Datos revelan que el NYPD tarda más tiempo en llegar a una escena del crimen este verano en NYC
En medio de inferencias de que podría tratarse de una "desaceleración intencional" por parte de oficiales, tanto la Uniformada como el Alcalde salen a desmentir los señalamientos
Nuevos datos dados a conocer este miércoles demuestran que el tiempo de respuesta del Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York (NYPD) para acudir a la escena de un crimen aumentó “en promedio un minuto” entre junio y agosto, en comparación con el 2019. La revelación se da en un momento en que la ciudad registra un alza histórica de la violencia armada, lo cual pone otra chispa a la hoguera ya encendida por algunos funcionarios electos que exigen a los líderes de la Uniformada que demuestren que no se trata de una “desaceleración intencional”.
Los números obtenidos por medios locales dan cuenta que a los efectivos les está tomando más tiempo en estos días de calor llegar a la escena del crimen, y solamente en junio el tiempo de respuesta aumentó drásticamente en un 44%.
Eso significa que mientras en el sexto mes del año pasado la tendencia fue que los efectivos tardaron 8 minutos y 31 segundos para llegar a un acto delictivo reportado, en este 2020 les tomó 12 minutos y 17 segundos en promedio. Una diferencia en promedio de 4 minutos.
En julio el tiempo de la respuesta policial mejoró en un 10%.
Pero durante las primeras semanas de agosto del verano pasado, los agentes llegaron a una escena criminal en 8 minutos y 35 segundos, comparado con este año cuando su presencia se dilató a 9 minutos y 47 segundos. Se trata de aproximadamente más de un minuto tarde de diferencia.
Ante los crecientes señalamientos de que los oficiales están haciendo una “desaceleración intencional”, el alcalde Bill de Blasio dijo este miércoles que era importante reconocer que la ciudad está viviendo “una tormenta en donde se cruza un aumento de la violencia armada y problemas con la administración de justicia, pero eso no significa que nuestra policía no está haciendo el mejor de sus esfuerzos”.
El mandatario comentó que en algunos casos, la lentitud en la respuesta que afecta en minutos y segundos la valoración de la efectividad de la reacción policial, se debe a direcciones erróneas o confusas de quienes reportan un hecho criminal.
“No es verdad que han bajado la guardia. Por lo contrario, los efectivos están haciendo un esfuerzo descomunal en trabajar en conjunto con líderes de nuestros vecindarios para prevenir el delito”, enfatizó De Blasio en su encuentro diario con los medios.
Un minuto es una vida
El presidente del condado de Brooklyn Eric Adams, quien es un exoficial de policía, exhortó a las autoridades a profundizar más en las razones de esta disminución en la capacidad de respuesta.
“Un minuto de vigilancia es toda una vida, cuando estás luchando con alguien, cuando te están robando, esos 60 segundos adicionales son la diferencia entre una aprehensión o incluso la vida de una persona”, dijo el líder de uno de los condados más castigados por la violencia armada en este verano.
Entre tanto, el comisionado de Policía Dermot Shea, ha negado a rajatabla que pueda existir algún movimiento interno que esté tratando de impulsar un enfriamiento en las operaciones policiales.
“Tenemos mucho que hacer aquí en la ciudad de Nueva York, para mantener seguros a los neoyorquinos. Nuestros funcionarios salen todos los días como unos verdaderos héroes”, aseveró el máximo jefe del NYPD.
“Este no es un verano normal”
Un par de patrulleros del NYPD que manejaron por varias rutas de El Bronx durante junio, cuando se registraron las protestas en reacción a la muerte del afroamericano George Floyd, dijeron a El Diario que “los políticos no recuerdan el infierno en que se convirtió la ciudad en junio, en donde además de los actos delictivos regulares, se unieron los saqueos”.
Los oficiales, que prefirieron mantener el anonimato, indicaron que además de las presiones y la violencia por el “clima antipolicial” generado en todo el país, se unió la pandemia del coronavirus.
“Han sido meses de muchos ajustes. La pandemia también causó bajas y reposos en nuestros funcionarios. Si lo comparas con el verano pasado, no había contingencia por el virus, no había saqueos y no había este sentimiento de odio a nosotros”, reveló uno de los efectivos.
Otro uniformado explicó que a principios de julio cuando las protestas del movimiento ‘Black Lives Matter’ pasaron a ser pacíficas, y los contagios dentro de la institución policial empezaron a descender “nuestra efectividad tuvo que haber aumentado”.
En efecto, de acuerdo a los números ponderados en julio de este año, el NYPD mejoró su agilidad para hacerse presente en escenas delictivas, llegando “al sitio” más rápido que en 2019, en un 10%.
“Hay muchos más dramas en la ciudad, más gente desempleada con dificultades económicas que causan problemas. No es un verano normal. Ha sido muy violento. Es hasta fantasioso que alguien piense que hay una intencionalidad detrás de esto y no analice que la pandemia tiene a la ciudad patas arriba”, consideró el efectivo de origen hispano.
Así mismo, la detective Denise Moroney desestimó las teorías que apuntan a que esa institución ha bajado la guardia. “Estamos y estaremos aquí con más eficiencia que nunca para servir a los neoyorquinos“, dijo.
