Crece sentimiento antiinmigrante en Staten Island
Latinos enfrentan obstáculos para encontrar vivienda y trabajo en ese condado, además de recibir amenazas de delación ante ‘La Migra’ por su estatus migratorio
El jornalero hondureño Pedro Maldonado recuerda el verano de 2010 como un año de miedo y violencia en el vecindario predominantemente latino de Port Richmond, Staten Island. Para entonces el Departamento de Policía de Nueva York (NYPD) registró 11 ataques antimexicanos en el sector, aunque algunas organizaciones documentaron hasta 21 incidentes.
Maldonado, de 56 años y residente del barrio, conocido como “Little México”, describe los ataques de hace 17 años como “lo más feo que un jornalero puede vivir”, pero nada comparado con el sentimiento antiinmigrante que ahora predomina en el condado tradicionalmente conservador.
“Se siente más pesado el sentimiento antimexicano y antiinmigrante desde que Trump apareció. Hace 17 años los ‘morenos’ nos atacaban nada más para robarnos, ellos nos decían cosas antimexicanas para asustarnos. Ahora es diferente, ahora son los blancos fanáticos de Trump los que nos quieren fuera”, expresó Maldonado, quien reside en Port Richmond desde 1991. “Los blancos pro-Trump no nos insultan para robarnos, lo hacen porque es lo que sienten. Si su presidente lo dice, ellos también pueden hacerlo. Es como si Trump les diera permiso de ser racistas”.
Gonzalo Mercado, director ejecutivo y cofundador de La Colmena, explicó que hay una evidente diferencia entre los incidentes del 2010 y la situación actual.
“En 2010 vimos ataques de oportunidad con un patrón definido. Generalmente ocurrían los fines de semana al anochecer, cuando los jornaleros volvían del trabajo con la paga de la semana en efectivo”, dijo Mercado. “Lo que ocurre actualmente es distinto, porque los hostigadores no son afroamericanos sino blancos”.
“Desde la elección presidencial del año pasado, muchos jornaleros y organizaciones han sido objeto de hostigamiento verbal y amenazas, incluidas las de llamar a autoridades de inmigración, pero mi oficina no tiene conocimiento de una reanudación de ataques, robos o agresión física como la que habíamos visto en 2010”, aclaró la concejal Deborah Rose.
Amenazan con llamar a inmigración
No hay una escalada en agresiones físicas, según la Policía; sin embargo, el sentimiento antinmigrante se manifiesta en robo de salario y exclusión de vivienda, según Favio Ramírez, director ejecutivo de El Centro del Inmigrante.
“Hemos tenido un aumento del 150% de reportes de robo de salario que implican a contratistas blancos que amenazan con llamar a agentes de inmigración si el jornalero denuncia”, comentó Ramírez.
La organización comúnmente recibía uno o dos reportes por semana, en contraste con los cinco que registra actualmente. Ramírez precisó que en los últimos tres meses la agencia atendió únicamente dos casos de jornaleros víctimas de robo y agresión, aunque fueron crímenes de oportunidad.
Por otro lado, algunos residentes reportan dificultades para arrendar casas y apartamentos, además de recibir amenazas de deportación de sus caseros. Uno de los casos más conocidos en el condado es el de la madre mexicana Carolina Olivares y su hijo Eric Gómez, quienes fueron arrestados en agosto por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) luego de que el casero presuntamente los delatara por retrasarse con el pago del alquiler. La detención ocurrió frente a su apartamento de Richmond.
La mexicana Jacinta Noriega, una trabajadora doméstica, dijo que ‘parecer inmigrante’ es el nuevo obstáculo para conseguir vivienda en el condado.
“Hay muchos caseros que no rentan más a hispanos, dicen que afeamos sus casas y sus vecindarios y que sus propiedades valen menos por nosotros. Ellos no preguntan abiertamente, pero siempre quieren saber si tenemos papeles. Su forma de averiguar es preguntando si llegamos al país en avión y hace cuánto tiempo”, dijo Noriega, quien se beneficia de la despensa de alimentos que provee El Centro del Inmigrante.
