Cuál es el único snack que sacia tu hambre y ansiedad, sin que subas de peso

Realizar ajustes en la dieta, es uno de los aspectos más importantes para bajar de peso con éxito. Con base en ello todos queremos estar lo más informados posible sobre las mejores alternativas de alimentos, que nos ayuden a cumplir de manera más rápida y efectiva nuestros objetivos. Lo cierto es que cada día descubrimos más sobre el fascinante mundo de la nutrición y cómo la calidad de los alimentos impacta en nuestro estado de salud y peso. Con base en ello constantemente nos mantenemos informados sobre las mejores frutas, verduras, fuentes de proteína y fibra. La realidad es que todo lo que comemos a lo largo del día influye directamente en los resultados y en muchas ocasiones nos olvidamos de la importancia de consumir snacks saludables y bajos en calorías. 

Si te sientes un poco cansado de los típicos snacks de dieta, tenemos una gran noticia para ti. Aunque no lo creas las palomitas de maíz, son una magnífica alternativa de bocadillo si estás tratando de perder peso. Existen numerosas razones, entre las más destacadas se encuentra su grandioso contenido en fibra y su bajo aporte calórico, sobre todo cuando las comparamos con la mayoría de los bocadillos. Ojo: esto quedará en el olvido, si las empapas en mantequilla y podrán causar el efecto contrario.

Se ha comprobado que comer bocadillos puede ser una gran herramienta de adelgazamiento, ya que aportan energía hasta la próxima comida, son un buen complemento para combatir la ansiedad por comer y suprimir el apetito. También pueden representar el momento perfecto, para obtener algunos grupos de alimentos que no están presentes en las comidas principales. La buena noticia es que las palomitas llegaron para rescatarnos: son bajas en calorías, ricas en nutrientes y muy saciantes. Son ideales para mantenernos satisfechos por mucho tiempo, conoce las poderosas razones que te harán amarlas.

Bondades adelgazantes de las palomitas de maíz:

1. Son integrales

Estamos acostumbrados a escuchar “grano integral” y pensar en un hogaza de pan con salvado o un tazón de avena, la buena noticia es que las palomitas de maíz también lo son. Y lo mejor de todo es que aportan todos los beneficios de este tipo de granos: promueven una mejor digestión, protegen la salud intestinal, son saciantes y benefician la pérdida de peso. De hecho, se cuenta con un estudio en el que se ha comprobado que las personas que comen palomitas de maíz obtienen un 250% más de granos integrales en su dieta que las personas que no comen palomitas de maíz. Y al igual que otros cereales integrales, las palomitas de maíz crujientes tienen un alto contenido de fibra, que beneficia la salud en todo nivel. Integrarlas en la dieta diaria es un acierto y una gran manera de aumentar el consumo de fibra, recordemos que las mujeres necesitan 25 gramos y los hombres 38 gramos.

2. Son nutritivas

Una de las bondades más grandes de las palomitas de maíz es su potencial nutricional. Si bien su característica más popular se relaciona con su aporte en fibra, también son ricas en nutrientes clave, entre los que se incluyen: folato, niacina, riboflavina, tiamina, acido pantoténico vitamina B6, vitamina A, vitamina E y vitamina K. Además llaman de manera especial la atención por su aporte en proteínas, que también beneficia la pérdida de peso. Una porción de 1 onza (aproximadamente 3½ tazas) aporta 4 gramos de fibra, casi 4 gramos de proteína y 110 calorías. Esta combinación de factores hace que las palomitas brillen por su poder adelgazante y nutricional. 

3. Contienen antioxidantes

Sin lugar a dudas este es un dato sorprendente pero bastante alentador, ya que las palomitas de maíz están repletas de polifenoles, los mismos compuestos que se encuentran en las bayas y el té. Se sabe que estas potentes sustancias antioxidantes, aportan grandes beneficios que están relacionados con la salud del corazón, menor riesgo de cáncer y son perfectas para combatir a los radicales libres. De tal modo que su consumo es un gran acierto en la prevención de enfermedades degenerativas, en particular de la obesidad.