5 pasos para evitar enfermar con los típicos snacks y comilonas el domingo del Super Bowl
Pasos básicos para que la familia no pesque una infección con los alimentos durante el gran juego
De acuerdo con el estudio, el mejor esquema dietético para proteger al corazón y prevenir ECV, se encuentra en seguir una dieta mediterránea. Crédito: Kasumi Loffler | Pexels
La comida no puede faltar para los fanáticos del fútbol que disfrutarán del el Super Bowl LV. Ya sea que obtengas los alimentos para llevar o decidas preparar los bocadillos en casa, bien vale la pena tomar algunas medidas para evitar que alguien de tu familia termine siendo víctima de una bacteria y pescando una infección durante el gran juego del domingo 7 de febrero.
Hay pasos básicos que debes seguir con tu comida y que son recomendados por el Servicio de Inspección y Seguridad Alimentaria (FSIS) del USDA para mantener a tu comida segura y evitar una intoxicación alimentaria, que aunque no creas, es muy fácil enfermar con unas alitas de pollo si no has tenido un buen manejo de ellas.
1. Lávate las manos y no laves el pollo
Mantén el juego limpio y lávate las manos. Frota tus manos con agua tibia y jabón durante 20 segundos, luego enjuaga y seca una toalla limpia o toalla de papel.
No lave las alitas de pollo u otras carnes que decidas preparar. Enjuagar la carne aumenta demasiado la propagación de gérmenes al esparcir bacterias en las superficies de la cocina, utensilios y mesones, así como otros alimentos.
2. Evita contaminación cruzada
Mantén los equipos opuestos por separado. Evita la transmisión de bacterias de unos alimentos a otros, la contaminación también puede darse a través de las manos, utensilios y superficies donde preparas la comida.
Cuando vayas al supermercado recuerda guardar las carnes, aves, huevos y mariscos crudos en bolsas de plástico separadas para evitar que sus jugos goteen sobre otros alimentos.
Nunca pongas alimentos ya cocinados en un plato que haya contenido carne, aves, huevos, pescados o mariscos crudos, a menos que el recipiente se haya lavado con agua caliente y jabón.
Usa tablas de cortar separadas, una para frutas y verduras frescas y otra para carnes crudas.
Mantén las carnes crudas alejadas de los alimentos listos para comer.
3. Cocina bien tus alimentos
La mejor manera de matar las bacterias es cocinándolas. Cocina bien la carne, aves, mariscos y productos de huevo crudos. La única forma de saber si los alimentos están cocidos de manera segura es usando un termómetro para alimentos.
Temperaturas de cocción recomendadas por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC):
145 ° F para cortes enteros de res, cerdo, ternera y cordero (luego deje reposar la carne durante 3 minutos antes de cortarla o comerla)
160 ° F para carnes molidas, como res y cerdo
165 ° F para todas las aves, incluido el pollo y el pavo molidos
165 ° F para sobras y guisos
145 ° F para jamón fresco (crudo)
145 ° F para pescado de aleta o cocine hasta que la carne esté opaca
Para tomar la temperatura de las alas, realízalo en la parte más gruesa, con el cuidado de no tocar el hueso, que puede sesgar la lectura.
4. Mantén la comida bien caliente o bien fría
Tu comida fuera de la zona de peligro. Durante el juego, mantén calientes los alimentos calientes y fríos los alimentos fríos.
Las bacterias pueden multiplicarse rápidamente si se dejan a temperatura ambiente o en la “zona de peligro” por más de 2 horas o 1 hora si el clima es cálido. Mantén los alimentos calientes a más de 140 °F y los alimentos fríos a 40 °F.
Sirve una porción cuando comience el juego y guarda otra porción en el refrigerador o en el horno. Puedes mantener las ensaladas como las salsas frías en una bandeja con hielo.
5. Refrigera en tiempo
Refrigera los alimentos perecederos en un tiempo de 2 horas máximo o 1 hora si la temperatura exterior supera los 90 °F. Divide las sobras en porciones pequeñas y colócalas en recipientes poco profundos, esto ayuda a que las sobras se enfríen más rápido.
Cualquier persona puede contraer una enfermedad transmitida por los alimentos. Pero ciertos grupos son más propensos, por elemplo: personas con sistema inmunológico debilitado, niños menores de 5 años, adultos de 65 años de edad o mayores y mujeres embarazadas.
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