todo en las madres.

“Nos sorprendió el gran número de mujeres que experimentaron síntomas del trastorno del estrés postraumático después de la pérdida prematura del embarazo”, dice en comunicado la Dra. Jessica Farren, vinculada al Departamento de Cirugía y Cáncer del Imperial College de Londres y autora principal del estudio. “Las mujeres que sufren un aborto espontáneo o un embarazo ectópico deben someterse a una rutina [médica evaluatoria] del PTSD y recibir apoyo de salud mental”.

Lo mismo ha dicho en investigaciones previas, sobre este mismo tema, la psicóloga clínica Janet Jaffe, cofundador y director del Centro de Psicología Reproductiva en San Diego, California.

“Médicamente es común el desestimar el impacto del aborto espontáneo o involuntario, pero este tipo de aborto es una pérdida traumática no solo del embarazo, sino también del sentido de la mujer de sí misma y sus esperanzas y sueños del futuro. Ella ha perdido su ‘historia reproductiva’ y necesita tener su duelo”, asegura la Dra. Jaffe, coautor del libro “Reproductive Trauma: Psychotherapy with Infertility and Pregnancy Loss Clients” (2010).

El PTSD y sus efectos después de la pérdida

Tras analizar los resultados de la nueva investigación, la Dra. Farren indica que al momento “no hay una cita de seguimiento de rutina” para las mujeres que han sufrido un aborto espontáneo o embarazo ectópico.

“Se tienen controles para la depresión [posparto], pero no tenemos nada en el lugar para el trauma y la depresión después de la pérdida del embarazo”, resalta.

Este seguimiento es importante, ya que, como explican los investigadores del estudio, el PTSD hace que las personas revivan acontecimientos espantosos o angustiosos a través de pesadillas, flashbacks o pensamientos e imágenes intrusivas. Estos síntomas pueden comenzar semanas o incluso años después de un evento traumático y pueden causar problemas de sueño, ira y depresión.

“Los síntomas pueden desencadenarse y tener un efecto profundo en todos los aspectos de la vida cotidiana de una mujer, desde su trabajo hasta sus relaciones con amigos y familiares”, señala la Dra. Farren en el comunicado.

Cómo superar el duelo

Tras su experiencia personal, Colleen Weeks dice que la recuperación ante este tipo de pérdida se da de forma diferente debido a que “todos nos afligimos de manera diferente”.

Sin embargo aconseja que para el sano proceso del duelo, “en lugar de pensar en ‘superar una pérdida’ en un tiempo preciso, es importante que las familias encuentren una nueva normalidad y un camino para regresar a una vida llena de significado”.

“Con el tiempo, encontramos formas de incorporar la realidad de la tristeza en nuestra feliz y normal experiencia cotidiana sin hacer que sea el foco de lo que somos y cómo estamos definidos. Al hacerlo, podemos avanzar. Al reconocer la realidad de nuestra tristeza, honramos el valor de nuestro ser querido y, al encontrar una nueva normalidad, valoramos nuestra propia vida y nuestra fuerza”, asegura Weeks.

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