Menos trabajo para jornaleros hispanos
Gonzalo Mercado, de La Colmena, dijo que otro factor motivado por el sesgo racial y el sentimiento antiinmigrante es la disminución de trabajo para jornaleros hispanos, aunque otros sectores, como restaurantes, se benefician de la mano de obra latina pese a que los propietarios expresan abiertamente su respaldo al presidente Donald Trump y sus políticas antiinmigrantes.
“Vemos con frecuencia que dueños de casas y contratistas, la mayoría blancos, no contratan a jornaleros latinos. Es posible que no quieran ser confrontados por otros simpatizantes de Trump”, dijo Mercado. “Muchos negocios aquí se enorgullecen de mostrar públicamente insignias y parafernalia pro-Trump, aunque todos sus trabajadores sean inmigrantes y latinos. Es una disyuntiva constante”.
La mexicana Maribel Torres, de la cooperativa de trabajadoras domésticas de La Colmena, comentó que las dueñas de casas que requieren sus servicios de limpieza también acogen las políticas antiinmigrantes del presidente Trump.
“Muchas dueñas de casa que contratan los servicios de la cooperativa tienen jabones y velas con propaganda de Trump. Por un lado, se aprovechan de nuestra labor y por otro nos rechazan por nuestro origen”, dijo Torres. “Sé de inmigrantes insultados en autobuses, aquí en la isla no es como Manhattan y los otros condados de Nueva York. Aquí no se puede andar con tanta libertad y seguridad”.
Un condado tradicionalmente republicano
Tres de los 51 miembros del Concejo Municipal son republicanos, dos de ellos de Staten Island. Este condado fue el único de la ciudad en el que Trump obtuvo la victoria en las elecciones federales de noviembre, específicamente con el 57% de los votos.
La comunidad latina ha crecido en los últimos años, representando el 18.4% de la población, pero el condado sigue siendo predominantemente blanco.
La populación total de Staten Island es de 468,730, de los cuales 355,926 son blancos, en comparación con los 84,336 residentes de origen hispano, según el Censo.
A los activistas les preocupa que la retórica pro-Trump, como la atribuida al excongresista republicano Michael Grimm, agrave la situación que enfrentan los latinos en la isla y temen una ola de ataques como la del 2010.
En respuesta, las organizaciones de jornaleros han concretado alianzas con líderes de la comunidad afroamericana y blanca para hacer frente al creciente hostigamiento y el sentimiento antiinmigrante en el condado.
Más acercamiento con la Policía
Favio Ramírez dijo que la Uniformada ha intentado estrechar su relación con la comunidad latina desde los ataques del 2010. A diferencia de hace 17 años, ahora hay oficiales que hablan español en posiciones estratégicas, como el Negociado de Asuntos de la Comunidad, pero sigue faltando representación hispana, sostuvo.
“Hemos tenido audiencias públicas con la Policía, los oficiales están animando a la denuncia de posibles crímenes de odio, tenemos el acercamiento que no vimos antes del 2010”, dijo Ramírez. “Aun así necesitamos más policías latinos que hablen español, especialmente en Port Richmond”.
El NYPD dijo que no cuenta con estadísticas de oficiales hispanos por cuartel, pero a nivel ciudad, 9,926 policías son hispanos de los 30,056 que integran el departamento.
La población hispana en Staten Island
- De los 84.336 residentes de origen hispano de Staten Island, el 8.2% son puertorriqueños y el 4.3% mexicanos.
- Según el Censo, la comunidad mexicana es la de mayor crecimiento en la isla. Entre 2000 y 2010, esa populación creció en 150%, aunque otras comunidades latinas también han crecido drásticamente. La comunidad dominicana creció en 105% y la centroamericana en 50% para el mismo periodo.