Sexo swinger: ¿Es bueno intercambiar parejas en pareja?
Las reglas básicas para las parejas que buscan aventurarse en el sexo de intercambio
Ya sea por salir de la monotonía, por darle un toque candente a una relación estable o simplemente para probar, el sexo swinger es una práctica común, pero poco ventilada. Consiste en intercambiar parejas en una sesión de sexo grupal, ya sea entre personas que se conocen o no.
Y aunque ante la convención de relaciones fieles y monógamas, esta práctica puede ser cuestionable, los expertos afirman que se trata de una experiencia diferente que obedece a distintas necesidades emocionales y sexuales.
“Una de las características distintivas que con mi experiencia clínica he visto en las parejas que hacen intercambio, es que tienen menos miedo (de experimentar y ser flexibles en el sexo) que las personas monógamas. Lo que es más: engañan menos”, aseguró Seth Meyers, psicólogo clínico miembro del LA County Department of Mental Health en entrevista con Salud180.
El psicólogo Enrique García Huete coincide al afirmar que se trata de personas más abiertas de mente que la mayoría, pues están en busca de novedades y sensaciones, como dijo a EFESalud. Y es un “tópico que los hombres son casi siempre quienes arrastran a las mujeres a este tipo de relaciones, aunque ellas son tan adictas y partidarias de este tipo de relaciones como ellos”, señaló.
El sexo swinger rompe “con el estereotipo de la fidelidad como norma, ya que para el pensamiento swinger, ésta favorece las conductas de engaño; y además postula la monogamia emocional o amorosa, pero no la sexual“, aseguró el médico psiquiatra y sexólogo Walter Ghedin al sitio Infobae.
En cambio, el psicólogo y sexólogo Esteban Cañamares afirmó a EFE que generalmente las parejas swinger no se atreven a mantener un compromiso profundo, por lo que necesitan “tener un pie dentro y otro fuera de la relación”.
Lo cierto es que los expertos concuerdan en que, para tener una práctica de sexo swinger, es necesario llegar a un acuerdo mutuo en la relación antes de invitar a otra pareja a su cama. El intercambio de parejas “requiere de charlas previas, compromiso mutuo y la seguridad de que la opción de compartir la cama con otro, u otros, puede ser una audaz manera de enriquecer el vínculo o de evitar la infidelidad”, afirma Ghedin.
Por ello es importante que ambos miembros de la pareja estable acuerden honestamente los términos en los que harán el intercambio y, muy especialmente, que lo hagan convencidos de querer vivir la experiencia. De lo contrario, los daños psicológicos “son enormes -sostiene Cañamares-, pues cuando una de las personas no está de acuerdo con el juego, sufre porque se siente forzada, porque no se atreve a romper… o antes de entrar en ese juego la pareja se rompe. Solamente puede funcionar con cierto éxito si las dos personas tienen esa misma necesidad de que aparezcan terceras personas”.
Además, la pareja que se aventure al sexo swinger debe estar mentalizada claramente en que entrará y saldrá de la práctica sin otra consecuencia que el gozo sexual: sin culpas, sin remordimientos, sin reproches y sin conflictos con uno mismo ni hacia el otro.
Las reglas
El sexólogo Ghedin enunció a Infobae una serie de reglas que toda pareja interesada en el intercambio debería considerar:
- Evaluar los pros y los contra tanto a nivel individual como de pareja.
- Acordar con entera honestidad esta práctica con la pareja.
- No involucrarse emocionalmente con la otra pareja.
- No arriesgarse buscando parejas de sexo servicio en la calle o con desconocidos. En la medida de lo posible es mejor acudir a un club o lugar de encuentro swinger.
- Utilizar preservativo siempre, sin excepción, y evitar conductas sexuales de riesgo por el posible contagio de enfermedades de transmisión sexual.
- Tratar de que no sea la única forma de la pareja para obtener placer sexual, sino una de varias prácticas.