Un año después de la tragedia, Charlottesville trata de sanar las heridas de la división racial
Grupos cívicos minoritarios instan al presidente Donald Trump a que denuncie los mensajes de odio de grupos extremistas.
WASHINGTON ? Un año después de violentos enfrentamientos, los residentes de Charlottesville (Virginia) intentan superar las heridas de las divisiones raciales, pero grupos supremacistas blancos y de extrema derecha volverán nuevamente a sus calles este fin de semana para defender “los derechos civiles de los blancos”, poniendo en alerta a las autoridades policiales.
La marcha de supremacistas blancos el 11 de agosto de 2017 en el recinto de la Universidad de Virginia para “Unir a la Derecha” tenía el propósito de combatir la eliminación de una estatua del general Robert E. Lee, uno de los líderes de las tropas confederadas, que durante la Guerra Civil defendían la esclavitud de los negros.
Pero la marcha se degeneró en violentos enfrentamientos con grupos opositores al día siguiente, que causaron la muerte de Heather Heyer y dejaron decenas de heridos.
En víspera del aniversario de la tragedia, la muerte de Heyer, una mujer blanca que participaba en una contramarcha pacífica, se ha convertido en un símbolo de la lucha por la tolerancia y la equidad social, en un país y una ciudad del profundo sur de Virginia que carga el pesado legado del racismo.
Sin embargo, grupos nacionalistas y de extrema derecha han programado marchas este fin de semana tanto en la ciudad universitaria de Charlottesville como en la capital estadounidense para nuevamente “Unir a la Derecha”.
Pero varios líderes demócratas del Congreso y activistas de grupos cívicos se han sumado a las denuncias contra grupos que, envalentonados por la retórica del presidente Donald Trump, salen a las calles a incitar el odio racial.
“Nunca olvidaremos lo que ocurrió en Charlottesville y los valores estadounidenses por los que murió Heather Heyer. Tampoco olvidaremos que cuando una nación sufría dolor y necesitaba sanación, el presidente Trump echó sal a las heridas del pueblo estadounidense al negarse a denunciar de inmediato” a los supremacistas, dijo el senador demócrata por Nueva Jersey, Bob Menéndez.
“Mi esperanza es que este año, mientras los nacionalistas blancos toman nuevamente las calles, el presidente Trump totalmente y sin equívocos denuncie su mensaje de odio”, agregó.
Menéndez enfatizó que si bien hay fuerzas del odio que yacen latentes y se reactivan con poca provocación, es la responsabilidad de todos apoyar la justicia, equidad, tolerancia y diversidad que hacen a EEUU grande”.
El legislador demócrata por California, Tony Cárdenas, lidera una campaña “para combatir el racismo”, y acusó a Trump de negarse a denunciar el “nacionalismo blanco” de grupos extremistas.
Una coalición de grupos cívicos como “Anti-Defamation League”, la “Liga de Mujeres Votantes”, “Muslim Advocates”, y la “NAACP “ emitieron este viernes una declaración conjunta para hacer un llamado contra la intolerancia racial.
“No hay cabida para el odio y la violencia en nuestra democracia. Nuestras organizaciones se oponen a la supremacía blanca y denunciamos el odio en todas sus formas. Hacemos un llamado a los políticos y oficiales elegidos para que denuncien a grupos motivados por el odio y a individuos que incitan a la violencia”, dijeron.
La coalición consideró que la protesta de los nacionalistas convocada en Washington “se apoya en la discriminación y el odio”, y destacó la urgencia de condenar las fuerzas del odio que intentan alimentar las divisiones en Estados Unidos.
El Servicio Nacional de Parques confirmó hoy a este diario que ha concedido sendos permisos para el próximo domingo tanto para el grupo del derechista Jason Kessler, que ha organizado una protesta para “Unir a la Derecha” y defender “los derechos civiles de los blancos”, como para la coalición “A.N.S.W.E.R”, que prevé manifestarse contra el racismo.
Ambos grupos ocuparán puestos extremos en el Parque Lafayette frente a la Casa Blanca. Por ello, las autoridades policiales de la capital estadounidense y del gobierno federal dijeron ayer jueves que aumentarán la vigilancia en toda la zona y prohibirán la portación de armas.
La contra-protesta en frente de la Casa Blanca el próximo domingo, el propio día del aniversario de la muerte de Heyer, contará con la participación de hasta 2,000 personas.