Video y fotos: A “cacerolazo limpio” miles de neoyorquinos reciben a Trump

Este jueves el presidente Donald Trump realizaba su primera visita a la ciudad de Nueva York desde que se mudó oficialmente a la Casa Blanca, y aunque la Gran Manzana es la ciudad natal del mandatario, en vez de una bienvenida lo que recibió fue protestas y voces de rechazo de cientos de manifestantes.

Con cacerolas y cucharas de metal en la mano y gritando consignas contra el republicano, más de 1,000 personas se congregaron en la tarde en el DeWitt Clinton Park, en Manhattan, para rechazar su visita y sus políticas hacia los inmigrantes.

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“Nosotros no lo reconocemos aquí en Nueva York como nuestro presidente, porque ese señor está creando leyes en contra de nuestra comunidad y nuestros inmigrantes. Es racista y homofóbico”, comentó la ecuatoriana Leticia Pasmino, mientras le daba duro a la cacerola que trajo de su casa en Jackson Heights, Queens.

“A cacerolazo le digo que no es mi presidente para que escuche bien”, agregó la inmigrante, con la esperanza de que el magnate, quien estaba a pocas cuadras de allí, en el Museo Intrepid, escuchara la protesta que luego recorrió varias calles sobre la avenida 12, logrando el apoyo de automotores que pasaban por allí.

“Pa’ fuera Trump, pa’ la calle”, gritó un dominicano desde un auto, sumándose con la bocina a la voz de rechazo contra el mandatario.

La guatemalteca Julia de León, quien vive hace 10 años en Nueva York, también quiso levantar su voz contra Trump, con un cartel donde se leía la frase: “Trump el pueblo está dolido, no eres bienvenido”, y gritos a todo pulmón.

“Yo le digo a Trump que él no es un verdadero presidente, porque si fuera un presidente no estaría maltratando a la gente con su racismo. Un presidente no puede ser racista y tiene que entender que aquí no lo queremos”, dijo la centroamericana.

La protesta, que contó no solamente con la presencia de inmigrantes sino de estadounidenses nacidos en el país, también hizo eco para pedir por la protección al seguro de salud de millones de personas, a través del Obamacare, y en ella los manifestantes insistieron en que mientras el expropietario de Miss Universo siga en el poder, seguirán en pie de lucha.

“Le decimos no a Trump. La gente vive aquí en libertad”, comentó la defensora del Pueblo, Letitia James, quien se unió al cacerolazo, una manera típica de protestar en países de Latinoamérica como Venezuela y Argentina. “El silencio significa muerte, muerte de una nación fundada en justicia y libertad para todos. Vamos a ganar, nos vamos a organizar y vamos a seguir resistiendo”, dijo la funcionaria.

Y mientras avanzaban hacia el Museo Intrepid, Cristina Jiménez, directora de la organización “United We Dream”, admitió que bajo la administración Trump muchos inmigrantes tienen miedo pero también tiene deseos de luchar.

“Esta ciudad está en contra de su agenda racista y de odio, y vamos a seguir luchando para proteger a las comunidades que él quiere deportar y que ya está deportando”, comentó la activista, quien creció siendo indocumentada y quien dijo tener a sus padres y hermano sin papeles.

Y aunque la protesta transcurrió de manera pacífica, en un tramo de la movilización, unos hombres desde un auto gritaron a la multitud su respaldo al Presidente.

“Trump está haciendo bien las cosas. Los ilegales son los que se tienene que ir. Trump, Trump, Trump”, comentó un conductor, pero su voz fue ahogada por los gritos de los manifestantes.

Al menos tres protestas se realizaban este jueves principalmente en Manhattan. Busca más información aquí.