Legionario: una enfermedad común pero desconocida
A pesar de las campañas educativas de las autoridades de Salud neoyorquinas, aún muchos latinos desconocen sobre esta infección y la bacteria que la transmite
Un corto recorrido por varias cuadras de las avenidas Amsterdam y Broadway, en el vecindario de Washington Heights, en Manhattan, fue más que suficiente para comprobar lo que ya sospechábamos: existe un gran desconocimiento entre los vecinos del sector —la mayoría de ellos dominicanos—, sobre la enfermedad del Legionario. Muchos nunca habían escuchado hablar sobre la misma y mucho menos sobre la bacteria que la causa y tampoco de los lugares donde se origina.
“Yo he oído muy poco sobre esta enfermedad en particular, pero sé que existe algo por allí que está rondando por nuestras calles. Escuché hablar de eso hace apenas cinco días pero no tenía ni idea de qué se trataba”, dijo Wildo Bear, un inmigrante de República Dominicana.
La puertorriqueña Hilda Rivera, también residente del sector, dijo que no entendía “absolutamente nada” cuando le consultamos sobre el tema. “Yo no entiendo qué es esto. Dicen que es una bacteria que está en el aire, pero nunca había escuchado hablar sobre esa enfermedad”.
Los pocos que sí dijeron saber algo sobre el asunto aseguraron que se habían enterado gracias a las recientes noticias publicadas en medios locales como El Diario.
Hasta la semana pasada, según información del Departamento de Salud de la ciudad de Nueva York (DOHMH), un brote de la enfermedad del Legionario en Washington Heights y Hamilton Heights había matado a una persona e infectado a 27, muchas de las cuales tuvieron que ser hospitalizadas.
“Yo lo vi por las noticias hace dos semanas. Dijeron que estaba primero en Hamilton Heights y que estaba subiendo para acá. Sólo había escuchado de esto el año pasado cuando hubo una contaminación grande en El Bronx”, dijo la dominicana Norma Quesada.
Junto a ella, la puertorriqueña Paulina Badillo, quien también se enteró por las noticias, dijo sentirse preocupada ante la posibilidad de que la enfermedad la pudiera afectar. “Dicen que esto está creando pulmonía entre las personas mayores de 50 años y yo soy una mujer mayor”.
Una enfermedad común
A pesar del desconocimiento que existe, lo cierto es que la enfermedad del Legionario es más común de lo que muchos piensan. De hecho, se estima que cada año un promedio de 200 a 400 casos de la infección son diagnosticados en la ciudad de Nueva York. Por ello, para aclarar un poco las dudas y la desinformación sobre el Legionario, consultamos con varios expertos del DOHMH.
“La enfermedad del Legionario es causada por una bacteria que se llama Legionella. Es una enfermedad como la neumonía y los síntomas son como los de la neumonía. La diferencia importante, y es lo que queremos que la gente entienda muy bien, es que no es contagiosa de persona a persona. Te infectas cuando respiras vapor de agua que contiene partículas de la bacteria de la Legionella”, dijo Corinne Schiff, Comisionada Adjunta de Salud Ambiental del DOHMH.
“La Legionella es una bacteria que aparece de forma natural y que existe en nuestro medio ambiente, pero a esta bacteria le gusta el agua tibia que está estancada. Allí es donde aparece, y por ello nos preocupan las torres de enfriamiento porque son los ambientes ideales para que la bacteria se multiplique”, explicó la experta.
Muchos edificios grandes en la ciudad de Nueva York -que por lo general no son residenciales- tienen torres de enfriamiento que utilizan agua caliente circulante para sus sistema de ventilación.
Según confirmó a este diario, recientemente, el doctor Demetre Daskalakis, Comisionado Adjunto de Control de Enfermedades del DOHMH, el reciente brote de Legionario en los vecindarios de Washington Heights y Hamilton Heights, pudo haber tenido sus orígenes en dos decenas de torres de enfriamiento ubicadas en ese sector . “Hay múltiples edificios afectados y por lo menos 20 torres de enfriamiento han sido investigadas y desinfectadas por el DOHMH.”
