Comer pasta y pan se asocia con un menor riesgo de muerte, conoce qué dice la ciencia
Los carbohidratos son un nutriente esencial para el buen funcionamiento del organismo. Lo cierto es que existen muchos mitos entorno al consumo de productos como el pan y la pasta, un estudio reciente comprueba sus efectos positivos para vivir más y mejor
Existen muchos mitos en torno al consumo de alimentos ricos en carbohidratos como es el caso del pan y la pasta, de hecho han surgido muchas teorías en las que no se recomiendan como un aliado en la salud aquellos alimentos de color beige. Esto se debe a que hay algunas teorías que basan el contenido nutricional de los alimentos según su color, los coloridos como es el caso de las frutas y las verduras se relacionan con extraordinario aporte de vitaminas, minerales y antioxidantes que el organismo necesita de manera esencial para funcionar, mientras que los alimentos menos coloridos se asocian con un menor aporte en nutrientes.
¿Qué dice la ciencia?
Recientemente se liberó un nuevo estudio en el que se descubrió que el consumo de proteínas de origen vegetal, como es el caso concreto de la pasta y el pan se han asociado con un menor riesgo de muerte. Este trabajo de investigación fue liberado por la revista JAMA Internal Medicine, en el cual analizaron datos de 416,104 hombres y mujeres, durante un período de 16 años.
En promedio los participantes basaron su dieta diaria en la ingesta de un 15% de proteínas, 40% de plantas, 60% de proteínas de origen animal (incluido el 19% de productos lácteos). Y los resultados finales reflejaron que un alto consumo en proteínas de origen vegetal a largo plazo, se relacionaba con una menor probabilidad de morir por enfermedades cardiovasculares. Esta asociación se hizo particularmente fuerte al integrar el consumo de proteínas vegetales como es el caso del pan, la pasta y los cereales, por encima del consumo de productos como el huevo y la carne.
De hecho se comprobó que hacer un intercambio de huevos por la ingesta de alimentos ricos en proteína vegetal, se asocia en el caso de los hombres con un 24% menos de riesgo de muerte y un 21% en el caso de las mujeres. Cuando la ecuación cambió y se limito la ingesta de carne, el riego de muerte cayó en el caso de los hombres al 15% y en las mujeres al 13%.
Lo sorprendente fue que este simple ajuste en hábitos alimenticios siguió mostrándose de igual manera en personas con diferentes estilos de vida, entre los que se destacaban candidatos con ciertos hábitos que afectan la calidad de vida como es el caso del tabaquismo, la diabetes, la hipertensión, entre otros.
Una ingesta de menos del 40% o más del 70% de las calorías proveniente de los carbohidratos, se asocia con un mayor riesgo de mortalidad. Comer en niveles moderados entre ese rango ofrece mejores opciones para una vida saludable. De hecho se ha comprobado que el riesgo más bajo de muerte prematura se relaciona con el consumo de carbohidratos entre el 50 y 55%.
Los especialistas en nutrición enfatizan los efectos de seguir una dieta baja en carbohidratos, ya que muchas personas suelen de manera automática reemplazarlos por la ingesta de proteínas y grasas animales aumentando su consumo en carnes de res, cordero, cerdo, pollo y queso, productos que se asocian con un mayor riesgo de mortalidad que aquellos que se obtienen de proteínas de origen vegetal como es el caso de el pan integral, pasta, legumbres y frutos secos. Recuerda que cuando se trata de carbohidratos lo más importante radica en la calidad de los mismos (elige bien las fuentes de los alimentos que los obtienes) y las porciones. Sin embargo no son el enemigo, todo lo contrario.