Las 7 maneras más populares de mejorar la digestión naturalmente
¿Todo el tiempo te sientes inflamado, con diversas dolencias estomacales y poca energía? Es un claro aviso del cuerpo para cambiar tus hábitos alimenticios y de vida y mejorar la salud digestiva e intestinal
La digestión es una de las funciones más fundamentales del cuerpo y sin lugar a dudas la que más requiere de energía, es el proceso por el cual el organismo descompone las moléculas de los alimentos y los transforma en nutrientes para así generar la energía necesaria. Cuando la digestión no se realiza de manera óptima no aprovechamos los nutrientes provenientes de los alimentos y se producen como mecanismo de defensa toxinas, esto se presenta con síntomas como fatiga extrema, diarrea, gastroenteritis o deficiencias nutricionales.
Lo cierto es que todos en algún momento hemos padecido de síntomas digestivos ocasionales, entre los más populares se encuentra el dolor estomacal, gases, acidez, inflamación, estreñimiento, diarrea y náuseas. En muchas ocasiones se derivan de alimentos en mal estado o simplemente de digestiones pesadas o intolerancias alimentarias, sin embargo es importante vigilar que no sean síntomas que ocurren con frecuencia ya que tienden a afectar considerablemente la calidad de vida. La buena noticia es que esta comprobado que realizando cambios en la dieta y los hábitos cotidianos es posible generar un impacto positivo en la salud digestiva e intestinal.
1. Come alimentos reales
Este simple consejo probablemente sea la base más primordial para gozar de buena salud, la realidad es que la dieta occidental típica promueve un alto consumo de carbohidratos, grasas saturadas y todo tipo de aditivos alimentarios, que se relacionan con un mayor riesgo de padecer todo tipo de enfermedades y sobre todo son los principales responsables de afectar la digestión y por consecuencia desarrollar todo tipo de trastornos estomacales. Diversos estudios han comprobado los efectos negativos de aditivos como la glucosa, el sodio y una larga lista de productos químicos, son los responsables de causar inflamación intestinal que se deriva en una condición conocida como intestino permeable. El consumo de alimentos procesados se ve directamente reflejado en un mayor riesgo de padecer enfermedades crónicas, afecciones cardíacas, obesidad, diabetes y es una de las principales causas de padecer colitis ulcerosa. Es por ello que la mejor recomendación para realmente mejorar la digestión es evitar el consumo de procesados y comidas rápidas, y optar por una dieta natural basada en alimentos integrales como frutas, verduras, legumbres, frutos secos, semillas y granos enteros.
2. Consume mucha fibra
Nunca nos vamos a cansar de hablar sobre los inmensos beneficios que brinda la correcta ingesta de fibra, es el mejor hábito alimenticio para tener bajo control el proceso digestivo. Tanto la fibra soluble como la insoluble se relacionan con grandes bondades para el sistema digestivo; por su parte la fibra soluble interviene de manera positiva gracias a su capacidad de absorber el agua y agregar volumen a las heces, se encuentra en alimentos como la avena, las legumbres, las nueces y las semillas. La fibra insoluble se relaciona con beneficios para acelerar el tránsito intestinal y mantiene al tracto digestivo en movimiento, se encuentra en alimentos como las verduras, los granos integrales y el salvado de trigo. Entre las principales recomendaciones de especialistas en nutrición y medicina para gozar de una buena salud digestiva y evitar afecciones digestivas como las úlceras, el reflujo, las hemorroides y la diverticulitis, radica en un alto consumo en fibra.
Complementario se recomienda el consumo de alimentos ricos en prebióticos que es otro tipo de fibra que tiene la peculiaridad de alimentar a las bacterias intestinales benéficas, se encuentran en muchas frutas, verduras y granos y se asocian con un menor riesgo de afecciones intestinales inflamatorias.
