Las etiquetas en los empaques de comida pueden ser engañosas

Los alimentos podrían no ser tan saludables como pretenden ser. Lo que debes buscar

Antes de comprar algún producto alimenticio, es importante leer la etiqueta del empaque.

Antes de comprar algún producto alimenticio, es importante leer la etiqueta del empaque. Crédito: Shutterstock

“Sin colorantes artificiales.” “Buena fuente de fibra.” “Contiene sal de mar.” Todas estas frases y otras que se encuentran en los paquetes podrían incitarte a tomar un producto del anaquel en el supermercado y dejarte sintiéndote virtuoso al hacerlo.

“Los fabricantes de alimentos utilizan todas las palabras posibles que pueden para magnificar el atractivo de un producto”, dice Walter Willett, M.D. un profesor de epidemiología y nutrición en la facultad de salud pública T.H. Chan en Harvard. Y ese lenguaje puede llevarte a creer que has elegido algo que te hará más saludable, a pesar de que lo que está dentro de la caja podría no ser bueno para ti.

Las compañías tienen que elegir cuidadosamente sus argumentos de venta porque algunos términos son regulados por la Administración de alimentos y medicamentos (FDA), como bajo en sodio (lo que significa que el alimento tiene 140 mg o menos por porción) o la frase “buena fuente de” (significa que ofrece del 10 al 19% del valor diario de un nutriente).

Entonces no es de sorprender que los vendedores de alimentos se esfuercen por inventar lemas que suenen saludables y estén fuera de las regulaciones de la FDA. Recae en los compradores, dice Willett, discernir sobre lo que realmente hace que un alimento sea saludable. “Voltea el paquete,” dice, “y lee los ingredientes y la etiqueta de información nutricional, poniendo atención a cosas cruciales como el sodio, azúcar, granos enteros, tipo de grasa y calorías”. Y ten cuidado con los trucos en la etiqueta frontal, como estos.

Ten cuidado: Cuando veas algo sobre nutrientes como ‘buena fuente de calcio’

Nombrar solo uno o dos nutrientes puede engañar a los consumidores a pensar que un producto es más saludable en general que otro. Por ejemplo, resaltar el contenido de calcio en el yogurt natural es una cosa porque, en general, el yogurt natural es un alimento saludable y el calcio está presente naturalmente. Pero, ¿una afirmación de que hay calcio en una galleta? Podría hacerte sentir mejor si te la comes, pero es probable que tenga pocos beneficios. Por ejemplo, Stella D’oro Breakfast Treats tiene la frase “buena fuente de calcio” y el producto sí ofrece el 10% del valor diario de calcio a partir de carbonato de calcio. Pero con 90 calorías, 6 gramos de azúcar y cero fibra, la galleta está lejos de ser un alimento saludable.

Ten cuidado: Cuando el nombre del producto en sí suene saludable

La cuenta nutricional de las papas fritas Sea Salted de Simply Lay’s es prácticamente idéntica a las papas fritas Classic de Lay’s, con solo 10 gramos menos de sodio. Las avenas instantáneas de Quaker Oats Select Starts Protein tienen 10 gramos de proteína por paquete (de proteína de trigo adicionada), pero también entre 12 y 13 gramos de azúcar. O considera las galletas Stoned Wheat Thins: la palabra “wheat” o trigo, en este producto podría ser confuso, haciendo creer a los consumidores que llevan una galleta de puro trigo integral. Pero esta galleta está hecha de harina blanca con una pizca de trigo integral, y por lo tanto, tiene alrededor de una tercera parte de la fibra de una galleta que realmente es de trigo integral.

Ten cuidado: Cuando el paquete esté lleno de términos populares que suenan saludables

Pueden llamar tu atención pero no puedes confiar en los términos de moda como un atajo para encontrar alimentos saludables. En algunos casos, la comida podría contener tan poco del ingrediente que es nutricionalmente irrelevante. Por ejemplo, los vegetales deshidratados en las galletas Ritz de verdura rostizada, que dicen estar “hechas con vegetales reales” en el paquete, no cambian la combinación nutritiva de las galletas comparadas con las Ritz normales. La harina de trigo refinada es el primer ingrediente en ambas, y cada porción tiene 80 calorías y no tiene fibra. De hecho, las galletas de vegetales tienen 150 mg de sodio por porción comparadas con los 105 mg en la versión normal. Y los dulces que dicen estar “hechos con miel de abeja real”, como los caramelos de maíz (candy corn) de Brach, podrían estar diciendo la verdad. Pero la miel de abeja es un tipo de azúcar añadida y, en este caso, los dulces también tienen otros 4 tipos de azúcares (azúcar, jarabe de maíz, glaseado y dextrosa), para un total de 28 gramos de azúcar por porción. Esta advertencia aplica cuando los paquetes te alertan sobre lo que no contienen, también. Por ejemplo, La miel de maple de Log Cabin dice “sin jarabe de maíz alto en fructosa)”, pero los principales ingredientes son jarabe de maíz, agua y azúcares, lo cual significa que aún así está lleno de azúcares añadidos.

Ten cuidado: Cuando se utilicen las palabras ‘simple’, ‘natural’ o ‘libre de’

Las famosas etiquetas limpias son cada vez más populares. “Los consumidores quieren fórmulas más sencillas, con ingredientes que puedan entender fácilmente y menos o ningún ingrediente procesado,” dice Francine Schoenwetter, directora de contenido en New Hope Network, una empresa de investigación. “Las palabras en las etiquetas como ‘simple’ y ‘natural’ no tienen que ser verificadas,” dice Charlotte Vallaeys, analista sénior de políticas y experta en etiquetas de alimentos en Consumer Reports.

Necesitas mirar detenidamente para ver si la definición de los fabricantes va de acuerdo con la tuya. El budín de chocolate de Kozy Shack Simply Well presume que está hecho con ingredientes simples y enteros, pero la mayoría de las personas probablemente no considerarían la inulina (un tipo de fibra añadida), la sucralosa (endulzante artificial), y el carragenano (un espesante) “simples”. Las afirmaciones de “libre de”, como libre de colorantes artificiales, deben ser reales. Pero la comida aún así puede ser menos que saludable. Por ejemplo, el Macaroni and Cheese de Kraft orgullosamente dice “sin saborizantes, conservadores o colorantes artificiales” en el paquete. Sin embargo, cada taza preparada contiene 720 mg de sodio.

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Consumer Reports

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