Concejo Municipal investiga posibles recortes a programas de alimentos en medio de COVID-19
Funcionarios de la Ciudad no reconocen que en medio de la crisis financiera estos planes estén en riesgo, por lo menos a corto plazo
Si antes de la crisis económica causada por el COVID-19 los registros oficiales de personas que vivían bajo el umbral de la inseguridad alimentaria se proyectaba en un millón en la Gran Manzana, como es predecible, ahora la cifra de quienes dependen de los bancos de comida, despensas públicas o cupones de alimentos, se ha duplicado. También los ‘rumores’ de tijerazos presupuestarios a estos programas se siguen alimentando al ritmo de la crisis financiera de la Ciudad.
Los números oficiales están sobre la mesa: desde marzo han aumentado las solicitudes de cupones SNAP en 12% y en un 53% se incrementó la demanda en las despensas de comidas preparadas y productos frescos en la ciudad de Nueva York.
En momentos de ‘tensa calma’ cuando se presume la aparición de una segunda ola de contagios en otoño, el concejal de Brooklyn Stephen Levin, presidente del Comité de Servicios Sociales del Concejo Municipal, lideró este lunes una sesión virtual para conocer qué está haciendo la Ciudad para “mantener, mejorar y diversificar” estos programas en la coyuntura de una crisis que a su juicio, “se mantendrá a largo plazo en las mesas de los más vulnerables”.
Esta sesión se produce cuando además de los temores de un rebrote, algunos recortes financieros podrían impactar los planes de distribución de comida gratuita. En conclusión, los funcionarios de la Ciudad no asomaron que en medio de esta crisis estos programas estén en riesgo.
“Apostamos a que nadie pase hambre”
Portavoces de la Administración de Recursos Humanos de la Ciudad (HRA) explicaron a los miembros del Comité de Servicios Sociales que en medio de los requerimientos de distanciamiento social y los fondos especiales aprobados para atender esta dramática coyuntura, han modernizado todos sus sistemas de aplicaciones para que la mayor cantidad de solicitudes se puedan hacer de manera remota y con entrevistas telefónicas.
“Hasta el mes de agosto y en comparación con el año pasado se han incrementado en un 89% las solicitudes de cupones de alimentos y otras ayudas, de manera online. El cierre de nuestras oficinas por la pandemia no ha significado un descenso en nuestro contacto con las comunidades. Nos hemos adaptado para hacer la mayor cantidad de trámites posibles a distancia y con la contribución de organizaciones no gubernamentales que están en los vecindarios”, indicó Liza Fitzpatrick directora de programas de HRA.
Entre tanto, Kate Mackenzi, directora de políticas alimenticias de la Ciudad recordó que han continuado trabajando en coordinación con más de 10 organizaciones que recibieron fondos especiales para suplir las necesidades de manera efectiva en más de 700 centros de distribución de alimentos de manera gratuita.
“Seguimos afinando estrategias para que incluso 27,000 adultos mayores que tienen dificultades para moverse reciban alimentos en sus propias viviendas a través de nuestros socios en envíos. Los almuerzos en las escuelas nunca dejaron de ofrecerse a las familias que lo requerían. Seguimos evaluando y optimizando nuestros recursos para que ningún neoyorquino padezca hambre”, argumentó Mackenzi.
Planes de ayuda alimentarios serán vigilados
El concejal de Queens Barry Gronderchik, estimó que será la primera de muchas sesiones del Concejo en donde evaluarán cómo la Ciudad en estos momentos difíciles está dando respuestas a los más afectados desproporcionadamente por el COVID-19.
“¡No hay ninguna razón, para que alguien pase hambre en esta ciudad!”, exclamó el legislador local, al tiempo que exigió a los portavoces de HRA que especificarán cuáles son sus planes a futuro ante los escenarios económicos que podrían implicar eventualmente más tasas de desocupación en la Gran Manzana.
El número de neoyorquinos que llega a los límites de la inseguridad alimentaria en los últimos seis meses es mucho mayor de lo padecido desde la Gran Depresión. El alcance del problema supera a crisis anteriores como la Gran Recesión, según quienes están trabajando para combatirlo. Y todo indica que no va a desaparecer pronto.