Por su parte, Corinne Schiff explicó que la razón por la cual se producen brotes en algunas comunidades como Washington Heights, es porque puede haber uno o varios edificios con torres de enfriamiento que están contaminadas y que expulsan vapor de agua que contiene partículas microscópicas de bacteria de la Legionella, y cuando ese vapor sale hacia el aire en esa comunidad es respirado por sus residentes.
La experta aclaró que los que se enferman no son aquellos que viven necesariamente en los edificios donde se detectó la contaminación con la bacteria, sino que puede ser cualquier persona que viva en el área de la comunidad cuyo aire ha sido contaminado por las torres de enfriamiento.
“Aquí se ha mencionado mucho sobre esa enfermedad en estos días y dicen que viene desde los aires acondicionados de los edificios (…) Yo recuerdo que esto afectó a mucha gente en El Bronx”, dijo la dominicana Jacqueline Sánchez.
Sentado junto a ella, bajo la sombra de un árbol para intentar aplacar el calor, se encontraba su vecino y compatriota Rafael Lozano, quien dijo que en los más de 40 años que tiene viviendo en el área nunca había escuchado sobre problemas con las torres de enfriamiento. “Al parecer sale de los tanques de agua de los edificios pero en todos los años que yo llevo aquí, esto nunca había pasado hasta ahora”.
Busque ayuda rápido
Debido a su presencia en el aire, es prácticamente imposible evitar el contacto con la Legionella en áreas afectadas, sin embargo Schiff advirtió que hay personas que están en mayor riesgo que otras de enfermarse por la bacteria. “Es un peligro que está en el ambiente y eres más vulnerable a esto si estás en la categoría de las personas de alto riesgo como los mayores de 50 años o más, si eres fumador, si tienen una enfermedad pulmonar crónica o un sistema inmunológico débil”.
Si se detecta a tiempo, la enfermedad del Legionario puede ser curada con un tratamiento con antibióticos, por ello el doctor Daskalakis le urgió a los neoyorquinos que si están en una zona afectada y siente síntomas como los de la influenza que vaya a un médico cuanto antes. “Lo más importante es que la persona vaya a buscar ayuda médica de inmediato si no se siente bien, o si presentan síntomas como los de la gripe, como tos, fiebre, fatiga y diarrea”.
Los expertos del DOHMH le aseguraron a los neoyorquinos que no hay ningún riesgo de tomar agua del gripo de sus propias viviendas. Tampoco es peligroso ducharse.
Para informar y educar a los miembros de la comunidad sobre la enfermedad del Legionario, el DOHMH ha repartido volantes en español en las áreas de Washington Heights y Hamilton Heights y ha realizado reuniones comunitarias en las que expertos de esa agencia han tratado de responder a todas las dudas de los vecinos del área.
Torres de enfriamiento en la mira de la ciudad
En agosto de 2015, luego que el peor brote de la enfermedad del Legionario en la historia de la ciudad matara a 12 personas e infectara a más de 115 en el Sur de El Bronx, se aprobó la Ley Local 77, una de las regulaciones para torres de enfriamiento más amplias y fuertes en todo el país. Esa ley requiere que todos los edificios con torres de enfriamiento se registren en una base de datos del Departamento de Edificios de la ciudad (DOB) y que sus dueños cumplan con estrictas medidas de mantenimiento y limpieza o de lo contrario tienen que pagar multas.
Gracias a esa ley, todas las torres de enfriamiento en la ciudad se encuentran en la mira de las autoridades de Salud neoyorquinas, y cada vez que se sospecha de una posible infección con la bacteria Legionella, como la ocurrida en Washington Heights y Hamilton Heights, el DOHMH cuenta con las herramientas para actuar rápido y tratar de contener una posible contaminación entre los vecinos del área.
“Es importante que la gente sepa sobre nuestra respuesta ante el brote actual en Washington Heights. Sabemos dónde están las torres de enfriamiento y hemos ordenado que las desinfecten (…) Cuando tenemos un brote como éste realizamos un reforzamiento extra y por eso es que estas 20 torres en el área ya han sido desinfectadas”, aseguró Corinne Schiff, Comisionada Adjunta de Salud Ambiental del DOHMH.
