Los secretos para perder peso para siempre: cuida tu microbiota y baja el estrés

Vivir obsesionado con contar las calorías no basta para perder peso y tampoco es saludable. Realizar cambios en nuestro estilo de vida de manera equilibrada, es la clave

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Crédito: Shutterstock

Las tendencias enfocadas en adelgazar han pasado por toda clase de momentos, lo cierto es que en los últimos años ha sido un tema que no deja de evolucionar y lo que antes funcionaba a través de pautas alimenticias restrictivas, poco a poco va quedando en el olvido. La buena noticia es que actualmente las recomendaciones para perder peso de manera saludable se basan en el equilibrio y el estilo de vida, mucho más que en contar de manera religiosa todas las calorías que consumimos durante el día.

Teniendo en cuenta la información liberada este 2020 por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad es un peligroso enemigo de la buena salud; se relaciona directamente con el desarrollo de enfermedades crónicas y una menor esperanza de vida. Lo cierto es que se trata de un problema de salud público bastante considerable, desde 1975 se ha casi triplicado en todo el mundo y es una condición que cada día se apodera de más víctimas.

También se cuenta con referencias como es el caso de la Sociedad Española para el estudio de la Obesidad (SEEDO), en las que se comprueba que 8 de cada 10 personas fracasan en sus intentos por perder peso y lo relacionan directamente con las dietas restrictivas, que únicamente se basan en la restricción de calorías.

Contar las calorías no basta para adelgazar:

Es cierto que el sobrepeso y la obesidad en un principio son afecciones de salud que se relacionan con una mayor ingesta de calorías, de las que se queman o gastan y de manera natural durante muchos años la solución ha sido: comer menos, contar las calorías diarias y moverse más. Sin embargo padecer sobrepeso en cualquier nivel es un problema de salud complejo, que puede relacionarse con numerosos factores.

La realidad es que la obesidad es al final, el resultado de nuestros hábitos, contexto personal y reflejo de lo que sucede en nuestro entorno. Dentro de este último punto influye directamente el estilo de vida moderno, que se relaciona con alteraciones en los ciclos de hambre-saciedad, altera los ritmos circadianos, promueve una alimentación basada en procesados, es muy normal que se presenten daños en la microbiota, altos niveles de estrés, alteraciones en el sueño y estado de ánimo. Todos estos elementos contribuyen directamente en un desequilibrio energético, que deteriora la salud y se deriva en problemas de peso.

Con base en lo anterior resulta más importante que nunca entender que las mismas cantidades de calorías pueden tener efectos muy distintos dependiendo los alimentos que las contienen. Un claro ejemplo: 200 calorías es lo equivalente a 10 cucharaditas de azúcar y que una porción de 70 gramos de garbanzos ¿Estas calorías aportan los mismos nutrientes? Bajo ninguna circunstancia, el azúcar de este tipo lo único que hará es subir los niveles de glucosa a toda velocidad; por el contrario las mismas calorías que contienen los garbanzos aportan aminoácidos, minerales, fibra y vitaminas del grupo B.

Las actuales tendencias de salud y nutrición están marcando una pauta diferente, en la cual las pautas alimenticias restrictivas han quedado en el olvido. Sin embargo esto no sinónimo de alimentarnos sin consciencia, hoy más que nunca sabemos que la obesidad y el exceso de grasa abdominal se relacionan directamente con un mayor riesgo de padecer enfermedades de origen cardiovascular y metabólico. Teniendo en cuenta lo antes mencionado no es el control de las calorías diarias lo que nos hace perder peso a largo plazo, sino la calidad y la combinación de cada comida. Todo esto en conjunto con un adecuado equilibrio entre los principales nutrientes, es decir no existen razones por las cuales debamos omitir por completo el consumo de hidratos de carbono; son una extraordinaria y esencial fuente de energía, siempre y cuando provengan de las fuentes correctas como es el caso de los cereales integrales, legumbres, frutas y hortalizas.

También resulta indispensable vigilar otras áreas que son igual de importancia, en primer lugar es fundamental tener bajo control los niveles de estrés; los altos niveles de cortisol son una de las principales causas del aumento de peso. Dentro de este punto es muy recomendado realizar actividad física diaria, integrar como parte de la rutina yoga y meditación, promover una buena rutina de sueño y disfrutar de la vida y la naturaleza.

A la vez seguir una alimentación equilibrada y basada en plantas, es una buena alternativa para aumentar de manera natural el consumo de fibra y que se relaciona directamente con la salud intestinal y una microbiota fuerte. Un óptimo consumo de fibra a través de alimentos integrales y de potencial terapéutico, mantiene en buen equilibrio los niveles de insulina y glucosa por más horas. Este punto es muy relevante en el control del peso corporal, ya que acelera ciertos mecanismos hormonales que intervienen en la actividad metabólica, la saciedad y apetito. Una microbiota sana interviene de manera efectiva en una mejor absorción de grasas, en la permeabilidad del intestino, un metabolismo ágil, un sistema inmune fuerte y una correcta eliminación de toxinas y desechos.

Al entender la complejidad de la obesidad es evidente que perder peso con éxito y mantenerlo, son cuestiones que engloban un balance en físico, mental y emocional. No solo un básico conteo de calorías. Ahora ya lo sabes realizar ajustes en el estilo de vida, hábitos y la manera en que pensamos, es más importante de lo que crees.

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