Comer este popular antojo dulce solo te pondrá de mal humor
Somos lo que comemos. La calidad de los alimentos que consumimos influye directamente en nuestro estado de ánimo, salud física y mental
Somos lo que comemos. Cada día contamos con más evidencia sobre el impacto que tienen los alimentos que consumimos en nuestro estado de salud, es por ello que la nutrición es la llave para prevenir enfermedades, fortalecer al sistema inmunológico y gozar de un peso corporal estable. Sin embargo lo que comemos también tiene una directa relación con el estado de ánimo. Resulta fascinante saber que el 90% de los receptores de serotonina se encuentran en el intestino, por lo tanto no es de extrañar que algunos alimentos saludables para el intestino se relacionen con cualidades para beneficiar el estado de ánimo, la salud y al sistema inmunológico. Mientras que otros pueden detonar alteraciones emocionales e irritabilidad.
Si bien actualmente sabemos que gran parte del secreto está en seguir una alimentación natural y libre de procesados. De manera específica nutricionistas y médicos recomiendan evitar a toda costa las comidas que se distingan por un alto contenido en azúcares, grasas saturadas, harinas refinadas y sodio. Hoy en día con tantos estímulos por parte de la industria alimenticia, puede ser abrumador tomar las mejores desiciones para nuestra salud; lo cierto es que en los últimos años se nos advierte cada vez más sobre las devastadoras consecuencias de las comidas rápidas, fritas y ultra procesadas.
A grandes rasgos la mayoría de estos productos presentan en su composición sustancias añadidas que deterioran y ponen en riesgo la salud física y mental. Son altos en calorías y lo peor de todo es que normalmente se trata de calorías vacías, es decir con un nulo aporte de nutrientes. Estos alimentos se caracterizan por contener altas cantidades de los siguientes compuestos altamente dañinos:
- Grasas hidrogenadas y trans. Este tipo de grasas normalmente las agregan en la industria alimentaria para alargar el tiempo de conservación de los productos y hacerlos más apetitosos, sin embargo son letales para la salud.
- Azúcar. Solemos pensar que solo los postres, galletas, bollería y en general todo tipo de alimentos dulces contienen azúcares añadidos. Sin embargo es un ingrediente que se encuentra en una larga lista de alimentos desde salsas, productos cárnicos y lácteos. Es bien sabido que un excesivo consumo de azúcares refinados se relaciona con diversos padecimientos metabólicos y obesidad.
- Sal. Suele añadirse en exceso con el objetivo de condimentar y potenciar los sabores de los alimentos, también es utilizado como conservador ya que alarga su tiempo de vida. Sin embargo el exceso de sodio es una de las principales causas de la hipertensión, retención de líquidos y diversas condiciones cardiovasculares.
- Harinas y aceites refinados. Sumamente utilizados en todos los alimentos industriales, sin embargo solamente terminan aportando muchas calorías y pocos nutrientes, ya que suelen extraerse sus vitaminas y minerales.
- Aditivos. Existe una amplia gama de aditivos utilizados en la industria alimentaria, como lo son conservantes, edulcorantes y potenciadores del sabor. Se cuenta con un estudio publicado en Current Gastroenterology Reports, en el cual se comprueba que este tipo de sustancias son capaces de provocar cambios desfavorables en la composición de la microbiota intestinal.
Ahora bien, después de tal introducción. Te interesará saber que recientemente investigadores han determinado cuál es el alimento número uno con más probabilidades de alterar el estado de ánimo y aumentar el mal humor, y por desgracia todos los Homer Simpson del mundo se sentirán seriamente decepcionados.
Un estudio encabezado por la marca de alimentos naturales Kallo y realizado por la compañía de investigación de mercado OnePoll, preguntó a 2.000 adultos en el Reino Unido qué alimentos o bebidas tienen el impacto más positivo en sus emociones y cuáles tienen el impacto más negativo. Resulta que la peor comida para el estado de ánimo y según la encuesta son: las donas. Si bien no podemos negar que las rosquillas son deliciosas y muy disfrutables, es bien sabido que son un alimento frito, sumamente calórico y con un alto contenido en azúcar. Los expertos enfatizan que sus devastadores efectos en el estado de ánimo pueden relacionarse con varios factores. En primer lugar se encuentra la costumbre de consumirlas por la mañana, con un día entero por delante y en el cual nos enfrentaremos a la caída de azúcar resultante. Y en segundo lugar lo atribuyen a la pesada combinación de carbohidratos simples y aceites pesados, dos conocidos disruptores de la salud intestinal.
De cualquier manera es un hecho que la mayoría de la gente, suele buscar este tipo de alimentos como sucede con el caso particular de las donas, para “sentirse mejor”. Son tan agradables al gusto, cálidas y dulces, que aportan una momentánea sensación reconfortante y es muy fácil recurrir a ellas en cualquier momento de ansiedad. Lo cierto es que más allá de ser calóricas y muy poco nutritivas, y por ende se asocian con graves consecuencias para la salud a largo plazo, también es importante mencionar que son altamente adictivas.
“La razón de que las donas sean adictivas es simple: contienen al mismo tiempo grasas y carbohidratos que engañan al cerebro”
Lo cierto es que las donas pertenecen a la lista de los alimentos que menos deberíamos de consumir. Técnicamente las donas son el alimento perfecto para engañar al cerebro, lo que sucede es que al ser un alimento rico en grasas, estimulan una serie de señales de recompensa en el cerebro. Según un estudio de la Universidad de Yale, cuando esas señales se combinan, hacen a la comida aún más disfrutable. Y si lo pensamos un poco ¿Cuántos alimentos en la naturaleza están compuestos al mismo tiempo de grasas y carbohidratos en cantidades abundantes? Ninguno. En la naturaleza, un alimento o es casi todo grasa, o casi todo carbohidratos, sin embargo el hecho que la industria diseñe estas combinaciones que son una bomba de sabores (y calorías) es lo que hace que sean tan adictivos y peligrosos al mismo tiempo.
Cabe mencionar que según el studio existen muchos otros alimentos, algo predecibles que se asocian con graves consecuencias en el estado de ánimo y que causan mal humor. La plata y el bronce van para el alcohol y los refrescos respectivamente, con las bebidas energéticas en cuarto lugar. De lo que no existen dudas es que la mayoría de los alimentos de la lista son comidas y refrigerios altamente procesados, llenos de carbohidratos simples y grasas saturadas que pueden causar inflamación, lentitud, indigestión y otros efectos secundarios físicos negativos.
Si bien consumirlos muy esporádicamente en algún día de antojo no simboliza mayor problema, su consumo recurrente y excesivo altera la salud física, mental y emocional. Por lo tanto actualmente en que la salud y la nutrición es un tema tan relevante, vale la pena darnos a la tarea de integrar en nuestra dieta alimentos y bebidas que mejoren el estado de ánimo, los niveles de energía y se asocien con propiedades medicinales, es la mejor herramienta. Algunas de las opciones más recomendables son el chocolate amargo, el café, las uvas, las fresas, el yogurt griego y los frutos secos.