No es la primera vez
En los últimos 5 años, es la tercera vez que surgen inferencias sobre supuestas conductas de “desaceleración intencional” por parte de la Uniformada.
En agosto pasado, cuando el oficial Daniel Pantaleo fue despedido luego de una investigación de cinco años por el asesinato del civil Eric Garner en Staten Island, algunos sectores documentaron disminución de arrestos y citaciones, asociándola con una conducta similar a la de este verano.
Los arrestos bajaron en un 27% entre el 19 de agosto del 2019, el día en que Pantaleo fue despedido, y el 25 de ese mismo mes. Pasando de 4,827 casos a 3,508.
Existe otro antecedente cruzado con estadísticas. Cuando los agentes del NYPD Rafael Ramos y Wenjian Liu fueron asesinados a balazos mientras patrullaban en el vecindario Bedford-Stuyvensant, en Brooklyn, el pasado 20 de diciembre del 2014, el sindicato culpó de este hecho a la retórica anti-policial de algunos funcionarios.
El responsable del doble homicidio Ismaaiyl Brinsley quiso vengar la muerte de Eric Garner y Michael Brown, quienes murieron en operativos policiales en Staten Island y Ferguson, respectivamente. Luego se suicidó en una estación del Subway.
En las dos semanas posteriores al hecho sangriento, la tasa de arrestos y citaciones emitidas por el Departamento se redujo drásticamente.
De acuerdo con un reporte de The New York Times, la última semana de diciembre del 2014 hasta las primeras semanas del 2015, los arrestos en la la Gran Manzana se redujeron a la mitad y las citaciones penales y de tráfico se redujeron en más del 90 por ciento.
A juicio de Alex Vitale, coordinador del Proyecto de Policía y Justicia Social de Brooklyn College, en una exposición realizada a medios locales, “históricamente cuando los agentes de la Policía de Nueva York sienten que la ciudad se les opone, protestan con retrasos en el trabajo”.
La ley del estado de Nueva York prohíbe la desaceleración o el paro laboral por parte de la Policía y otros empleados públicos, sin embargo a criterio del académico “es una táctica en la que los oficiales se han involucrado durante años en tiempos de convulsión”.
Vitale argumenta que existe una idea de que si los oficiales dejan de hacer su trabajo, “el crimen estallará en la ciudad y el público se dará cuenta de su valor”.
Verano de reformas
En este verano las protestas contra la brutalidad policial tuvieron una gran repercusión en la institución: redujeron su presupuesto en $1,000 millones, eliminaron una unidad de agentes vestidos de civil de prevención del delito y la Asamblea Estatal derogó la ley 50-A que permitía el secretismo de los reportes de conducta policial.
Además, el Concejo Municipal aprobó un paquete de seis leyes de reforma policial que penaliza el uso de llaves de estrangulamiento, permite grabar las acciones de los policías y obliga al NYPD a crear un esquema de disciplina que describa las sanciones y las informe públicamente.
También se pasó la legislación para crear la supervisión civil del uso de tecnología de vigilancia por parte de los oficiales. Todos estos esquemas normativos se aprobaron en las últimas semanas.
Revisarán Ley 536 sobre llaves de estrangulamiento
Fuentes del Concejo Municipal aseguran que hay un grupo de legisladores locales ganados a la idea de revisar, analizar y enmendar una parte de la reforma policial aprobada el pasado mes de julio en la Ciudad, referida a la Ley 536 que tipifica como un delito que un oficial de NYPD use llaves de estrangulamientos.
La nueva norma especifica que se convierte en un crimen que se “restrinja el flujo de aire o sangre al comprimir la tráquea o arterias de otra persona en el cuello, o al presionar la espalda o pecho, cuando el oficial de policía ejecuta un arresto”.
Esto cubre los estrangulamientos, así como maniobras como colocar una rodilla en el cuello o espalda de una persona.
El jefe de Departamento de la Uniformada Terence Monahan, y varios líderes de del cuerpo policial han calificado, desde antes de su aprobación, esta nueva norma como “peligrosa y confusa”.
“Cualquier policía que alguna vez haya peleado con alguien en la calle, tratando de esposarlo, existe la gran posibilidad de que su rodilla termine en la espalda de ese individuo, y ahora esta ley lo está criminalizando”, dijo Monahan.
El jefe policial refirió a medios locales que trata de evitar que una rodilla termina en la espalda de alguien en medio de una pelea, es bastante difícil.
“Si alguien ha disparado a un policía y en el momento en que lo está arrestando su rodilla golpea su espalda, se convierte en un criminal, de acuerdo a cómo la gente lo está interpretando“, precisó.
La enmienda de la ley podría consistir en una definición más clara sobre qué significa un estrangulamiento.
En números: NYPD más lento en este verano
- 14% ha sido el aumento en los tiempos de respuesta para “delitos en curso” entre julio y agosto en comparación con los mismos meses del año pasado.
- 44% ha sido el pico de tardanza más alto en que funcionarios lleguen a la escena de un crimen ponderado en los últimos años y sucedió en el pasado mes de junio.
- 18 minutos fue el promedio de NYPD en responder a todas sus llamadas al 911 en julio de 2020, mostrando más celeridad en contraste con el mismo mes de 2019, que se tardó 20 minutos.