Gustavo Dudamel dice ser “más venezolano que nunca”
"En los momentos de complejidad, uno se crece y entiende mejor las cosas", afirmó el director sinfónico
“Uno nunca se desconecta de la familia, a pesar de todo. Mira, yo me siento más venezolano que nunca. Esa es la verdad”, afirmó el director de orquesta Gustavo Dudamel ayer, en un acto por el centenario de la Filarmónica de Los Ángeles.
“En medio del caos hay optimismo”, dijo el maestro en respuesta a una pregunta sobre cómo ve “El Sistema”, el emblemático programa musical creado en 1975 en Venezuela, en el que él mismo se formó de niño.
“Cualquiera pensaría que, por lo difícil de la situación, algo tan bonito como eso se pueda morir. Pero no está sucediendo, está sucediendo todo lo contrario. Y creo que le brinda mucha alegría y esperanza a esos niños. Porque nosotros tenemos que cuidarlos a ellos, protegerlos de cualquier diatriba de adultos”, consideró.
En el pasado, Dudamel fue cuestionado por su cercanía al gobierno de Hugo Chávez, para cuyo funeral viajó de Los Ángeles a Caracas. También, durante la fuerte represión en Venezuela en febrero de 2014, estuvo en actos oficiales de Nicolás Maduro.
Pero en 2017 le pidió a Maduro que escuchara “la voz del pueblo”, lo que supuestamente llevó a la cancelación de dos giras internacionales en las que iba a dirigir las orquestas de “El Sistema”.
Ayer Dudamel recalcó que sigue, desde la distancia, la situación de sus compatriotas músicos e instó a no caer en el derrotismo. Aseguró que “en los momentos de complejidad, uno se crece y entiende mejor las cosas”, según EFE.
“Y lo bonito también es que ‘El Sistema’ trascendió. Es un símbolo de Venezuela, pero ya el mismo maestro (José Antonio) Abreu (creador del programa) lo decía”.
“Yo siempre, todos los días, pienso en mi gente que está allá luchando y en la gente que está fuera soñando y que le ha tocado salir. Seguridad de que vamos a volver y de que vamos a salir adelante y con mucho optimismo”, finalizó.
Desde la llegada de Maduro al poder en 2013, ungido por Chávez en su lecho de muerte, Venezuela ha estado sumida en la peor crisis inflacionaria, institucional y de exilio en la historia de América.