De acuerdo a un reporte presentado en junio pasado por la comisionada del DOHMH, la doctora Mary Bassett, al presidente del Concejo Municipal de Nueva York, Corey Johnson, y del cual tuvo acceso El Diario, hasta noviembre de 2017, unas 6,129 torres de enfriamiento en 4,011 edificios en la Gran Manzana, estaban registradas con el DOB y casi todas, “con algunas excepciones”, habían recibido inspecciones rutinarias y algunas multas.
Según el mismo reporte, entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2017 se encontraron 30 violaciones a la Ley Local 77 en toda la ciudad. Tres de esas violaciones fueron calificadas como “Public Health Hazard” (Peligro de Salud Pública), que es la categoría más seria y requiere que se tomen acciones correctivas de inmediato. Otras 14 violaciones fueron calificadas como “Critical” (críticas) y 15 fueron categorizadas como “General” (generales).
“Es muy importante que esas torres sean mantenidas apropiadamente y en la ciudad de Nueva York tenemos las leyes más duras y protectoras en la nación, que le requieren a los dueños de torres de enfriamiento que las tengan en buenas condiciones. Mediante un nuevo programa el DOHMH es la agencia encargada de reforzar estas leyes y el primer año completo de reforzamiento e implementación de la ley fue el 2017”, indicó Schiff.
“Hemos visto mejoras en el cumplimiento de las normas y las violaciones han bajado. El año pasado creamos el programa llamamos ‘Cooling Tower Academy’, con el que le ofrecemos entrenamiento a los dueños y encargados de edificios para que realicen sus propias inspecciones y el mantenimiento adecuado de las torres de enfriamiento”, agregó la experta en salud ambiental.
Otra parte requerida por la Ley Local 77, es que los dueños de las torres de enfriamiento tienen que crear una plan de manejo y protocolo para el mantenimiento de sus torre y ellos mismos deben tomar muestras de agua y medir los niveles de bacteria y en aquellos casos que se detecte la misma, deben utilizar dióxido para eliminarla.
“Esos planes de manejo deben ser suministrados al DOHMH para su revisión y aprobación. Nos tenemos que asegurar que el dueño del edificio está siguiendo su propio plan de manejo (…) Nuestros investigadores suben a las azoteas e inspeccionan cada una de las torres de enfriamiento por lo menos una vez al año”, dijo Schiff.
Aunque Schiff indicó que el condado que posee más torres de enfriamiento es Manhattan, un brote de Legionela puede ocurrir en cualquier vecindario de la ciudad. Las torres de enfriamiento están colocadas por lo general en las azoteas de los edificios.
Lo que debe saber:
- ¿Qué es la Legionelia? Una bacteria que vive libre en el ambiente y está presente en todos los hábitats acuáticos: aguas superficiales de lagos, ríos, estanques, aguas termales.
- ¿Y el Legionario? Es una enfermedad que se presenta como infección pulmonar o neumonía.
- ¿Cuáles son los síntomas? Los de una neumonía: tos, fiebre alta, dificultad para respirar.
- ¿Cómo se contagia? La bacteria coloniza torres de refrigeración u otras instalaciones que contengan agua a temperaturas templadas, donde tiende a multiplicarse. Si las bacterias se trasladan en aerosoles o vapores (gotas diminutas) pueden ser inhaladas, llegar a los pulmones y dar comienzo a la enfermedad.
- ¿Me puede contagiar una persona enferma? No se contagia de persona a persona.
- ¿Tienen tratamiento? Sí, con antibióticos. Tiene buena evolución -de hecho, en algunos casos el afectado ni se entera-, pero en ocasiones se agrava.
- ¿Quiénes están en mayor riesgo? Los mayores de 50 años, los que padecen enfermedades respiratorias o los que fuman. También los que tienen sistemas inmunológicos débiles.
- ¿Hay otros lugares de riesgo? Además de las torres de enfriamiento, la bacteria puede entrar a otros sistemas de distribución de agua, multiplicarse y luego salir dentro del vapor que generan duchas, condensadores evaporativos, spas, jacuzzis, humidificadores, fuentes ornamentales.
- ¿Se puede prevenir el Legionario? No, porque el contagio no se produce persona a persona ni por ingestión directa de agua contaminada, sino por inhalación.