Trump se apoya en senadores republicanos para restringir la inmigración legal
Preparan reforma para otorgar visas con base al “mérito” y no a vínculos familiares
WASHINGTON.- El presidente Donald Trump ha dicho que apoya la inmigración legal pero, entre bambalinas, su Administración trabaja al unísono con dos senadores republicanos para también reducir por la mitad, para 2027, el número de extranjeros que ingresan legalmente a EEUU cada año, lo que desatará una feroz lucha en el Congreso.
Según la revista digital “Politico”, los senadores republicanos Tom Cotton, de Arkansas, y David Perdue, de Georgia, elaboran un proyecto de ley para reducir el límite anual de visas para inmigrantes, de alrededor de un millón en la actualidad a 500,000 en la próxima década.
La iniciativa, que será presentada este verano, cuenta con el respaldo de Trump, que en febrero pasado dijo en un discurso ante el Congreso que apoya un sistema de visas otorgadas con base al “mérito” y no a vínculos familiares.
La medida está siendo elaborada con la colaboración de Stephen Miller, un asesor de alto rango de la Casa Blanca y que fue asesor del exsenador republicano y ahora secretario de Justicia, Jeff Sessions, conocido por sus rígidas posturas contra la inmigración.
Sessions, y otros líderes y grupos conservadores, desde siempre han argumentado que el gobierno de EEUU tiene que dar prioridad a los trabajadores estadounidenses, y frenar la entrada de inmigrantes con bajas destrezas laborales que, a su juicio, deprimen los salarios.
Pero no todos los senadores republicanos –ni los grupos empresariales que financian sus campañas- comulgan con esa postura, y lo más probable es que la medida cause mayores fisuras internas y se desinfle.
En realidad, la medida en ciernes es una versión más amplia y más estricta de la que Cotton y Perdue presentaron en febrero pasado y que también tuvo la venia de Trump.
Esa medida, titulada ““RAISE Act”, entre otros elementos, elimina la lotería de visas, reduce el número de visas familiares, limita el número de refugiados, y crea una categoría de “no inmigrante” para padres de ciudadanos estadounidenses.
En los corredores del Congreso, no hay mención alguna de siquiera reactivar el debate sobre una reforma migratoria integral, ya sea en partes individuales o como un megaproyecto. Lo que sí hay, en cambio, son varias medidas pensadas para apretar las tuercas a la inmigración ilegal, fortalecer la vigilancia fronteriza, combatir las ciudades “santuario”, y restringir los derechos de los refugiados.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) dijo a este diario que no suele comentar sobre legislaciones bajo discusión.
Ese mismo argumento utilizó una funcionaria de la Casa Blanca, al señalar que no comenta sobre una posible legislación que pueda o no estar bajo estudio en el Congreso.
Sin embargo, precisó que la “primera prioridad” de Trump es “proteger a los estadounidenses y a los trabajadores estadounidenses” y espera que el Congreso adopte una legislación “que refleje esa meta”.
Por su parte, la portavoz de Cotton, Caroline Rabbitt, no ha respondido a numerosas solicitudes de este diario en busca de detalles, y la oficina de Perdue tampoco ha devuelto llamadas.
Pero el senador demócrata por Illinois, Dick Durbin, dejó en claro hoy que “cualquier esfuerzo por reducir la inmigración legal en EEUU morirá en el Senado”.
“Estos esfuerzos no son más que una maniobra partidista para apelar a los instintos nativistas y la xenofobia que enturbiaron la elección pasada. Esto de infundir miedo a través de legislaciones no va a pasar, yo haré lo que tenga en mi poder como senador de EEUU para bloquearla”, prometió Durbin.