Rosanna Robbins, directora de acceso y capacidad de alimentos en City Harvest, la organización de ayuda y distribución de alimentos más grande de la ciudad, espera “que haya una disponibilidad de alimentos gratuitos durante mucho tiempo”.
Los funcionarios de la Administración de Recursos Humanos de la Alcaldía coincidieron en la interpelación ante los miembros del Concejo, en que se han priorizado en todos los planes locales que no existan fallas en los inventarios de productos calóricos para las familias pobres, resaltando que se inyectaron $25 millones de dólares a las despensas de alimentos en medio de la crisis.
Donaciones tienden a disminuir
En vecindarios de mayoría hispana de Queens, en el eje Corona- Jackson Heights en donde de forma desgarradora la pérdida de empleos ha dado golpes certeros a la capacidad de miles de familias de alimentarse, activistas como Walter Sinche de la Alianza Ecuatoriana Internacional (AEI), aseguró que de forma panorámica es muy complicado evaluar si la reapertura económica ha disminuido las demandas de los centros gratuitos de alimentos.
Pero lo que sí está claro es que las donaciones y los recursos para algunas despensas y planes sí tienden a experimentar un descenso en las últimas semanas, luego de los peores meses de la crisis de salud pública causada por el coronavirus.
“Aquí en Queens muchos programas de distribución de iglesias y organizaciones privadas que actuaron activamente durante abril y mayo contaban con inventarios de alimentos casi toda la semana. Ahora empiezan a disminuir la distribución. A dos ó tres días”, comenta Sinche.
En frente de la sede de AEI se distribuían 250 paquetes preparados de almuerzos, de lunes a viernes, ahora se disminuyó a 3 días de la semana.
“Pero por otra parte, se observa una ligera mejora en las opciones de trabajos para nuestras familias en restaurantes y sector construcción, que ha permitido a muchas de nuestras familias abandonar la necesidad de las filas”, explicó el dirigente comunitario ecuatoriano.
La farmaceuta venezolana, Zoila Carrasquel, de 48 años y residente de Queens, narra que aunque a mediados de julio se incorporó a su trabajo, ha tenido que seguir “navegando en las despensas de alimentos frescos” disponibles en la ciudad por el “hueco financiero” causado por las deudas de tres meses de renta acumulada desde marzo.
“Quienes perdimos nuestros trabajos y no pudimos recibir por alguna razón los beneficios del seguro de desempleo arrastramos muchos problemas. Ya las colas en Queens y Manhattan para recibir alimentos no están tan largas porque muchas organizaciones ahora lo hacen por cita. Igual creo que necesitaré de estos programas, por primera vez en mi vida, por muchos meses más”, dijo la inmigrante con cinco años en Nueva York.
En números: Hambre en NYC
- 2 millones de neoyorquinos enfrentan necesidades para costearse sus alimentos de acuerdo con informes del Concejo Municipal.
- 53% se incrementó la demandas en mercados en despensas y otros programas de alimentos gratuitos en NYC.
- 1,000 despensas y comedores hay en los cinco condados de NYC.
- $170 millones de inversión aprobó la Ciudad para combatir el hambre durante la pandemia.
- $25 millones en fondos de emergencia para las despensas autorizó la CIudad.
Usted debe saber
- Si es beneficiario de estampillas de cupones SNAP, ayudas en efectivo por parte de la Ciudad, Medicaid y sus planes vencen este 30 de septiembre, consulte el portal AccessHRA, para verificar las opciones que tiene para renovar su programa o si aplica a algún beneficio.
- Visite la página FoodHelp NYC para encontrar un banco de alimentos cerca de usted. En esta herramienta también puedes encontrar otras vías, que le ayudará a superar este momento difícil.
- Si es un anciano que no puede salir de su hogar para comprar comida puede llamar al 311 y registrarse en al programa de entregas de alimentos a domicilio gratuito. Allí hablan español.