3. Integra un buen consumo de grasas saludables
Para tener una buena digestión es importante garantizar el consumo de grasas saludables, esto se debe a que brindan un efecto saciante y son necesarias para la absorción adecuada de nutrientes. A la vez asegurar la ingesta de alimentos que se destaquen por su alto contenido en ácidos grasos Omega 3, es uno de los mejores aliados naturales para disminuir el riesgo de desarrollar enfermedades inflamatorias del intestino como es el caso de la colitis ulcerosa. Se encuentran en alimentos como el aceite de oliva, el aguacate, las semillas de lino y chía, los frutos secos (en especial las nueces) y los pescados grasos.
4. Mantén los óptimos niveles de hidratación
Un bajo consumo en líquidos se asocia con diversas condiciones digestivas, sobre todo con el estreñimiento. Es importante prestar especial atención en la ingesta diaria de líquidos recomendada por la OMS, la cual debe oscilar entre los 1.5 y 2 litros por día, otro aspecto fundamental radica en vigilar el tipo de líquidos que se consumen. Resulta clave aumentar el consumo de agua natural, infusiones herbales, tés y aguas frutales naturales y evitar la ingesta de refrescos, bebidas azucaradas, cafeína y alcohol. Otra buena alternativa para potenciar los niveles de hidratación es aumentar la ingesta de frutas y verduras que se destacan por su alta composición en agua, como el apio, el pepino, la piña, los tomates, el melón, la toronja, los durazos y las fresas.
5. Controla el estrés
El estrés y el sistema digestivo tienen una estrecha relación con el sistema digestivo, cuando el cuerpo experimenta altos niveles de estrés ataca directamente al estómago y es más propenso a padecer ciertas afecciones como úlceras estomacales, diarrea, inflamación y estreñimiento. Las hormonas de estrés afectan directamente la digestión, el cuerpo al entrar en un estado de lucha y de defensa cree que no tiene tiempo para descansar y digerir los alimentos, es por ello que durante estos períodos de estrés la sangre y la energía se desvían del sistema digestivo. Por otra parte está más que comprobado que el intestino y el cerebro tienen una directa conexión, así que lo que afecta al cerebro y la salud mental se refleja directamente en la digestión. Es importante aprender a controlar los estados de estrés a través de técnicas de respiración, yoga, meditación, un buen descanso y actividades al aire libre.
5. Muévete
La lista de beneficios relacionados con la actividad física es inmensa, por si no lo sabías en concreto el ejercicio regular es una de las mejores formas de beneficiar la digestión. Resulta que el ejercicio y la gravedad ayudan a los alimentos a viajar a través del sistema digestivo, el simple hábito de caminar después de comer interviene directamente en la digestión. La principal razón es que la actividad física acelera el tránsito intestinal y reduce los síntomas de las enfermedades inflamatorias intestinales.
6. Aprende a escuchar tu cuerpo
Cuando no pones atención en las señales que manda el cuerpo es mucho más fácil comer en exceso y experimentar todo tipo de síntomas digestivos como es el caso de los gases, la hinchazón y la indigestión. Un dato curioso pero útil es saber que el cerebro tarda aproximadamente 20 minutos en darse cuenta que el estómago está lleno, es decir que lleva tiempo que las hormonas liberadas por el estómago en respuesta a los alimentos lleguen al cerebro. Es por ello muy importante prestar atención en tomarse el tiempo para comer despacio y sobre todo ser conscientes de los niveles de saciedad y no excederse, ya que comer demasiado es una de las principales causas de los problemas digestivos y la aparición eventual de otras enfermedades.
7. Despídete de los malos hábitos
Los malos hábitos como fumar, beber demasiado alcohol y cenar muy tarde son un enemigo latente de la digestión. Por ejemplo fumar casi duplica el riesgo de padecer reflujo ácido y se asocia con riesgos de úlceras estomacales, colitis. Sucede lo mismo con el alcohol que aumenta la producción de ácido en el estómago y su consumo excesivo se puede relacionar con sangrado en el tracto gastrointestinal, a la vez se asocia con la aparición de enfermedades inflamatorias del intestino, colitis y cambios dañinos en las bacterias del intestino. También el mal hábito de cenar tarde se relaciona directamente con indigestión, pesadez y reflujo.